sábado, 13 de diciembre de 2008

Pilatos. Biografía de un hombre inventado



¿Quién fue Poncio Pilatos, el hombre que mandó ejecutar a Cristo y luego se lavó las manos? ¿Qué sabemos de este oscuro funcionario romano que en el siglo I gobernaba una remota provincia del Imperio? ¿Existió realmente o es una leyenda, interpretada una y otra vez a través de los tiempos y las culturas?

La historiadora británica en una exhaustiva investigación aclara lo que hay de mito y lo que hay de auténtico en la figura histórica de Pilatos, y el resultado es una biografía, capaz de transmitir al lector la enorme fascinación que desde comienzos de nuestra era ha suscitado este maestro de la ambigüedad.

Si las fuentes históricas directas referidas al personaje son escasísimas -unas pocas menciones en los Evangelios y en historiadores judíos de la época-, las indirectas -en forma de leyendas, textos apócrifos y otros testimonios de la fantasía humana- son, en cambio, abrumadoras. Con la habilidad de una auténtica narradora, la investigadora se interna por los dominios de la literatura y la historia romanas, la erudición bíblica o el mundo del teatro medieval.

Con estilo ágil y desenvuelto, recrea la educación, la carrera pública, la vida cotidiana y las continuas revueltas de Judea en tiempos de Cristo. Y no faltan, para terminar, las evocaciones de la figura de Pilatos heredadas de autores como J.S. Mill, Swinburne, o Bulgakov. Ofrecemos un breve fragmento.

Capítulo Uno

A este país del betún y del bálsamo debió de llegar Pilatos hacia el año 26. Suponemos que fue por esas fechas porque su predecesor, según Josefo, fue designado para el cargo inmediatamente después de la muerte de Augusto, el año 14, y lo ejerció durante once años; y porque cuando a Pilatos se le mandó volver a Roma, el año 36, llevaba una década en Judea, según lo indica el mismo Josefo. Hay quienes piensan que llegó al país en el año 19, lo cual le haría más experimentado al enfrentarse a Cristo; pero los cálculos de Josefo parecen bastante convincentes.

Fue el quinto «prefecto», término más comúnmente traducible por «gobernador» y que equivalía al griego hegemón, siendo éste el título oficial que se le daría, aunque los helenos que estuviesen a sus órdenes se dirigirían a él llamándole Krátiste, «Vuestra Excelencia». Antes de él habían venido como gobernadores Coponio (años 6-9 d.C.), M. Ambivio (9-12), Anio Rufo (12-15) y Valerio Grato (15-26).

Bajo Augusto, los cargos políticos eran normalmente de corta duración, pero además se sabía que Judea no era un país en el que a los hombres les gustase permanecer mucho tiempo. ¿Le daría consejos a Pilatos alguno de sus predecesores, o tal vez instrucciones directas, o le dejaría algún papel con avisos entre los documentos archivados? Posiblemente.

Grato regresó a Roma después de haber nombrado y destituido en Judea a cuatro sumos sacerdotes en otros tantos años. Durante la etapa final de su gobierno debió de ser renegón y corrupto; el cargo de sumo sacerdote de Judea solía otorgarse a cambio de buenas cantidades de dinero. Así que Grato podría haberle dado a Pilatos lecciones de soborno, y Sejano, si es que fue su patrón, podría haberle imbuido de antisemitismo; porque, según Filón, Sejano pensaba que era absurdo fiarse de los judíos. Sejano acusó a los judíos de conspirar contra el emperador, y la malquerencia era mutua: «Él sabía», escribe Filón, «que el pueblo judío se opondría totalmente a sus perversas maquinaciones.»

Sin embargo, excepto Filón, ardoroso judío, ningún otro autor sugiere que Sejano fuese especialmente adverso a los judíos; y, en cualquier caso, Pilatos podría haberse imbuido de tal prejuicio, muy común en Roma, antes de ser destinado a Judea. Una numerosa colonia de judíos vivía «al otro lado» -el occidental- del Tíber, en el conocido distrito 14, que era entonces, como ahora, un laberinto de talleres y casas modestas.

Los judíos que allí vivían eran esclavos emancipados o «libertos» y ciudadanos romanos, pero procuraban conservar su judaísmo: de ahí la duplicidad de lealtades de la que Sejano desconfiaba. Acudían a sus propias sinagogas, en las que todos los sábados por la mañana se les educaba «según su ancestral filosofía», al decir de Filón. Dentro de sus pequeñas viviendas, un complejo sistema de habitaciones separadas mantenía ocultas a sus mujeres, y los días en que no les estaba permitido cocinar calentaban la comida en cajas que metían bajo el heno.

No salían mucho de aquel barrio, aunque por los años setenta de nuestra era (cuando su número aumentó enormemente con los que fueron a refugiarse allí después de la Guerra Judía) no era raro ver por lo más céntrico de la Urbe a buhoneros judíos que vendían unas astillas cuyas puntas sulfuradas podían encenderse frotándolas contra trozos de tiesto.

De Pilatos. Biografía de un hombre inventado, de Ann Wroe. Buenos Aires, Tusquets, 2008.

miércoles, 30 de abril de 2008

Nuevo libro sobre la Guerra Cantabro-Romana

La obra, de 168 páginas y 139 ilustraciones, se ha presentado en la Feria del Libro

El dibujante José Ramón Sánchez y el escritor Jesús Herrán publican una historia ilustrada de la guerra cántabro-romana

http://www.cantabriaconfidencial.com/actualidad/2008/abril08/28/31.htm


El ilustrador José Ramón Sánchez y el escritor Jesús Herrán han presentado hoy, en la XXVII Feria del Libro de Santander, la obra 'Cantabria: la epopeya. Segisama', una historia ilustrada de la guerra cántabro-romana narrada desde un punto de vista que mezcla lo real con lo ficticio. El libro, de 168 páginas y con 139 ilustraciones, se completará con un segundo tomo, que se publicará en otoño.

'Cantabria: la epopeya', está narrada por el viejo 'Bodo', un sabio de la tribu de los orgenomescos que se reúne por las noches con un grupo de jóvenes cántabros a los que les transmite la historia de su pueblo, en este caso las guerras cántabro-romanas. La obra, que según Herrán tiene "algo de pedagogía", mezcla personajes históricos como Corocota, Laro o Augusto, con otros ficticios, así como textos y citas célebres de escritores.

El escritor explicó que la obra se ha ido elaborando a partir de un guión basado en su libro 'Cantabros, un pueblo indómito', editado en el año 2.000, y que se ha ido enriqueciendo con las ilustraciones pictóricas de José Ramón Sánchez.

Por su parte, el ilustrador comentó que la obra, aunque está dividida en dos tomos, es "una sola historia", narrada cronológicamente y con un "ritmo muy preciso". En su opinión se trata de un proyecto "absolutamente necesario", pues a pesar de haber trabajos previos, eran cómics donde "la historia se quedaba pequeña", de ahí la necesidad de un esfuerzo y un grafismo que hicieran de la historia un libro, apuntó.

El proyecto ha tenido un proceso de gestación de nueve meses, por lo que Sánchez lo definió como un "embarazo", al tiempo que confesó no haberse encontrado antes en un "estado de trance" similar al que ha atravesado para la creación de esta obra. "Estaba contando lo más grande que ha hecho este pueblo", y como cántabro, "sentía que tenía que llevar adelante la epopeya", subrayó.

Como complemento audiovisual a los dos tomos de 'Cantabria: la epopeya', el segundo libro estará acompañado de la edición de un DVD que narrará esta historia mediante imágenes, realizado por Ignacio Sánchez Arévalo, hijo del dibujante, que constituye, según Herrán, "una sinfonía a modo de corto en la que se integran perfectamente la música con las imágenes".

'Cantabria; la epopeya. Segisama', editado por Valnera, se compone de 168 páginas, al igual que el próximo tomo 'Cantabria: la epopeya II. Monte Vindio', que saldrá al mercado en octubre de 2008. Del primer volúmen, cuyo precio es de 28 euros, se han editado 4.000 ejemplares, a los que hay que sumar otros mil de los que dispondrá la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte para su distribución en bibliotecas o centros culturales.

El titular de la Consejería, Francisco Javier López Marcano, asistió también al acto de presentación del libro en una feria que, según dijo, lleva camino de "convertirse en la mejor" de las celebradas hasta ahora.

domingo, 2 de marzo de 2008

Baelo siglo I a.C.

Los arqueólogos confirman que Baelo Claudia se fundó en el I a.C.
Los últimos hallazgos han dado con la factoría alrededor de la que se fundó la ciudad y desechan su origen fenicio

15.02.08 - FRANCISCO APAOLAZA . www.Lavozdigital.es



La importancia de Baelo Claudia se basó, primordialmente, en la industrialización y mercado de pescado y una salsa especial, el garum, que era exportada desde este enclave a todo el imperio romano.
Las industrias del pescado empezaron a proliferar en el s. I a. C en las costas del sur peninsular y norte de África, continuando y potenciando una tradición iniciada en época fenicia y púnica. En estas empresas se basaba la economía y el comercio exterior e interprovincial y sus productos adquirieron amplia fama, llegando a ser imprescindibles en toda la cocina del imperio romano. Los elementos característicos comunes a todas las fábricas eran las piletas o tanques de salazón, unas cubetas en las que se maceraba el pescado con sal, en un proceso que duraba de veinte días a tres meses. Las mismas piletas eran utilizadas para la salazón de las carnes de los peces y para la fabricación de las distintas salsas de pescado, de las cuales la más famosa y que alcanzaba altísimos precios en la época era el garum, que se utilizaba a modo de condimento o potenciador del sabor de casi todos los platos.
http://www.mazarron.es/historia/museo_arquelogico.asp

El garum, tenía un valor económico muy alto –según Plinio, comparable al valor del perfume– y se consideraba como una delicatessen en todo el imperio romano.

La importancia económica de Baelo fue muy destacada, y sus habitantes alcanzaron una autonomía muy alta, Baelo, a pesar de su pequeña superficie urbana, tenía un territorio de influencia muy grande y una febril actividad económica. Baelo contaba con un coqueto teatro donde las clases dirigentes de la región disfrutaban de lo mejor de la cultura romana. No olvidemos que Baelo puede considerarse una colonia a imagen y semejanza de la Roma ideal, de la ciudad descrita por Vitruvio en su tratado, cumpliendo todos y cada uno de las descripciones que el arquitecto estipula para la construcción de cada una de las partes que componen una urbe.


Augusto tubo a gala en su autobiografía recordar las fundaciones que realizo en vida a lo largo y ancho de su imperio. "Fundé ciudades militares coloniales en Africa, Sicilia, Macedonia, en ambas Hispanias, en Acaya, en Siria, en la Galia Narbonense y en Pisidia. En Italia hay veintiocho colonias fundadas bajo mis auspicios y que, ya en vida mía, se han convertido en ciudades pobladísimas y muy notorias".

Pensar que Augusto estuvo presente en todas y cada una de las fundaciones que recuerda en su autobiografía es una banalidad, Augusto centralizó en Roma las decisiones importantes que afectaron a su imperio, su gobierno, y un grupo de hombres de su confianza y un eficaz sistema de correos ejecutaron sus instrucciones en cada lugar que fuera necesario. Las obras de Augusto, obras de construcción, de rehabilitación y urbanismo, y que tiene a gala recordar en su testamento autobiográfico, fueron ejecutadas siguiendo los proyectos que sus técnicos desarrollaron en la metrópoli. Proyectos, “visados” por los propios servicios del emperador.


"La rigurosidad urbanística de Baelo Claudia es tal que se puede afirmar la realización de su trazado siguiendo fielmente las consideraciones religioso-jurídico-simbólicas anteriormente expuestas. En efecto, la desviación de los principales ejes de la ciudad a centenares de metros del probable punto de referencia inicial es de solo algunos centímetros. Los cardini, calles situadas en los ejes norte-sur, se sitúan con respecto a los decumani, calles orientadas de este a oeste, de forma perfectamente perpendicular. La disposición general del recinto urbano parece tomada directamente de los consejos de Vitruvio de como tenía que diseñarse una ciudad: puertas en los extremos de las calles principales, el foro en el centro de la vida ciudadana, la disposición elevada del capitolio, el teatro anexo a una de las puertas, la estructura interna de los edificios de la propia área forense, etc. En definitiva, todo parece indicar que en un momento determinado de su historia, probablemente en época de Augusto, se plantea la construcción de una ciudad romana ideal, trazada ex novo, de una sola vez.” (pag . 56-57-58)
BAELO CLAUDIA. GUÍA OFICIAL DEL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO
Antonio Álvarez Rojas, José Castañeira Sánchez, Ana María Troya Panduro, Francisco Alarcón Castellano

Las últimas noticias de prensa que aventuran que la fundación de Baelo fue en tiempos de Augusto, permiten imaginar las razones por las que la ciudad fue promovida por el emperador. Baelo fue el instrumento urbanizador que ordeno una geografía de enormes recursos económicos y que contaba con una larga historia anterior en la industria pesquera, Baelo permite a la región dar un salto de calidad e importancia dentro de la economía del imperio. Y el garum su producto de más valor. Una industria ordenada que generaría enormes plusvalias para los dirigentes de Baelo y para Roma. La riqueza alcanzada es aún hoy visible en las calles de Baelo, (e imaginada cuando los japoneses pagan millonadas por los atunes de la almadraba).

La existencia de restos anteriores al siglo I a.C. es señal de la importancia de este territorio antes de la construcción “ex novo” de la ciudad, Pero Baelo como fundación “ex novo” debe de realizarse en tierra virgen. Bajo Baelo no han aparecido cimentaciones anteriores, ya que la ciudad es un proyecto nuevo y completo, a imagen del cosmos romano. Baelo por su dimensión original de alrededor de 9 hectáreas de superficie no es muy inferior a otras fundaciones romanas, como por ejemplo Barcino, de poco más de diez hectáreas, y fundada por Augusto en el siglo I a.C.

Esperemos que el futuro nos ofrezca nuevas conclusiones sobre la ciudad de Baelo Claudia.

© Carlos Sánchez-Montaña

Enlaces:
Conjunto Arqueologico de Baelo Claudia_Portal de Museos y Conjuntos
Arqueológicos y Monumentales de Andalucía.


Vitruvius
Writing the Body of Architecture
Indra Kagis McEwen


Vitruvii
De Architectura


"Vitruvii De Architectura
Carlos Sánchez-Montaña



"The Augustan Program of Cultural Renewal"
Paul Zanker


"The constructions of Marcus Agrippa in the West"
Geoffrey Mottershead


Vitruvio versus Agripa
Carlos Sánchez-Montaña

viernes, 18 de enero de 2008

El Mèdol, los restos de una cantera romana




Se extrajeron alrededor de 50.000 metros cúbicos de roca.
La joya de la cantera es la aguja del Mèdol.

Apenas a 9 kilómetros de Tarragona se encuentra la cantera romana mejor conservada de toda la provincia tarraconense. El Mèdol, o médulas, se encuentra en el punto kilométrico 237 de la autopista AP-7 -dirección sur- y se accede fácilmente gracias a un estrecho pero hermoso camino a través de la estación de servicio de la vía rápida. Se calcula que de la cantera del Mèdol se extrajeron alrededor de 50.000 metros cúbicos de roca

Los restos de la cantera romana pertenecen a la compañía Abertis, aunque están gestionados por el Museo de Historia de Tarragona. El bello paraje, ahora inundado de vegetación, fue en su momento una de las canteras más utilizadas en época romana para abastecer Tarragona.

La aguja del Mèdol

En el momento de máxima actividad constructora de la Tarraco Imperial, se calcula que de la cantera del Mèdol se extrajeron alrededor de 50.000 metros cúbicos de roca. La excavación, tal y como hoy la conocemos, tiene unos 100 metros de largo y 50 de ancho.

En el centro de la cantera se alza una aguja de piedra no excavada, conocida como la aguja del Mèdol. Es una macizo apuntado de roca con una altura aproximada de 16 metros, que se encuentra situado en el centro de la explotación. Su finalidad era la de indicar el punto de partida desde el que se inició la extracción de piedra.



Se siguió utilizando en la Edad Media

Desde el interior de la cantera son visibles las marcas y líneas de extracción en los cortes de roca. Además, en la parte superior se conservan, aún hoy, restos de sillares desechados y piedras a medio trabajar.

La piedra utilizada en la excavación es una lumaquela micénica de color amarillento dorado, muy fácil de trabajar. Posiblemente, la pedrera también fue utilizada posteriormente en época medieval. El traslado de los sillares a Tarragona se realizó a través de la Vía Hercúlea, conocida después como Vía Augusta, que discurría a escasa distancia de la pedrera.