Y para continuar, la muerte de Claudio:
Espero, queridos míos, que hayáis conseguido llegar hasta aqui sin dar de cabezazos contra el teclado.
A todo esto, pensaréis, de la intoxicación que se lo llevó de este mundo, no se menciona nada...
Hay que aclarar que no fueron setas venenosas. Fué una gran seta comestible, envenenada artificialmente, como dice Tácito, por la envenenadora "oficial" Locusta, que luego pasaría a trabajar para Nerón. El veneno fue extendido en la seta por el eunuco Haloto, que solía hacer de catador. Por tanto poco importa la clase de seta. Más bien sería interesante saber qué veneno ideó Locusta. Una envenenadora de primera, pues en el reinado de Nerón logró crear un veneno mortal de acción casi instantánea, que llevó a la tumba a Británico tras beber un vaso de vino.
SUETONIO (Claudio, 44) dice:
"Es opinión unánime que murió envenenado, pero existen versiones distintas sobre el lugar y la persona que le suministró el veneno. Aseguran algunos que fue el eunuco Haloto, catador de sus alimentos, cuando en compañía de los sacerdotes asistía a un banquete en el Capitolio; otros afirman que fue la propia Agripina, que en una comida celebrada en palacio le obsequió con una seta envenenada, género de manjar al que era muy aficionado. Circulan también versiones distintas sobre la forma como a continuación se desarrollaron los acontecimientos. Algunos afirman que Claudio perdió el habla tan pronto como hubo ingerido el veneno y que murió cerca del amanecer,después de haber pasado toda la noche atormentado por intensos dolores. Dicen otros que de buenas a primeras quedó aletargado; luego, viniéndole a la boca los alimentos, vomitó todo lo que había ingerido, en vista de lo cual le fue suministrada una segunda dosis, no se sabe si mezclada a una papilla, bajo el pretexto de que estando exhausto necesitaba tomar de nuevo alimentos, o si por medio de una jeringa, haciéndole creer que, empachado por el exceso de comida, se sentiría aliviado con una evacuación de esta índole".
Son muy curiosos también los presagios que Suetonio dice que anunciaban la muerte de Claudio.
TÁCITO (Anales, 12, 66, 67) dice:
"[Agripina] quería algo rebuscado, algo que perturbara la mente y aplazara la muerte. Entonces elige a una experta en tales artes llamada Locusta. [...] Con el saber de esta mujer se preparó el veneno y se encargó de servirlo a Haloto, uno de los eunucos, que era quien solía llevarle las comidas a la mesa y probarlas.
Hasta tal punto se supieron después todos los detalles, que los historiadores de aquellos tiempos cuentan que el veneno se echó en un sabroso plato de setas, y que los efectos del tóxico no se notaron en un primer momento, ya fuera por la estupidez de Claudio, ya porque estuviera borracho. A la vez daba la impresión de que una descomposición del vientre había venido en su ayuda. Aterrada por ello Agripina, y pues se temía lo peor, haciendo caso omiso a los reproches de los presentes, emplea la complicidad de Jenofonte, el médico, a quien se había ganado previamente. Se cree que éste, aparentando ayudarle en sus intentos de devolver, hundió hasta su garganta una pluma untada en un rápido veneno, no ignorando que los mayores crímenes empiezan con peligro y terminan en recompensa".
No os creáis que ha sido fácil, pero después de mirar los correspondientes ladrillos médicos sobre Toxicología, creo que la muerte de nuestro Claudio fue por una toma muy oportuna (para Nerón, sobre todo) de arsénico.
Desde tiempos muy remotos, el arsénico ha sido conocido.
Aristóteles (s.IV a.C) habla del sandarach, sandaraco u oropimente, que es el sulfuro de arsénico (trisulfurato), conocido ya por los griegos, que se encontraba en las minas de oro y plata.
La legislación de Atenas prohibía hablar de los venenos y por eso quizás, Hipócrates habla muy poco de ellos, para que los asesinos en ciernes no se aprovechasen de sus conocimientos.
Dioscórides, en su "Libro de los venenos", habla de la hierba sardónica (porque se encontraba en Cerdeña traída por los cartagineses desde el Norte de Africa), cuyo terrible efecto era el trastornar los sentidos y deformar los labios en un rictus que se ha conocido como "risa sardónica".
Teofrasto, en "Historia de las plantas" y Nicandro en "Alexifarmaca y "Theriaca", hablan extensamente de toda clase de venenos. Galeno, cuando estaba ya en Roma, ataca a los autores antiguos que fueron los primeros en hablar de venenos.
Los griegos conocían toda clase de venenos y no sólo los tradicionales; prueba de ello es que en el Juramento que tenían que hacer sus discípulos, Hipócrates señalaba: "No administraré a nadie una droga homicida o un pesario abortivo". Conocían los compuestos arsenicales.
Demócrito proponía pulverizar, tres veces, compuestos arsenicales en salmuera y azafrán. El arsénico sulfurado lo conocían bien, así como su propiedad de volatilizarse formando arsénico en laminillas de color dorado. Lo trataban con vinagre, dejaban desecar, luego lo mezclaban con sal de Capadocia, lo quemaban y pulverizaban hasta obtener una especie de alumbre como ellos lo llamaban, blanco y compacto (era el ácido arsenioso)
Y el arsénico, que ya lo conocían desde la antigüedad, fue sin embargo el veneno favorito para quitar de en medio a alguien que estorbase, tanto es así que fue llamado "polvos de sucesión", porque se administraba para heredar a algún pariente, o a algún esposo o esposa que estorbase. La ventaja sobre otros venenos es que no tenía sabor ni olor, y de ahí la facilidad de su administración sin que la víctima se apercibiese. Se mezclaba con facilidad con líquidos, bebidas, o con las comidas. Parecía azúcar. Fue llamado "el rey de los venenos". Y fue el arma letal preferida durante la Edad Media.
Los romanos ya conocieron sus efectos mortíferos, por haber muerto accidentalmente con mucha frecuencia los mineros que inhalaban el polvillo que flotaba en el aire al extraerlo de diversos yacimientos minerales.
La tristemente famosa Locusta fue la gran envenenadora romana, que creó una verdadera "academia" de envenenadores con numerosos discípulos, como Comidio, que aconsejaron a los distintos emperadores de quienes fueron favoritos y consejeros en el arte de suprimir a quienes les estorbasen. Se sabe que la madre de Calígula usó de sus consejos para envenenar a su propio hijo. Agripina se sirvió de ella, y lo mismo su hijo el emperador Nerón. Agripina le encargó la elaboración de un veneno para deshacerse de Claudio, y Nerón también recurrió a sus servicios para envenenar a su hermano Británico, pero impacientado éste porque el veneno no producía el rápido efecto que esperaba, Locusta preparó otro de más rápidos efectos, siendo
recompensada generosamente por el emperador romano.
Más tarde, Galba mandó dar muerte a la envenenadora (por si acaso, supongo...).
Mitrídates ensayaba sus fórmulas de venenos, tanto en condenados a muerte, como sobre él mismo. Hizo así notables descubrimientos y se convirtió en un experto en el dominio de substancias venenosas, tanto que no pudo quitarse la vida con ningún veneno cuando llegó el momento de su derrota (Al ser destruído su palacio en Crimea por Pompeyo el año 63 a.C., tuvo que recurrir a uno de sus esclavos para que le diese muerte con su espada). Al expoliar Pompeyo la Biblioteca del palacio, encontró el gran secreto de Mitrídates, la fórmula de la Triaca, que era una mezcla de venenos entre los que figuraba el arsénico.
Mitrídates había descubierto y perfeccionado el procedimiento de la inmunización artificial; es decir, de la seroterapia.
Plinio lo confirma cuando declara que "fue el primero en mezclar a los antídotos la sangre de los patos del Ponto porque viven de animales venenosos".
Cada mañana desde su juventud, asesorado por Crateuas, un experto en venenos que era su consejero, tomaba pequeñas cantidades de diversos venenos para inmunizarse y que no pudiesen envenenarle sus enemigos.
La fórmula de la Triaca había sido inventada por el famoso médico Andrómaco, dedicándosela al emperador Nerón. Andrómaco escribió la fórmula en verso para que no pudiese alterarse fácilmente.
El mitrídato, que recibió ese nombre por el Rey del Ponto, fue uno de los más famosos contravenenos utilizado en la antigüedad.
Su fórmula era, según los cronistas:
Costus: 1 parte
Acorus: 5 partes
Hipericón:
Goma
Sagapenum: 2 partes
Jugo de acacia
Iris de Iliria
Cardamomo
Anis: 3 partes
Nardo de las Galias
Raíz de Genciana: 4 partes
Hoja de rosa secas
Lágrimas de pavot
Persil: 4 partes
Casia
Lichen de polium: 6 partes
Pimienta larga
Styrax: 5 partes
Castoreum
Incienso
Jugo de hiopaisto: 6 partes
Mirra
Opopanax
Hojas de malobatbre: 6 partes
Flores de juncos redondos
Resina de Terebinto
Galbanum
Semilla de zanahoria de Creta
Nardo: 4 partes
Bálsamo
Thlaspi:5 partes
Raíz de Ponto: 6 partes
Azafrán
Gengibre: 8 partes
Canela
Se mezcla todo con miel después de triturarlo. Se toma de toda la mezcla una cantidad del tamaño de una nuez, dilúyase en vino y se hace beber como antídoto. (Bonito, verdad?? Y muy práctico. Estará bueno???)
El arsénico es alotrópico y anfótero. Una de sus formas alotrópicas es negra y amorfa, otra, amarilla y cristalina . Cuando se reduce por medio de hidrógeno, origina un gas sumamente tóxico, incoloro, inflamable y de olor aliáceo llamado arsina. Un trióxido de esta substancia fue aislado por primera vez por el alquimista árabe Geber.
Un derivado de este gas es la lewisita (clorovinildicloroarsina) utilizado en la guerra química.(Y bastante famoso por desgracia, además de actualísimo)
El arsénico es uno de los tóxicos que más trascendencia han tenido en la historia, siendo el veneno utilizado preferentemente en la Roma Republicana como arma política.
Se usó con fines homicidas desde muchos siglos atrás y aún hoy se lo emplea. Se lo usó bajo la forma de anhidrido arsenioso, polvo blanco e insípido, inodoro, que llamaron "polvo de sucesión", "rey de los venenos", etc.
Fue el componente esencial de la "acquetta di Peruggia", "acqua di Napoli", que produjo centenares de víctimas.
Se parece mucho al azúcar impalpable y a la harina.
Cuando se emplea con fines delictivos, es de difícil diagnóstico, puesto que simula una enfermedad gastrointestinal con episodios sucesivos.
También puede usarse con fines suicidas, o puede ser una intoxicación accidental, profesional, iatrogénica y endémica.
Actualmente se usa como plaguicida, y puede contaminar hortalizas y frutos. El tono verde de algunas de sus sales se aprovecha como colorante de ciertas pinturas y papeles, en cerámica y vidriería, y como medicamento en sus compuestos orgánicos trivalentes (sulfarsenol, amebarsone, cacodilatos, etc.) o en sus formas inorgánicas (arsenito de sodio y de potasio: licores de Fowler y Pearson del Codex). En odontología se usa para destruir la pulpa dentaria.
El arsénico es un mineral que se presenta en forma orgánica (melarsoprol) o inorgánica (trióxido o arsénico blanco, pentóxido).
Las formas inorgánicas forman parte de algunos rodenticidas, y son habitualmente más tóxicas que las inorgánicas. Existe también una forma gaseosa, denominada arsina o arsenamida o hidrógeno arseniado, que es extremadamente tóxica.
Más del 80% de la dosis de arsénico ingerida por el tubo digestivo se absorbe. La dosis letal oscila entre 120 y 200 mg; en niños, dosis de 2 mg/kg pueden ser letales.
El arsénico produce sus efectos tóxicos al unirse a los grupos sulfhidrilos tisulares y al interferir la fosforilación oxidativa.
La preponderancia del arsénico en el envenenamiento criminal se debe a sus propiedades:
1- La elevada toxicidad de los compuestos arsenicales.
2- Su facilidad de adquisición.
3-La ausencia de propiedades organolépticas que facilitan su administración: los compuestos arsenicales, mezclados en pequeñas proporciones (y es muy pequeña la cantidad necesaria para producir efectos tóxicos) a las bebidas y a los alimentos no les comunican ningun sabor especial, por lo que no se hacen sospechosos para las personas a las que les son administrados.
4- La analogía de su aspecto con sustancias de uso culinario (azúcar, harina)
5- La similitud de sus efectos con los debidos a afecciones espontáneas gastrointestinales, que sobre todo en épocas epidémicas, haría que pasaran inadvertidos sus efectos clínicos como debidos a intoxicación.
6- Como bien sabían los envenenadores, era extremadamente difícil descubrir la intoxicación en el cadáver, pues las lesiones que produce son inespecíficas y muy similares, si no iguales, a las de los procesos patológicos espontáneos con los que se puede confundir clínicamente( Aqui conviene recordar que los romanos no eran muy dados a hacer autopsias, y que, de haberlas hecho, no habrían tenido medios técnicos para caracterizar el arsénico).
La intoxicación aguda por arsénico suele ser por ingestión del tóxico, y con menor frecuencia, por inhalación de polvo o vapores de anhídrido arsenioso( descartemos esto en el caso de Don Claudio).
Reproduce un ataque de cólera, del que se diferencia tan solo por algunos detalles: el sabor desagradable que se percibe(no al tomarlo, sino al cabo de algun tiempo), y por la precocidad de los vómitos, que siempre preceden a la diarrea.
La sintomatología puede aparecer en minutos o bien horas después de la ingestión (en general, de media a una hora), siendo los síntomas gastrointestinales los más frecuentes inicialmente (forma de gastroenteritis coleriforme), con posterior deterioro hemodinámico.
Las manifestaciones clínicas más comunes son: gastrointestinales (quemazón bucofaríngea, aliento con olor a ajo, disfagia, naúseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas que pueden ser coleriformes y/o hemáticas), cardiovasculares (cianosis, insuficiencia respiratoria, hipotensión, depresión miocárdica y arritmias), del sistema nervioso central (delirio, coma y convulsiones), renal (oliguria y necrosis tubular aguda) y hematológicas (hemólisis y eosinofilia). La inhalación del gas arsina produce tos y disnea, y posteriormente, hemólisis.
La víctima nota, en primer lugar, un sabor acre y una sensación de quemadura, con sed ardiente, constricción de faringe y esófago y naúseas.
Después, vienen los vómitos, que se caracterizan por ser continuos e intensos, en chorro, de aspecto blanquecino "como agua de arroz" y de olor aliláceo (a ajo), que luego pueden hacerse biliosos y sanguinolentos. Se acompaña de irritación intensa con dolores en la faringe y epigastrio y sensación de quemadura local.
Luego diarrea, que al principio es fecaloide y después coleriforme, con deposiciones muy frecuentes, de aspecto riciformes, por la presencia de grumos de mucus coagulado, muy característicos. A estas diarreas riciformes le siguen deposiciones sanguinolentas. La pérdida de líquidos y sales produce sed intensa y calambres musculares, luego hipotensión arterial marcada, shock, con piel cianótica sudorosa y
fría, depresión respiratoria, convulsiones por anoxia y finalmente coma. La muerte generalmente es causada por el shock.
Si no ocurre la muerte dentro de las primeras 24 horas, pueden aparecer ictericia (por lesión del hepatocito), oligoanuria y otras manifestaciones de compromiso multiparenquimatoso.
Con dosis subletales hay náuseas, vómitos, diarreas, calambres musculares y polineuritis. A veces hay ambliopía y amaurosis por neuritis óptica. Puede observarse también encefalopatía con cefaleas, confusión mental, convulsiones, coma y muerte que puede sobrevenir en semanas.
La intoxicación con arsénico puede asimismo ser causa de hepatosis graves con ictericia y hemorragias, glomerulonefritis y miocarditis. En la piel se observan ocasionalmente exantemas escarlatiniformes o morbiliformes.
Si el paciente sobrevive las primeras 24 horas del cuadro gastrointestinal y hemodinámico, existe un periodo de mejoría relativa. A partir de las 24 horas de la ingestión, presenta mayor riesgo de fracaso renal por necrosis tubular aguda, insuficiencia hepática por necrosis, afectación neurológica del sistema nervioso
central y periférico y afectación cardiovascular. Valores de arsénico en sangre > 300 microgr/dl y en orina niveles > 150 mcrg/L. son mortales (Eso lo sabemos ahora, pero los profesionales de la época lo intuyeron)
Se plantea el diagnóstico diferencial con otros cuadros de la clínica general, como enteritis sobreaguda, hepatopatías agudas, meningoencefalopatías, etc. Los elementos semiológicos que sirven para orientarse son: el olor a ajo de los vómitos y el aliento; deposiciones coleriformes, en copos de arroz, el edema palpebral, el colapso intenso, los trastornos visuales, etc. En todos los casos, la investigación de arsénico en orina, heces o vómitos aclarará la situación (Eso ahora, claro, en la época en que murió Claudio, ni caso, ni idea, ni medios, ni interés; además, ya sabían de que se había muerto)
Os recuerdo que para hacer esto, he ido descartando otros venenos (incluidas las setas), eh?. Lo que más coincide es el arsénico, y me encantaría echar mano a los restos de Don Claudio para hacer el pertinente análisis que confirmase el diagnóstico
Por Ennia Durmia, con la colaboración de Galaicus y Marianus
Mostrando entradas con la etiqueta Medicina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Medicina. Mostrar todas las entradas
miércoles, 23 de junio de 2004
Claudio el dios: estudio médico (I)
Entre bátavo y bátavo, por no cansar demasiado, recopilo unos cuantos mensajes de la lista provincial de hace algun tiempo.
Prescindiendo de lo que todo el mundo sabe sobre Claudio, la crónica que sigue es sobre sus patologías, básicamente.
A modo de introducción, unos cotilleos:
El princeps se desposó en cuatro ocasiones. La primera con Plaucia Urgulanila; fruto de este matrimonio nacieron Druso y Claudia; la segunda con Aelia Patina, con la que tuvo a Antonio; en ambos matrimonios, los desposados llevaban una vida independiente, y terminaron en divorcio (sería por eso que no dejó
viudas en este momento de su vida, seguramente...)
Claudio se desposó en terceras nupcias con Mesalina, cuando el
emperador contaba cincuenta años y su prometida, tan sólo,quince. Se trataba de una joven dotada de gran belleza y que pronto se hizo famosa por su impudor, y que segun dicen, mantuvo relaciones extramatrimoniales con multitud de súbditos del emperador. No conformándose con eso, ejerció la profesión más antigua de la humanidad en prostíbulos del barrio de la Suburra (tremendo, no???), llegando a competir en cierta ocasión con una prostituta de renombre, a la cual ganó, ya que Mesalina llegó a hacer el amor veinticinco veces en veinticuatro horas, sin duda una
gran hazaña.
Claudio acabó descubriendo las infidelidades de Mesalina y ordenó su ejecución. Finalmente, Claudio se casó con su sobrina Agripina, la hermana de Calígula, la cual le envenenó con la ayuda de Jenofonte, el médico personal del princeps.
Y ahora, un aviso: los estudios y descripciones médicas llegan a resultar un ladrillo mortal de necesidad (y eso si que no es culpa mía), de modo que recurro al lenguaje abstruso cuando no hay más remedio.
De entrada, en plan hipotético, una semblanza sobre las posibles
patologías de Claudio ( recuérdese que los métodos diagnósticos de la época, con ser bastante mejores que los de la Edad Media, no eran precisamente sofisticados)
He aqui algunas descripciones someras de las recogidas por los sin
duda objetivos cronistas de la época:
1-... era cojo, terriblemente feo, jorobado y tartamudo...
2-... subnormal y depravado...
3- Su madre, Antonia, le llamaba "caricatura de hombre"
y "aborto", términos que hacen sospechar que su nacimiento fuera
prematuro (y poco oportuno, añadiría yo..)
4-... padeció, a lo largo de toda su vida, tics asociados con el
movimiento y con estados emocionales, lo cual motivaría que su
familia tratara de evitar su presencia en actos públicos.
5- ... padeció una debilidad de ambos miembros inferiores, la
cual obligaría a Claudio a leer sus informes ante el Senado sentado, y no de pie como era la costumbre de la época.
6- Su marcha era titubeante, con caídas frecuentes al más mínimo
tropiezo (esto se debía, probablemente, a una contractura anormal de sus piernas)
7- Padeció alteraciones de la locución, contractura de la
musculatura peribucal (que generaba una emisión continua de saliva)y una risa espasmódica (bueno...esto, si no me equivoco, junto con lo mencionado en el punto 4-, es un bonito síndrome de Gilles de la Tourette)
8-... fue durante toda su vida un gran comedor y un gran bebedor,
aquejado de numerosos problemas digestivos, hasta el punto de barajar suicidarse, en alguna ocasión, por no soportar sus "stomachi dolore" (y el omeprazol sin inventarse...).
9-... se quejaba de calambres gástricos, que podían estar en
relación con una pancreatitis crónica, secundaria a la ingesta
desorbitada de bebidas alcohólicas, a patología ulcerosa o a
dispepsia no ulcerosa. (Las digestiones imperiales eran tan molestas que motivaron la publicación de un edicto imperial, que permitía a los comensales poder eructar durante las comidas, considerando que dicha acción era muy saludable).
10-Los excesos dietéticos le provocaron, al igual que a otros muchos reyes y emperadores, crisis gotosas (quamuis podagricus), que han sido documentadas por varios historiadores.(Séneca la menciona en su Apocoloquintosis (13,3) cuando describe la marcha del emperador hacia los infiernos: "...el camino está en pendiente, el descenso es fácil, por eso, pese a su gota, llega en un instante a la puerta de Plutón...").
Ahora, yo debería hacer un sesudo comentario sobre qué es y demás
detalles de la supuesta parálisis cerebral de esta pobre criatura...
Aquí se pueden sistematizar tres sistemas alterados: de una parte,
sistema nervioso (probablemente periférico), de otra, aparato
digestivo, siendo el tercero el sistema de regulación neuroendocrina.
Sistema nervioso: se puede asegurar, con alta probabilidad de no
equivocarse, y a la vista de la falta de antecedentes médicos de
malformaciones y/o taras familiares, que la mayoría de las
afectaciones neurológicas que padeció Claudio estarían en relación
con una paraplejia espástica de Littre, secundaria a un proceso
anóxico intrauterino o durante el periparto (Hay que recordar que su madre dio a luz en plena campaña contra los bárbaros).
Como esto sería ser demasiado preciso, y ya digo que los medios de
diagnóstico complementarios prácticamente no existieron hasta el
siglo XX, si cabe encuadrar todos sus déficits neurológicos en lo que vulgarmente se conoce como parálisis cerebral, pudiéndose denominar así a todo trastorno motor no progresivo de origen cerebral, que generalmente se produce antes de los 2 años de vida. No sólo incluye parálisis, sino también ataxia y coreoatetosis.
Antiguamente, se creía que todo lactante menor de 6 meses con
hipertonía flexora de extremidades superiores y extensora de
extremidades inferiores, tenía casi con seguridad un daño cerebral no progresivo, es decir una parálisis cerebral.
Sin embargo, ahora se sabe que varias enfermedades degenerativas del sistema nervioso central (SNC) se expresan muy precozmente en los primeros meses de vida, generalmente con síndrome piramidal asociado a compromiso sensorial (hipoacusia, amaurosis).
Entonces, hay que sospechar enfermedad neurodegenerativa o error
congénito del metabolismo en todo lactante o recién nacido sin
antecedentes de noxas peri o postnatales que muestre sintomatología neurológica severa.
Como no hay manera de saber qué curso exacto tuvo su nacimiento, ni el peso al nacer, ni los resultados del test de Apgar, ni ninguno de los parámetros que se utilizan actualmente para
establecer diagnósticos, siquiera sea por exclusión, habrá que
conformarse con suponer que la hipótesis más factible sea la de la
enfermedad de Littré)
Un 10 a 15% de las parálisis cerebrales son adquiridas a través de
una lesión cerebral conocida, generalmente por infecciones o traumatismos después del primer mes de vida. (Esto es algo bastante poco fiable,para que nos vamos a engañar...dependiendo de los distintos autores médicos y su variada experiencia, las conclusiones van de un extremo a otro. Por algo se dice que, en medicina, dos y dos nunca son cuatro)
En el lactante se puede ver compromiso piramidal con hipotonía,
pero destaca la hipertonía distal, que orienta al origen cerebral de la afección motora.
Incluye, generalmente, compromiso piramidal o motor voluntario:
· Paraplejia: compromiso exclusivo de extremidades inferiores.
· Hemiplejia: Parálisis de un hemicuerpo.
· Diplejia: Compromiso de las 4 extremidades, pero con mayor afección de las extremidades inferiores.
· Hemiparesia doble espástica: Se comprometen las 4 extremidades,
pero más las superiores.
Esta diferenciación semiológica de los subtipos de parálisis
cerebral es importante, pues tiene diferente pronóstico. Por ejemplo en la paraparesia espástica el niño tiene hipertonía distal, con retraso de la marcha y caminata en punta de pies. Esta es la típica parálisis cerebral del prematuro, por compromiso de la sustancia blanca periventricular (menos irrigada). No se asocia a convulsiones ni retardo mental y es de buen pronóstico.
El compromiso motor más generalizado hace que aumente más la
epilepsia y el retardo mental, siendo máxima esta asociación en la
hemiparesia doble espástica, la parálisis cerebral de peor pronóstico.
Hay que tener cuidado cuando la "parálisis cerebral" se reduce sólo a coreoatetosis (movimientos incoordinados), pues como el niño no controla sus movimientos y adopta posturas anormales, puede dar la impresión de retardo mental,(atentos a esto!!!), en circunstancias que tiene coeficiente intelectual (CI) normal, ya que la corteza cerebral no se encuentra afectada.
Otros movimientos anormales son las distonías, que son movimientos de torsión de cuello u otros, que pueden simular una crisis epiléptica
Se denominan mioclonias a las sacudidas musculares bruscas y breves.
Pueden corresponder tanto a fenómenos normales como patológicos.
Puede verse en el sueño, situación en que son normales (en el momento que nos estamos quedando dormidos). A veces no son normales, como en el "síndrome de las piernas inquietas", que impide conciliar el sueño (y hay que despertar para que cesen).
Existen otras mioclonías provocadas por alteraciones cerebrales
difusas, que no son epilépticas, sino de origen subcorticales. Un
porcentaje importante de estos niños, tienen enfermedades
degenerativas del SNC, o encefalitis.
Los tics son los movimientos involuntarios más frecuentes. Los tics simples generalmente involucran la musculatura palpebral y muchas veces no requieren tratamiento. Si comprometen musculatura facial,cervical, o extremidades, se tratan con haloperidol o diazepam (Que, evidentemente, no estaba a disposición del público cuando Claudio lo necesitaba, más que nada, porque es otro producto del siglo XX).
Existe un cuadro más severo, denominado síndrome de La Tourette, con tics motores múltiples asociados a tics fónicos, coprolalia, y
trastorno obsesivo compulsivo.
En cuanto a los males gástricos, dolores de estómago post-ingesta
alcohólica, ataques de gota por exceso de proteínas....qué os puedo contar que no hayáis padecido en propio cuerpo alguna vez...Eso sí, si os interesa, cualquier día os castigo otro poquito.(La alteración neuroendocrina, que podría deberse a alguna clase de error metabólico, es una sospecha que tengo...y que no puedo demostrar)
Lo alucinante del asunto es que el muchacho debía ser o bien muy
seductor intelectivamente hablando (eso que mencionaba Cicerón de la belleza...interior), o bien sumamente interesante desde algun punto de vista, y el crematístico no es descartable, porque se casó "sólo" cuatro veces..., se ve que no escarmentaba fácilmente.
Una cosa que si me ha quedado clarísima es que de retraso mental,
nada de nada; es más, creo que si hubiera habido más Emperadores como él, a los romanos de la época les hubiera ido bastante mejor. Y a las romanas, ni os cuento...
Continuará en breve.
Ennia Durmia
Prescindiendo de lo que todo el mundo sabe sobre Claudio, la crónica que sigue es sobre sus patologías, básicamente.
A modo de introducción, unos cotilleos:
El princeps se desposó en cuatro ocasiones. La primera con Plaucia Urgulanila; fruto de este matrimonio nacieron Druso y Claudia; la segunda con Aelia Patina, con la que tuvo a Antonio; en ambos matrimonios, los desposados llevaban una vida independiente, y terminaron en divorcio (sería por eso que no dejó
viudas en este momento de su vida, seguramente...)
Claudio se desposó en terceras nupcias con Mesalina, cuando el
emperador contaba cincuenta años y su prometida, tan sólo,quince. Se trataba de una joven dotada de gran belleza y que pronto se hizo famosa por su impudor, y que segun dicen, mantuvo relaciones extramatrimoniales con multitud de súbditos del emperador. No conformándose con eso, ejerció la profesión más antigua de la humanidad en prostíbulos del barrio de la Suburra (tremendo, no???), llegando a competir en cierta ocasión con una prostituta de renombre, a la cual ganó, ya que Mesalina llegó a hacer el amor veinticinco veces en veinticuatro horas, sin duda una
gran hazaña.
Claudio acabó descubriendo las infidelidades de Mesalina y ordenó su ejecución. Finalmente, Claudio se casó con su sobrina Agripina, la hermana de Calígula, la cual le envenenó con la ayuda de Jenofonte, el médico personal del princeps.
Y ahora, un aviso: los estudios y descripciones médicas llegan a resultar un ladrillo mortal de necesidad (y eso si que no es culpa mía), de modo que recurro al lenguaje abstruso cuando no hay más remedio.
De entrada, en plan hipotético, una semblanza sobre las posibles
patologías de Claudio ( recuérdese que los métodos diagnósticos de la época, con ser bastante mejores que los de la Edad Media, no eran precisamente sofisticados)
He aqui algunas descripciones someras de las recogidas por los sin
duda objetivos cronistas de la época:
1-... era cojo, terriblemente feo, jorobado y tartamudo...
2-... subnormal y depravado...
3- Su madre, Antonia, le llamaba "caricatura de hombre"
y "aborto", términos que hacen sospechar que su nacimiento fuera
prematuro (y poco oportuno, añadiría yo..)
4-... padeció, a lo largo de toda su vida, tics asociados con el
movimiento y con estados emocionales, lo cual motivaría que su
familia tratara de evitar su presencia en actos públicos.
5- ... padeció una debilidad de ambos miembros inferiores, la
cual obligaría a Claudio a leer sus informes ante el Senado sentado, y no de pie como era la costumbre de la época.
6- Su marcha era titubeante, con caídas frecuentes al más mínimo
tropiezo (esto se debía, probablemente, a una contractura anormal de sus piernas)
7- Padeció alteraciones de la locución, contractura de la
musculatura peribucal (que generaba una emisión continua de saliva)y una risa espasmódica (bueno...esto, si no me equivoco, junto con lo mencionado en el punto 4-, es un bonito síndrome de Gilles de la Tourette)
8-... fue durante toda su vida un gran comedor y un gran bebedor,
aquejado de numerosos problemas digestivos, hasta el punto de barajar suicidarse, en alguna ocasión, por no soportar sus "stomachi dolore" (y el omeprazol sin inventarse...).
9-... se quejaba de calambres gástricos, que podían estar en
relación con una pancreatitis crónica, secundaria a la ingesta
desorbitada de bebidas alcohólicas, a patología ulcerosa o a
dispepsia no ulcerosa. (Las digestiones imperiales eran tan molestas que motivaron la publicación de un edicto imperial, que permitía a los comensales poder eructar durante las comidas, considerando que dicha acción era muy saludable).
10-Los excesos dietéticos le provocaron, al igual que a otros muchos reyes y emperadores, crisis gotosas (quamuis podagricus), que han sido documentadas por varios historiadores.(Séneca la menciona en su Apocoloquintosis (13,3) cuando describe la marcha del emperador hacia los infiernos: "...el camino está en pendiente, el descenso es fácil, por eso, pese a su gota, llega en un instante a la puerta de Plutón...").
Ahora, yo debería hacer un sesudo comentario sobre qué es y demás
detalles de la supuesta parálisis cerebral de esta pobre criatura...
Aquí se pueden sistematizar tres sistemas alterados: de una parte,
sistema nervioso (probablemente periférico), de otra, aparato
digestivo, siendo el tercero el sistema de regulación neuroendocrina.
Sistema nervioso: se puede asegurar, con alta probabilidad de no
equivocarse, y a la vista de la falta de antecedentes médicos de
malformaciones y/o taras familiares, que la mayoría de las
afectaciones neurológicas que padeció Claudio estarían en relación
con una paraplejia espástica de Littre, secundaria a un proceso
anóxico intrauterino o durante el periparto (Hay que recordar que su madre dio a luz en plena campaña contra los bárbaros).
Como esto sería ser demasiado preciso, y ya digo que los medios de
diagnóstico complementarios prácticamente no existieron hasta el
siglo XX, si cabe encuadrar todos sus déficits neurológicos en lo que vulgarmente se conoce como parálisis cerebral, pudiéndose denominar así a todo trastorno motor no progresivo de origen cerebral, que generalmente se produce antes de los 2 años de vida. No sólo incluye parálisis, sino también ataxia y coreoatetosis.
Antiguamente, se creía que todo lactante menor de 6 meses con
hipertonía flexora de extremidades superiores y extensora de
extremidades inferiores, tenía casi con seguridad un daño cerebral no progresivo, es decir una parálisis cerebral.
Sin embargo, ahora se sabe que varias enfermedades degenerativas del sistema nervioso central (SNC) se expresan muy precozmente en los primeros meses de vida, generalmente con síndrome piramidal asociado a compromiso sensorial (hipoacusia, amaurosis).
Entonces, hay que sospechar enfermedad neurodegenerativa o error
congénito del metabolismo en todo lactante o recién nacido sin
antecedentes de noxas peri o postnatales que muestre sintomatología neurológica severa.
Como no hay manera de saber qué curso exacto tuvo su nacimiento, ni el peso al nacer, ni los resultados del test de Apgar, ni ninguno de los parámetros que se utilizan actualmente para
establecer diagnósticos, siquiera sea por exclusión, habrá que
conformarse con suponer que la hipótesis más factible sea la de la
enfermedad de Littré)
Un 10 a 15% de las parálisis cerebrales son adquiridas a través de
una lesión cerebral conocida, generalmente por infecciones o traumatismos después del primer mes de vida. (Esto es algo bastante poco fiable,para que nos vamos a engañar...dependiendo de los distintos autores médicos y su variada experiencia, las conclusiones van de un extremo a otro. Por algo se dice que, en medicina, dos y dos nunca son cuatro)
En el lactante se puede ver compromiso piramidal con hipotonía,
pero destaca la hipertonía distal, que orienta al origen cerebral de la afección motora.
Incluye, generalmente, compromiso piramidal o motor voluntario:
· Paraplejia: compromiso exclusivo de extremidades inferiores.
· Hemiplejia: Parálisis de un hemicuerpo.
· Diplejia: Compromiso de las 4 extremidades, pero con mayor afección de las extremidades inferiores.
· Hemiparesia doble espástica: Se comprometen las 4 extremidades,
pero más las superiores.
Esta diferenciación semiológica de los subtipos de parálisis
cerebral es importante, pues tiene diferente pronóstico. Por ejemplo en la paraparesia espástica el niño tiene hipertonía distal, con retraso de la marcha y caminata en punta de pies. Esta es la típica parálisis cerebral del prematuro, por compromiso de la sustancia blanca periventricular (menos irrigada). No se asocia a convulsiones ni retardo mental y es de buen pronóstico.
El compromiso motor más generalizado hace que aumente más la
epilepsia y el retardo mental, siendo máxima esta asociación en la
hemiparesia doble espástica, la parálisis cerebral de peor pronóstico.
Hay que tener cuidado cuando la "parálisis cerebral" se reduce sólo a coreoatetosis (movimientos incoordinados), pues como el niño no controla sus movimientos y adopta posturas anormales, puede dar la impresión de retardo mental,(atentos a esto!!!), en circunstancias que tiene coeficiente intelectual (CI) normal, ya que la corteza cerebral no se encuentra afectada.
Otros movimientos anormales son las distonías, que son movimientos de torsión de cuello u otros, que pueden simular una crisis epiléptica
Se denominan mioclonias a las sacudidas musculares bruscas y breves.
Pueden corresponder tanto a fenómenos normales como patológicos.
Puede verse en el sueño, situación en que son normales (en el momento que nos estamos quedando dormidos). A veces no son normales, como en el "síndrome de las piernas inquietas", que impide conciliar el sueño (y hay que despertar para que cesen).
Existen otras mioclonías provocadas por alteraciones cerebrales
difusas, que no son epilépticas, sino de origen subcorticales. Un
porcentaje importante de estos niños, tienen enfermedades
degenerativas del SNC, o encefalitis.
Los tics son los movimientos involuntarios más frecuentes. Los tics simples generalmente involucran la musculatura palpebral y muchas veces no requieren tratamiento. Si comprometen musculatura facial,cervical, o extremidades, se tratan con haloperidol o diazepam (Que, evidentemente, no estaba a disposición del público cuando Claudio lo necesitaba, más que nada, porque es otro producto del siglo XX).
Existe un cuadro más severo, denominado síndrome de La Tourette, con tics motores múltiples asociados a tics fónicos, coprolalia, y
trastorno obsesivo compulsivo.
En cuanto a los males gástricos, dolores de estómago post-ingesta
alcohólica, ataques de gota por exceso de proteínas....qué os puedo contar que no hayáis padecido en propio cuerpo alguna vez...Eso sí, si os interesa, cualquier día os castigo otro poquito.(La alteración neuroendocrina, que podría deberse a alguna clase de error metabólico, es una sospecha que tengo...y que no puedo demostrar)
Lo alucinante del asunto es que el muchacho debía ser o bien muy
seductor intelectivamente hablando (eso que mencionaba Cicerón de la belleza...interior), o bien sumamente interesante desde algun punto de vista, y el crematístico no es descartable, porque se casó "sólo" cuatro veces..., se ve que no escarmentaba fácilmente.
Una cosa que si me ha quedado clarísima es que de retraso mental,
nada de nada; es más, creo que si hubiera habido más Emperadores como él, a los romanos de la época les hubiera ido bastante mejor. Y a las romanas, ni os cuento...
Continuará en breve.
Ennia Durmia
miércoles, 28 de enero de 2004
La adaptación a la malaria en la antigüedad
Leyendo un poco sobre genética he encontrado que en el mediterráneo existen un buen número de mutaciones genéticas en los humanos, que pueden ser usadas potencialmente de marcadores genéticos. Al parecer son una adaptación contra la malaria, concretamente contra la malaria provocada por el Falciparum.
Lamentablemente esta adaptación tiene sus consecuencias, porque aunque protege a los eritrocitos de la malaria también puede producir una grave enfermedad llamada talasemia o talasanemia, que puede desembocar en una anemia seria.
La talasemia es una hemoglobinopatía que presenta una distribución característica: aparece a lo largo de la banda que se extiende alrededor de las viejas civilizaciones (Mediterráneo, Medio Oriente, India y China). Inicialmente fue identificada entre personas cuyos antecesores habían vivido en las costas del mediterráneo.
Su nombre deriva de la palabra griega [thalassa] 'mar' + [(an-) haima] '(no) sangre', en alusión a este hecho. ¡Digamos que desemboca en un tipo de anemia típicamente mediterráneo!
Uno de los tipos de talasemia está asociado a mutaciones que producen modificación en las cadenas beta de la globina, y de ahí que la enfermedad mediterránea tan característica sea un tipo de beta-talasemia (también existen la alpha-talasemia y la delta-talasemia). La beta-talasemia mediterránea o beta-talasemia de Cooley -existen otros dos tipos de beta talasemia menos severas- se presenta en la variedad homocigótica cuanto ambos genes procedentes de la madre y el padre presentan el defecto genético o en la heterocigótica cuando no es así.
La primera de ellas es bastante de aparición precoz y prácticamente sin tratamiento. Una de las consecuencias de las talasemias es la aparición de anemias. Los síntomas de las anemias serían demasiado amplios para tratarlos pero entre ellos están: palidez de la piel, riesgos de taquicardias, palpitaciones, dilatación cardiaca, soplos, cefaleas, fotopsias, astenias y otros estrictamente ligados a la patogénesis de la anemia como ictericia, palidez, coagulación intravascular, ...
¡Sin embargo, muchas de las personas que padecen la enfermedad en el mediterráneo han llegado a desarrollar anemias prácticamente exentas de sintomatología como adaptación!
Es un poco impresionante cuando se examina el número de personas en el mediterráneo que presenta mutaciones capaces de desembocar en una beta-talasemia:
Cerdeña
Codón 39 (C --- T) 95,7%
Codón 6 (-A) 2,1%
Codón 76 (-1) 0,7%
Intrón 1-110 (G ---A) 0,5%
Intrón 2-745 (C --- G) 0,4%
Grecia
Intrón -110 (G ---A) 43,7%
Codón 39 (C --- T) 17,4%
Intrón 1-1 (G ---A) 13,6%
Intrón 1-6 (T ---C) 7,4%
Intrón 2-745 (C --- G) 7,1%
Un codón es una secuencia de tres bases que codifica un determinado aminoácido. La flecha --- significa substitución entro dos bases de ADN, y el signo – delección de una base.
A partir de estos datos resulta relativamente sencillo identificar los antecedentes de una persona procedente de estas dos y otras regiones mediterráneas. ¡Incluso tal vez sea posible ajustar el porcentaje de población griega que se asentaría en Cerdeña a partir de las mutaciones de los intrones 1-110 y 2-745!
Que estas mutaciones -en principio perjudiciales para la salud- estén tan extendidas, creo que solo podría explicarse por la protección eficaz contra la malaria provocada por el Falciparum. De hecho, sabemos que en el imperio hubo varias epidemias de malaria.
También en diversos autores clásicos como Marco Aurelio se reporta la abundancia de ictericia, uno de los síntomas típicos de estas anemias.
La mayor escasez de la mutación en regiones fuera del cinturón de antiguas ciudades seguramente se debe a que, al tener menores densidades de población, el contagio por Falciparum era menos frecuente y no presentaba un beneficio poseer dichas mutaciones.
Por otra parte los mediterráneos desarrollaron mecanismos que les permitían padecer la anemia sin mostrar una gran sintomatología. La gente con menor tolerancia a la anemia debió fallecer o padecer problemas de salud en una proporción mayor, de tal manera que los más tolerantes desarrollaron una ventaja reproductiva.
Por otra parte las mutaciones asociadas a la beta-talasemia que se encuentran en Pakistán y China son diferentes de las mediterráneas. Incluso China y Pakistán solo comparten una mutación beta-talasémica, la del Codón 41/42 (-TCCT) que en China llega al 38,6% y en Pakistán solo al 7,9%.
Bueno me pareció interesante todo esto de los altos porcentajes de mutaciones en el mediterráneo y pensé en soltaros un poco el rollo :-)
¡Son otra forma de deducir las migraciones en la antigüedad!
Por Cl. Salix Davianus
Lamentablemente esta adaptación tiene sus consecuencias, porque aunque protege a los eritrocitos de la malaria también puede producir una grave enfermedad llamada talasemia o talasanemia, que puede desembocar en una anemia seria.
La talasemia es una hemoglobinopatía que presenta una distribución característica: aparece a lo largo de la banda que se extiende alrededor de las viejas civilizaciones (Mediterráneo, Medio Oriente, India y China). Inicialmente fue identificada entre personas cuyos antecesores habían vivido en las costas del mediterráneo.
Su nombre deriva de la palabra griega [thalassa] 'mar' + [(an-) haima] '(no) sangre', en alusión a este hecho. ¡Digamos que desemboca en un tipo de anemia típicamente mediterráneo!
Uno de los tipos de talasemia está asociado a mutaciones que producen modificación en las cadenas beta de la globina, y de ahí que la enfermedad mediterránea tan característica sea un tipo de beta-talasemia (también existen la alpha-talasemia y la delta-talasemia). La beta-talasemia mediterránea o beta-talasemia de Cooley -existen otros dos tipos de beta talasemia menos severas- se presenta en la variedad homocigótica cuanto ambos genes procedentes de la madre y el padre presentan el defecto genético o en la heterocigótica cuando no es así.
La primera de ellas es bastante de aparición precoz y prácticamente sin tratamiento. Una de las consecuencias de las talasemias es la aparición de anemias. Los síntomas de las anemias serían demasiado amplios para tratarlos pero entre ellos están: palidez de la piel, riesgos de taquicardias, palpitaciones, dilatación cardiaca, soplos, cefaleas, fotopsias, astenias y otros estrictamente ligados a la patogénesis de la anemia como ictericia, palidez, coagulación intravascular, ...
¡Sin embargo, muchas de las personas que padecen la enfermedad en el mediterráneo han llegado a desarrollar anemias prácticamente exentas de sintomatología como adaptación!
Es un poco impresionante cuando se examina el número de personas en el mediterráneo que presenta mutaciones capaces de desembocar en una beta-talasemia:
Cerdeña
Codón 39 (C --- T) 95,7%
Codón 6 (-A) 2,1%
Codón 76 (-1) 0,7%
Intrón 1-110 (G ---A) 0,5%
Intrón 2-745 (C --- G) 0,4%
Grecia
Intrón -110 (G ---A) 43,7%
Codón 39 (C --- T) 17,4%
Intrón 1-1 (G ---A) 13,6%
Intrón 1-6 (T ---C) 7,4%
Intrón 2-745 (C --- G) 7,1%
Un codón es una secuencia de tres bases que codifica un determinado aminoácido. La flecha --- significa substitución entro dos bases de ADN, y el signo – delección de una base.
A partir de estos datos resulta relativamente sencillo identificar los antecedentes de una persona procedente de estas dos y otras regiones mediterráneas. ¡Incluso tal vez sea posible ajustar el porcentaje de población griega que se asentaría en Cerdeña a partir de las mutaciones de los intrones 1-110 y 2-745!
Que estas mutaciones -en principio perjudiciales para la salud- estén tan extendidas, creo que solo podría explicarse por la protección eficaz contra la malaria provocada por el Falciparum. De hecho, sabemos que en el imperio hubo varias epidemias de malaria.
También en diversos autores clásicos como Marco Aurelio se reporta la abundancia de ictericia, uno de los síntomas típicos de estas anemias.
La mayor escasez de la mutación en regiones fuera del cinturón de antiguas ciudades seguramente se debe a que, al tener menores densidades de población, el contagio por Falciparum era menos frecuente y no presentaba un beneficio poseer dichas mutaciones.
Por otra parte los mediterráneos desarrollaron mecanismos que les permitían padecer la anemia sin mostrar una gran sintomatología. La gente con menor tolerancia a la anemia debió fallecer o padecer problemas de salud en una proporción mayor, de tal manera que los más tolerantes desarrollaron una ventaja reproductiva.
Por otra parte las mutaciones asociadas a la beta-talasemia que se encuentran en Pakistán y China son diferentes de las mediterráneas. Incluso China y Pakistán solo comparten una mutación beta-talasémica, la del Codón 41/42 (-TCCT) que en China llega al 38,6% y en Pakistán solo al 7,9%.
Bueno me pareció interesante todo esto de los altos porcentajes de mutaciones en el mediterráneo y pensé en soltaros un poco el rollo :-)
¡Son otra forma de deducir las migraciones en la antigüedad!
Por Cl. Salix Davianus
sábado, 25 de octubre de 2003
Medicina Militar Romana III
Entre las principales razones que hicieron a Roma uno de los imperios más poderosos de toda la Historia, estaba el hecho de tener ideas muy avanzadas.
Los procedimientos romanos de reclutamiento (Primera actuación del médico militar: exámen exhaustivo del estado de salud de los aspirantes, incluyendo exploración de la agudeza visual), entrenamiento (con la presencia permanente de un médico en el campo de entrenamiento, por si alguien resultaba herido, o sufría alguna lesión) y medidas disciplinarias, que estaban muy avanzados, mantenían a sus tropas con el mejor entrenamiento y en la mejor forma física de su tiempo.
El servicio médico, las ideas de higiene y las dietas también estaban avanzadas. No solo contribuían a mantener a los soldados vivos, sino que también les ayudaban a producir los soldados más sanos y mejor alimentados que había visto el mundo en aquella época. Los soldados romanos también eran muy observados. Sus ideas sobre religión, matrimonio y vida familiar no estaban ausentes, pero rara vez les impedían luchar de la mejor manera posible.
Ha habido una considerable discusión sobre el status del medicus ordinarius en el ejército romano. Este término se ha encontrado en relación tanto con inscripciones legionarias, como asociado a unidades auxiliares. Los poseedores de esta denominación parecían ser siempre ciudadanos romanos, entre los 25 (Anicius Ingenuus es el más joven de los registrados) y los 85 años (Caius Papirius Aelianus, que murió en Lambaesis, Argelia).
Esta información sugiere que el término no indica vinculacion a ninguna unidad en particular, ni un status especial, ni una situación de prácticas. Generalmente, hay acuerdo, segun las conclusiones de Davis, en que un Medicus Ordinarius era un médico especializado, con el rango de centurión, aunque con responsabilidades exclusivamente médicas. Pese a su juventud, Anicius Ingenuus habría sido exhaustivamente preparado, aunque se desconoce si recibió su formación como aprendiz antes de alistarse en el ejército, o si lo preparó el propio ejército.
El Medicus Ordinarius (Oficial Jefe Médico) tenía un rango equivalente a centurión, y era el hombre a cargo de los capsarii (vendadores) en el hospital (Valetudinarium).
Segun Peddie, al menos en un ejemplo verificable, el número de hombres enfermos en todo el ejército estaba entre 300 y 500. Incluso empleando a gran número de sirvientes para cuidarlos, parecería que, al menos 10 ó 20 médicos habrían sido necesarios para ello.
Si se asignan 20, dos por cohorte, se puede suponer que cada dos de ellos llevaba una tienda, pero con 20 sirvientes como asistentes.
Los soldados heridos serían trasladados desde el campo de batalla sobre sus escudos, pero aquellos incapacitados para caminar por su propio pie tendrían una forma de transporte alternativo, bien para ir de un campamento a otro, o bien para ser llevados a algun campamento base más seguro. En cada caso, parece plausible que la legión dispusiera de algun tipo de ambulancias para este fin.
Como ambulancia, es presumible que se empleara un carrro ligero de dos ruedas por cada cohorte, conducida por algun asistente. Los diez asistentes restantes se ocuparían de los convoyes de mulas.
No hay duda de que el Ejército Romano tenía un Servicio Médico. En la Epoca Imperial, cada unidad, tanto de legionarios como de tropas auxiliares, tenía personal médico. Estaba el medicus ordinarius (con rango de centurión) y varios medici/paramédicos, que serían inmunes, sesquiplicarii o inclusive, duplicarii.
Estos médicos eran asistidos por los capsarii, que, como su nombre indica, se ocupaban de los botiquines conteniendo el instrumental, los vendajes y las medicaciones.
El servicio médico en su totalidad estaba a las órdenes directas del Praefectus Castrorum.
Había un hospital militar (Valetudinarium) en cada campamento permanente de la Legión. Es de destacar el de la base legionaria de Vetera Castra, cuyos parámetros de ingeniería sanitaria, comodidad e higiene no fueron alcanzados por los hospitales militares hasta muy avanzado el siglo XIX.
Ennia Durmia Gemina
Los procedimientos romanos de reclutamiento (Primera actuación del médico militar: exámen exhaustivo del estado de salud de los aspirantes, incluyendo exploración de la agudeza visual), entrenamiento (con la presencia permanente de un médico en el campo de entrenamiento, por si alguien resultaba herido, o sufría alguna lesión) y medidas disciplinarias, que estaban muy avanzados, mantenían a sus tropas con el mejor entrenamiento y en la mejor forma física de su tiempo.
El servicio médico, las ideas de higiene y las dietas también estaban avanzadas. No solo contribuían a mantener a los soldados vivos, sino que también les ayudaban a producir los soldados más sanos y mejor alimentados que había visto el mundo en aquella época. Los soldados romanos también eran muy observados. Sus ideas sobre religión, matrimonio y vida familiar no estaban ausentes, pero rara vez les impedían luchar de la mejor manera posible.
Ha habido una considerable discusión sobre el status del medicus ordinarius en el ejército romano. Este término se ha encontrado en relación tanto con inscripciones legionarias, como asociado a unidades auxiliares. Los poseedores de esta denominación parecían ser siempre ciudadanos romanos, entre los 25 (Anicius Ingenuus es el más joven de los registrados) y los 85 años (Caius Papirius Aelianus, que murió en Lambaesis, Argelia).
Esta información sugiere que el término no indica vinculacion a ninguna unidad en particular, ni un status especial, ni una situación de prácticas. Generalmente, hay acuerdo, segun las conclusiones de Davis, en que un Medicus Ordinarius era un médico especializado, con el rango de centurión, aunque con responsabilidades exclusivamente médicas. Pese a su juventud, Anicius Ingenuus habría sido exhaustivamente preparado, aunque se desconoce si recibió su formación como aprendiz antes de alistarse en el ejército, o si lo preparó el propio ejército.
El Medicus Ordinarius (Oficial Jefe Médico) tenía un rango equivalente a centurión, y era el hombre a cargo de los capsarii (vendadores) en el hospital (Valetudinarium).
Segun Peddie, al menos en un ejemplo verificable, el número de hombres enfermos en todo el ejército estaba entre 300 y 500. Incluso empleando a gran número de sirvientes para cuidarlos, parecería que, al menos 10 ó 20 médicos habrían sido necesarios para ello.
Si se asignan 20, dos por cohorte, se puede suponer que cada dos de ellos llevaba una tienda, pero con 20 sirvientes como asistentes.
Los soldados heridos serían trasladados desde el campo de batalla sobre sus escudos, pero aquellos incapacitados para caminar por su propio pie tendrían una forma de transporte alternativo, bien para ir de un campamento a otro, o bien para ser llevados a algun campamento base más seguro. En cada caso, parece plausible que la legión dispusiera de algun tipo de ambulancias para este fin.
Como ambulancia, es presumible que se empleara un carrro ligero de dos ruedas por cada cohorte, conducida por algun asistente. Los diez asistentes restantes se ocuparían de los convoyes de mulas.
No hay duda de que el Ejército Romano tenía un Servicio Médico. En la Epoca Imperial, cada unidad, tanto de legionarios como de tropas auxiliares, tenía personal médico. Estaba el medicus ordinarius (con rango de centurión) y varios medici/paramédicos, que serían inmunes, sesquiplicarii o inclusive, duplicarii.
Estos médicos eran asistidos por los capsarii, que, como su nombre indica, se ocupaban de los botiquines conteniendo el instrumental, los vendajes y las medicaciones.
El servicio médico en su totalidad estaba a las órdenes directas del Praefectus Castrorum.
Había un hospital militar (Valetudinarium) en cada campamento permanente de la Legión. Es de destacar el de la base legionaria de Vetera Castra, cuyos parámetros de ingeniería sanitaria, comodidad e higiene no fueron alcanzados por los hospitales militares hasta muy avanzado el siglo XIX.
Ennia Durmia Gemina
lunes, 15 de septiembre de 2003
Links sobre instrumental quirúrgico romano
Esto son unos links sobre instrumental quirúrgico romano, bastante espeluznante. ¡Es una suerte haber nacido en el siglo XX, la verdad...!
Instrumental de pompeya, con capsa
Instrumental quirúrgico romano real
Instrumental quirúrgico romano clásico
Instrumental quirúrgico y variante de capsa
Kit quirúrgico clásico
Dibujos, con extractor de flechas
Bibliografia sobre instrumental
Variante de instrumental
Por ennia Durmia Gemina
Instrumental de pompeya, con capsa
Instrumental quirúrgico romano real
Instrumental quirúrgico romano clásico
Instrumental quirúrgico y variante de capsa
Kit quirúrgico clásico
Dibujos, con extractor de flechas
Bibliografia sobre instrumental
Variante de instrumental
Por ennia Durmia Gemina
lunes, 8 de septiembre de 2003
Anticonceptivos en el Mundo Clásico: Roma
Este resumen no está disponible. Haz
clic en este enlace para ver la entrada.
lunes, 25 de agosto de 2003
Medicina Militar Romana (II)
En el mundo romano, muchos médicos eran griegos, dado que la medicina griega solía tener más fundamentación científica que la romana, y por lo tanto, mejores resultados, en lugar de la medicina romana, que dependía más de prácticas mágicas o religiosas.
Los romanos podían tratar llagas y heridas con ungüentos y pociones, y prepararían medicaciones diversas con plantas y especias. También llevarían a cabo cirugía elemental, aunque, en ausencia efectiva de anestésicos, mucha gente moría a consecuencia del shock y el dolor. Y para muchos de los supervivientes, la ineficacia de los antisépticos de la época implicaba que, a veces, infecciones postquirúrgicas y gangrena consecutiva, en algunos casos, podían acabar en amputación o en algo peor. En aquellos días, el buen resultado de una intervención dependía de que el cirujano fuese experto, fuerte, y sobre todo, rápido.
Los únicos hospitales que existían en el mundo romano, fueron construidos por el ejército en los campamentos de las zonas fronterizas. Los cirujanos militares desempeñaron un importante papel en la difusión de la medicina romana a todo el mundo romano. Fueron capaces de desarrollar sus habilidades en el campo de batalla, tratando a soldados heridos y enfermos, y se beneficiaron de los nuevos tratamientos y medicamentos aportados a medida que más y más pueblos y culturas fueron englobados en el Imperio.
La especial atención que se prestaba al ejercicio y a la dieta habla de la prioridad de mantener el ejército sano. Tanto como ejercicio y dieta, existía la preocupación de la sanidad y de la higiene personal de las tropas. Los romanos elegían los emplazamientos de sus fortines y campamentos con sumo cuidado. Se aseguraban de evitar aguas insalubres y areas de dificil aprovisionamiento de alimentos.Los emplazamientos de los fuertes permanentes tenían acueductos, desagües y alcantarillas para garantizar aguas depuradas.
Los médicos romanos tenían métodos quirúrgicos sorprendentemente avanzados para el tratamiento de las heridas. Esto queda reflejado en su amplia variedad de instrumentos quirúrgicos. Incluyen forceps para extraer proyectiles tales como flechas, sondas, espátulas para aplicar ungüentos, pequeñas palas con una cuchilla en el extremo, horcas para separar el tejido muscular, pinzas, agujas tanto curvas como rectas, y tablillas para piernas. Se recurría a la amputación cuando era necesario. La carne sobre la herida se cortaba sobre el hueso con un escalpelo, pero no sobre articulaciones. El hueso era serrado, dejando suficiente piel colgando. Entonces, el hueso se alisaba, la piel se doblaba encima y se cosía para cubrir el hueso. Este es el método que se empleó hasta la Primera Guerra Mundial. Para tratar el dolor, los médicos romanos recetaban ungüentos y extractos de plantas medicinales que aún se usan actualmente. Esto incluía centaury, empleado para las heridas, las enfermedades oculares y las picaduras de serpientes; escopolamina (henbane), usada como hipnótico; St. John's wort, usado para las patologías sanguíneas; plantain, empleada contra la disentería y las hemorragias; y fenugreek, usado como enema y cataplasma/emplasto. También usaban vino medicinal para curar enfermedades comunes, como catarros y diarreas.
Los hospitales militares se situaban dentro de los campamentos. Había salas separadas para enfermos y heridos. La sala de los enfermos se situaba los más retirada posible, y sólo tenía una entrada. Esto era para aislar lo más posible a los soldados enfermos del resto de la tropa sana. Los enfermos estaban en cama durante unos días, hasta que se recuperaban. Había otras instalaciones y medios asignados para proporcionar cierto bienestar a aquellos que estuvieran tan enfermos que no pudieran incorporarse a sus unidades de combate durante un tiempo.
Ennia Durmia Gemina
Los romanos podían tratar llagas y heridas con ungüentos y pociones, y prepararían medicaciones diversas con plantas y especias. También llevarían a cabo cirugía elemental, aunque, en ausencia efectiva de anestésicos, mucha gente moría a consecuencia del shock y el dolor. Y para muchos de los supervivientes, la ineficacia de los antisépticos de la época implicaba que, a veces, infecciones postquirúrgicas y gangrena consecutiva, en algunos casos, podían acabar en amputación o en algo peor. En aquellos días, el buen resultado de una intervención dependía de que el cirujano fuese experto, fuerte, y sobre todo, rápido.
Los únicos hospitales que existían en el mundo romano, fueron construidos por el ejército en los campamentos de las zonas fronterizas. Los cirujanos militares desempeñaron un importante papel en la difusión de la medicina romana a todo el mundo romano. Fueron capaces de desarrollar sus habilidades en el campo de batalla, tratando a soldados heridos y enfermos, y se beneficiaron de los nuevos tratamientos y medicamentos aportados a medida que más y más pueblos y culturas fueron englobados en el Imperio.
La especial atención que se prestaba al ejercicio y a la dieta habla de la prioridad de mantener el ejército sano. Tanto como ejercicio y dieta, existía la preocupación de la sanidad y de la higiene personal de las tropas. Los romanos elegían los emplazamientos de sus fortines y campamentos con sumo cuidado. Se aseguraban de evitar aguas insalubres y areas de dificil aprovisionamiento de alimentos.Los emplazamientos de los fuertes permanentes tenían acueductos, desagües y alcantarillas para garantizar aguas depuradas.
Los médicos romanos tenían métodos quirúrgicos sorprendentemente avanzados para el tratamiento de las heridas. Esto queda reflejado en su amplia variedad de instrumentos quirúrgicos. Incluyen forceps para extraer proyectiles tales como flechas, sondas, espátulas para aplicar ungüentos, pequeñas palas con una cuchilla en el extremo, horcas para separar el tejido muscular, pinzas, agujas tanto curvas como rectas, y tablillas para piernas. Se recurría a la amputación cuando era necesario. La carne sobre la herida se cortaba sobre el hueso con un escalpelo, pero no sobre articulaciones. El hueso era serrado, dejando suficiente piel colgando. Entonces, el hueso se alisaba, la piel se doblaba encima y se cosía para cubrir el hueso. Este es el método que se empleó hasta la Primera Guerra Mundial. Para tratar el dolor, los médicos romanos recetaban ungüentos y extractos de plantas medicinales que aún se usan actualmente. Esto incluía centaury, empleado para las heridas, las enfermedades oculares y las picaduras de serpientes; escopolamina (henbane), usada como hipnótico; St. John's wort, usado para las patologías sanguíneas; plantain, empleada contra la disentería y las hemorragias; y fenugreek, usado como enema y cataplasma/emplasto. También usaban vino medicinal para curar enfermedades comunes, como catarros y diarreas.
Los hospitales militares se situaban dentro de los campamentos. Había salas separadas para enfermos y heridos. La sala de los enfermos se situaba los más retirada posible, y sólo tenía una entrada. Esto era para aislar lo más posible a los soldados enfermos del resto de la tropa sana. Los enfermos estaban en cama durante unos días, hasta que se recuperaban. Había otras instalaciones y medios asignados para proporcionar cierto bienestar a aquellos que estuvieran tan enfermos que no pudieran incorporarse a sus unidades de combate durante un tiempo.
Ennia Durmia Gemina
sábado, 23 de agosto de 2003
Medicina Militar Romana (I)
El Imperio Romano tenía uno de los ejércitos mejor entrenados y triunfales del Mundo Antiguo. En el tiempo de Augusto (27 A.C.-14 D.C.), había, generalmente, 28 legiones, cada una formada por 6000 soldados. Las legiones se estacionaban en grandes campamentos. Cada legión contaba con asistentes médicos. A estos se le llamó "medici".
El Imperio Romano dependía grandemente de sus soldados, que no solo eran necesarios para conquistar nuevas tierras y defender el territorio, sino que también se ocupaban de mantener el orden, construir calzadas, acueductos y poblaciones. Por lo tanto, era vital mantener a las tropas tan en forma y saludables como fuera posible, y que tanto los heridos como los enfermos recibieran cuidados en razón a la escasez de buenos reclutas.
Por lo tanto:
- El Imperio Romano dependía de la disponibilidad de tropas sanas.
- Cada campo militar tenía un equipo médico.
- Los romanos construyeron sofisticados hospitales para el tratamiento de los soldados.
La importancia del apoyo médico en las campañas militares está documentada en toda la historia de la civilización. Los sumerios, entre el 4000 y el 2000 A.C., pudieron haber sido uno de los primeros ejércitos del mundo que proporcionaron asistencia médica planificada a los combatientes. Tal vez, los sumerios fueron los primeros en reconocer la necesidad de contar con cirujanos allí donde estaba la acción. Hay textos que documentan las quejas de los soldados sobre que los médicos se quedaban en la retaguardia para evitar ser heridos o capturados.
Sin embargo, fue el Imperio Romano quien introdujo la palabra "médico" en nuestro lenguaje. El oficial médico de las unidades de combate romanas era conocido como "medicus", y el equivalente de los médicos militares actuales sería "medicus ordinarius" (M.O.).
Este M.O. era escogido entre los soldados y entrenado por el Ejército.
Sobre el año 90 A.C., el general romano Gaius Marius transformó de verdad el ejército en el cuerpo disciplinado, profesional y altamente entrenado que se recuerda incluso hoy. El progreso de la Medicina Romana no empezó hasta que se puso en marcha la nueva organización militar. Antes de esto, los romanos creían profundamente que las prácticas trascendentales, como las supersticiones, los rituales y los conjuros librarían al país de enfermedades. Esto se basaba en la idea del origen divino de las enfermedades, o sea, la furia de los dioses. En el terreno práctico, el ejército profesional tenía menos interés en implorar a los dioses, y bastante más en mantener a los efectivos en condiciones adecuadas para el combate. De este modo, los médicos del ejército sentían lo mismo, y trabajaban sobre la base del ensayo-error, transmitiendo lo que aprendían de unos a otros y a las siguientes generaciones.
En particular, los 15 años de guerrra civil que siguieron al asesinato de Julio César condujeron a importantes innovaciones médicas. La guerra se produjo entre los mejores ejércitos del mundo, y cosechó lesiones de tal entidad, que el recientemente elegido emperador Augusto creó un cuerpo médico militar profesional.
Antes de esto, los médicos tenían un status realmente bajo. Augusto, dándose cuenta de que eran claves en el Imperio, y sobre todo, en el Ejército, concedió a todos los médicos que se alistaron en su nuevo Ejército títulos de dignidad, tierras, y pagas especiales al jubilarse. Durante los 500 años siguientes, impulsados por las motivaciones y por la oportunidad de conseguir avances médicos proporcionada por las muchas batallas, y apoyados en tales poderes, este grupo avanzó el estudio y la práctica de la medicina hasta niveles no vistos otra vez hasta finales del siglo XIX.
Pese a no ser, directamente, un tratamiento de heridas o enfermedades, una de las innovaciones más importantes fue la de una enseñanza reglamentada de la medicina. Al principio del siglo I, a todos los médicos del ejército se les exigía asistir a la nueva Escuela de Medicina Militar, y en el siglo III, todos los médicos, tanto militares como civiles, debían pasar por la Escuela de Medicina.
En el curso de las guerras, los médicos suelen avanzar mucho en sus conocimientos.
Es sorprendente pensar lo muy parecida que era la antigua medicina romana a la que se practicaba a finales del siglo XIX. Al igual que la práctica médica actual, la romana se desempeñaba sobre la base de diferentes especialidades, tales como medicina interna, oftalmología, y urología.
Las actividades quirúrgicas sólo las realizaban los correspondientes especialistas. Los cirujanos usaban prácticamente los mismos instrumentos que hace 100 años. El material de un médico de la Antigua Roma incluiría forceps, escalpelos, catéteres, e incluso, extractores de flechas. De forma similar, los cirujanos de la Antigua Roma empleaban un amplio espectro de analgésicos y sedantes para ayudar en la cirugía, incluyendo extractos de amapolas de opio (morfina), y semillas de henbane (escopolamina). Existe una pequeña duda sobre que los muchos remedios populares usados a lo largo del Imperio Romano fueran probados en la batalla por los médicos romanos sobre soldados heridos y debilitados, cribando y encontrando tratamientos y métodos con los efectos más útiles. En cualquier caso, la burocracia de Roma aseguraba que los tratamientos se recogían y enseñaban en la Escuela de Medicina.
Aunque los romanos no entendían realmente la relación de los gérmenes con las enfermedades, empleaban muchas de las técnicas antisépticas, técnicas que no fueron reinventadas hasta mucho después. Por ejemplo, hervían el instrumental antes de usarlo, y no reempleaban el mismo instrumento en un paciente sin antes re-hervirlo; lavaban las heridas con acetum, que en realidad es un antiséptico mejor que el ácido carbólico de J.Lister (En 1860, Lister, basándose en los trabajos de L.Pasteur relativos a la teoría de las enfermedades, redescubrió los antisépticos). En la Antigua Roma era de sobra conocido que las arterias y las venas transportaban sangre. Todos los cirujanos sabían cómo usar los torniquetes, los clampajes arteriales y las ligaduras para parar la pérdida de sangre. También amputaban para prevenir gangrenas mortales.
Con los años, los médicos romanos de guerra también aprendieron como prevenir muchas de las epidemias del campo de batalla. Lograron esto emplazando los campamentos APARTADOS de los pantanos infestados de insectos. También instalaron sumideros y alcantarillas para transportar las aguas residuales a buena distancia de las tropas. De manera similar, diseñaron sofisticados hospitales permanentes, con salas especializadas para diferentes tareas, y con aislamiento de algunos pacientes para reducir la propagación de enfermedades. Calefacción central y buena ventilación también ayudaban a los pacientes.
En el caso del ejército romano, está claro que eran los médicos de tiempo de guerra los que llegaron a la mayoría de las innovaciones, porque estuvieron organizados, repartidos por todo el Imperio, se aplicaron para captar y difundir cualquier información o técnica nueva que funcionase bien, y estuvieron altamente motivados para intentar disminuir la gran cantidad de bajas sufridas por las tropas en el curso de tantas batallas.
# posted by durmia
El Imperio Romano dependía grandemente de sus soldados, que no solo eran necesarios para conquistar nuevas tierras y defender el territorio, sino que también se ocupaban de mantener el orden, construir calzadas, acueductos y poblaciones. Por lo tanto, era vital mantener a las tropas tan en forma y saludables como fuera posible, y que tanto los heridos como los enfermos recibieran cuidados en razón a la escasez de buenos reclutas.
Por lo tanto:
- El Imperio Romano dependía de la disponibilidad de tropas sanas.
- Cada campo militar tenía un equipo médico.
- Los romanos construyeron sofisticados hospitales para el tratamiento de los soldados.
La importancia del apoyo médico en las campañas militares está documentada en toda la historia de la civilización. Los sumerios, entre el 4000 y el 2000 A.C., pudieron haber sido uno de los primeros ejércitos del mundo que proporcionaron asistencia médica planificada a los combatientes. Tal vez, los sumerios fueron los primeros en reconocer la necesidad de contar con cirujanos allí donde estaba la acción. Hay textos que documentan las quejas de los soldados sobre que los médicos se quedaban en la retaguardia para evitar ser heridos o capturados.
Sin embargo, fue el Imperio Romano quien introdujo la palabra "médico" en nuestro lenguaje. El oficial médico de las unidades de combate romanas era conocido como "medicus", y el equivalente de los médicos militares actuales sería "medicus ordinarius" (M.O.).
Este M.O. era escogido entre los soldados y entrenado por el Ejército.
Sobre el año 90 A.C., el general romano Gaius Marius transformó de verdad el ejército en el cuerpo disciplinado, profesional y altamente entrenado que se recuerda incluso hoy. El progreso de la Medicina Romana no empezó hasta que se puso en marcha la nueva organización militar. Antes de esto, los romanos creían profundamente que las prácticas trascendentales, como las supersticiones, los rituales y los conjuros librarían al país de enfermedades. Esto se basaba en la idea del origen divino de las enfermedades, o sea, la furia de los dioses. En el terreno práctico, el ejército profesional tenía menos interés en implorar a los dioses, y bastante más en mantener a los efectivos en condiciones adecuadas para el combate. De este modo, los médicos del ejército sentían lo mismo, y trabajaban sobre la base del ensayo-error, transmitiendo lo que aprendían de unos a otros y a las siguientes generaciones.
En particular, los 15 años de guerrra civil que siguieron al asesinato de Julio César condujeron a importantes innovaciones médicas. La guerra se produjo entre los mejores ejércitos del mundo, y cosechó lesiones de tal entidad, que el recientemente elegido emperador Augusto creó un cuerpo médico militar profesional.
Antes de esto, los médicos tenían un status realmente bajo. Augusto, dándose cuenta de que eran claves en el Imperio, y sobre todo, en el Ejército, concedió a todos los médicos que se alistaron en su nuevo Ejército títulos de dignidad, tierras, y pagas especiales al jubilarse. Durante los 500 años siguientes, impulsados por las motivaciones y por la oportunidad de conseguir avances médicos proporcionada por las muchas batallas, y apoyados en tales poderes, este grupo avanzó el estudio y la práctica de la medicina hasta niveles no vistos otra vez hasta finales del siglo XIX.
Pese a no ser, directamente, un tratamiento de heridas o enfermedades, una de las innovaciones más importantes fue la de una enseñanza reglamentada de la medicina. Al principio del siglo I, a todos los médicos del ejército se les exigía asistir a la nueva Escuela de Medicina Militar, y en el siglo III, todos los médicos, tanto militares como civiles, debían pasar por la Escuela de Medicina.
En el curso de las guerras, los médicos suelen avanzar mucho en sus conocimientos.
Es sorprendente pensar lo muy parecida que era la antigua medicina romana a la que se practicaba a finales del siglo XIX. Al igual que la práctica médica actual, la romana se desempeñaba sobre la base de diferentes especialidades, tales como medicina interna, oftalmología, y urología.
Las actividades quirúrgicas sólo las realizaban los correspondientes especialistas. Los cirujanos usaban prácticamente los mismos instrumentos que hace 100 años. El material de un médico de la Antigua Roma incluiría forceps, escalpelos, catéteres, e incluso, extractores de flechas. De forma similar, los cirujanos de la Antigua Roma empleaban un amplio espectro de analgésicos y sedantes para ayudar en la cirugía, incluyendo extractos de amapolas de opio (morfina), y semillas de henbane (escopolamina). Existe una pequeña duda sobre que los muchos remedios populares usados a lo largo del Imperio Romano fueran probados en la batalla por los médicos romanos sobre soldados heridos y debilitados, cribando y encontrando tratamientos y métodos con los efectos más útiles. En cualquier caso, la burocracia de Roma aseguraba que los tratamientos se recogían y enseñaban en la Escuela de Medicina.
Aunque los romanos no entendían realmente la relación de los gérmenes con las enfermedades, empleaban muchas de las técnicas antisépticas, técnicas que no fueron reinventadas hasta mucho después. Por ejemplo, hervían el instrumental antes de usarlo, y no reempleaban el mismo instrumento en un paciente sin antes re-hervirlo; lavaban las heridas con acetum, que en realidad es un antiséptico mejor que el ácido carbólico de J.Lister (En 1860, Lister, basándose en los trabajos de L.Pasteur relativos a la teoría de las enfermedades, redescubrió los antisépticos). En la Antigua Roma era de sobra conocido que las arterias y las venas transportaban sangre. Todos los cirujanos sabían cómo usar los torniquetes, los clampajes arteriales y las ligaduras para parar la pérdida de sangre. También amputaban para prevenir gangrenas mortales.
Con los años, los médicos romanos de guerra también aprendieron como prevenir muchas de las epidemias del campo de batalla. Lograron esto emplazando los campamentos APARTADOS de los pantanos infestados de insectos. También instalaron sumideros y alcantarillas para transportar las aguas residuales a buena distancia de las tropas. De manera similar, diseñaron sofisticados hospitales permanentes, con salas especializadas para diferentes tareas, y con aislamiento de algunos pacientes para reducir la propagación de enfermedades. Calefacción central y buena ventilación también ayudaban a los pacientes.
En el caso del ejército romano, está claro que eran los médicos de tiempo de guerra los que llegaron a la mayoría de las innovaciones, porque estuvieron organizados, repartidos por todo el Imperio, se aplicaron para captar y difundir cualquier información o técnica nueva que funcionase bien, y estuvieron altamente motivados para intentar disminuir la gran cantidad de bajas sufridas por las tropas en el curso de tantas batallas.
# posted by durmia
Suscribirse a:
Entradas (Atom)