lunes, 18 de octubre de 2004

Roma y sus colonias

"Sed coloniarum alia necessitudo est; non enim veniunt extrinsecus in civitatem nec suis radicibus nituntur, sed ex civitate quasi propagatae sunt et iura institutaque omnia populi Romani, non sui arbitrii, habent. Quae tamen condicio, cum sit magis obnoxia et minus libera, potior tamen et praestabilior existimatur propter amplitudinem maiestatemque populi Romani, cuius istae coloniae quasi effigies parvae simulacraque esse quaedam videntur, et simul quia obscura oblitterataque sunt municipiorum iura, quibus uti iam per innotitiam non queunt".

Pero la relación (de Roma) con las colonias es diferente, ya que estas no han entrado a formar parte de la ciudadani­a desde la nada y tampoco se han constituido sobre rai­ces propias, sino que provienen, por decirlo asi­, del mismo conjunto de los ciudadanos y tienen todas las leyes e instituciones del pueblo romano y no otras escogidas por ellos. Sin embargo, esta condicion, aunque sea mas sumisa y menos libre, es considerada como mas valiosa y ventajosa a causa de la grandeza y prestigio de Roma, de la cual estas colonias parecen ser copias en pequeño o imitaciones, y tambien porque los derechos de los municipios son imprecisos y han cai­do en desuso y ya no pueden ser usados por desconocimiento".


AULUS GELIUS, Noctes Atticae, XVI, 13, 8-9. Siglo II d.C.










M. ADR. COMPLVTENSIS
LEGATVS HISP.PROV.N.R.
AEDILIS OP.COMPLVTVM
VERBA VOLANT






Nuevo Correo Yahoo!

martes, 12 de octubre de 2004

COLONIA PATRICIA CORDVBA: LA VISITA

A pesar que las guías turísticas obvian totalmente el pasado romano de Córdoba y que uno espera encontrar solo monumentos de la cultura hispanomusulmana, un apasionado de la cultura romana se puede ver gratamente sorprendido al recorrer las intrincadas callejuelas cordobesas.

Al menos mi guía no menciona ni tan siquiera el puente romano sobre el Guadalquivir, pero cruzando dicho puente uno se encuentra de frente con la Iglesia Catedral de Córdoba: la antigua mezquita.

Una vez dentro de ella (tras haber pagado el canon de 6 euros de entrada) uno se puede dedicar a admirar las más de 850 columnas que sustentan el techo de la misma y poder distinguir entre ellas las que son de origen romano, las que son de origen egipcio y las de origen visigodo. Inclusive en el museo visigodo de la mezquita se pueden admirar restos de época romana aunque bajo la designación “visigoda”.

Saliendo de la mezquita y caminando por el barrio de la judería uno puede sorprenderse al encontrar incrustadas en los muros de muchas edificaciones, columnas con epigrafía romana, hasta llegar al museo arqueológico (Plaza de J. Paez).

En el museo arqueológico, ubicado en un palacio renacentista, uno se encuentra, según entra, con un patio plagado de restos romanos a los cuales no puede acceder directamente: primero hay que pasar por taquilla. Gracias a los dioses basta con enseñar el DNI para que el acceso no cueste dinero.

Tras la taquilla se puede admirar una maqueta del teatro romano que se está excavando en el exterior del museo, dos pequeñas salas dedicadas a la prehistoria y la protohistoria (periodo ibero-turdetano) y se accede ya a la zona romana.

Sorprendentemente y teniendo en cuenta que todo lo que nos cuentan de Córdoba es musulmán, en este museo la colección más grande y más variada es la de la cultura romana: elementos arquitectónicos, sarcófagos y estatuas togadas, esculturas en mármol y bronce retratando a personajes locales, emperadores y dioses, mosaicos, inscripciones, pavimentos, maquetas de villas y monumentos y un amplio repertorio de hallazgos de toda la provincia cordobesa. Llama la atención la sala dedicada al mundo funerario romano con la hipotética reconstrucción de un columbario, con lapidas, sarcófagos de plomo e inscripciones gladiatorias. Amén de restos de estructuras de época romana correspondientes a espacios públicos urbanos que conforman la estructura del palacio renacentista.

Paso de contar y relatar los restos visigodos y árabes del museo ya que no fui para verlos, sino para conocer la Corduba romana, la capital de la Baetica.

Saliendo del museo uno se puede dirigir callejeando hacia la plaza de la Corredera, para encontrar un poco más allá el Museo Regina de Joyería (Plaza de Luis Venegas): poco más o menos una joyería camuflada de museo por cuya entrada te soplan 3 euros, para soportar el tostón de una explicación mal dada de cómo se diseñan hoy en día las joyas. Los tres euros merecen la pena solo por visitar los restos romanos que conforman el sótano de dicho “museo” y cuyos mosaicos hace ya tiempo que reposan en el arquelógico.

Saliendo de allí, con el bolsillo un poco más ligero, podemos dirigir nuestros pasos por la calle Pedro López hasta la calle Claudio Marcelo para encontrarnos con Huerto de San Pablo donde posiblemente estuvo ubicado el circo romano de Corduba y luego seguir hasta el final de la calle y tropezar literalmente con los restos de un Templo romano dedicado probablemente al culto imperial.

Los restos del Templo son de época julio-claudia, construidos sobre una plataforma horizontal que salva el desnivel de la zona, dando lugar a una plaza sobre la que se erige un templo próstilo, exastilo y pseudoperiptero sobre podium de 3,5metros de altura, construido extramuros y junto al cual se hallaba la basílica (para información más técnica sobre el templo acudir a www.simulacraromae.org o www.consorciourbium.org).

Más allá, en dirección oeste y por la calle Claudio Marcelo se llega a la Plaza de las Tendillas, donde además de poder oír el carillón del reloj cuya música se hace a base de rasgueo de guitarra española, podemos ver los restos del Foro Provincial.

Siguiendo hacia el oeste por la calle Conde de Gondomar llegaremos a las antiguas necrópolis de Corduba, donde encontraremos un mausoleo circular del siglo I (probablemente una reconstrucción). El mausoleo se encuentra en el Paseo de la Victoria lugar donde se están realizando una serie de excavaciones y catas arqueológicas sobre restos romanos.

Dirigiéndonos hacia el sur por el Paseo de la Victoria y la calle del Doctor Fleming se llega al denominado Hipogeo de la Diputación Provincial, localizado en 1971, realizado en opus quadratum y dentro de una necrópolis que se utilizó hasta el siglo IV,por lo que el hipogeo se ha identificado siempre como la capilla funeraria de algún martir cristiano.

Siguiendo hacia el sur encontraremos el Guadalquivir. De los muelles romanos para la carga del vino y el aceite de la Baetica con dirección a Roma no encontraremos nada, hoy solo se conservan vestigios de los molinos musulmanes que dejaron de funcionar cuando la muy Católica Reina Isabel se quejó de que sus norias no la dejaban dormir.

Y con este recorrido estamos de nuevo en el Puente Romano.

He olvidado mencionar que de vez en cuando se ve, durante el recorrido realizado, los restos de la muralla romana y en el vértice norte-este del rectángulo recorrido los restos de los acueductos que abastecían Corduba de agua potable: Aqua Nova y Aqua Vetus.

Ya completamente fuera de los muros de la antigua capital de la Baetica y completamente pegados a la estación del AVE se están excavando la Villa de la Cercadilla y el Palacio Maximiano, dos motivos por los cuales dentro de algunos años, cuando la excavación esté más avanzada y los restos sean visitables, merecerá la pena volver a Cordoba, además de tratar de localizar otros enclaves que se me pasaron por alto (manzana Banesto, Altos de Santa Ana, Blanco Belmonte, Maria Cristina) y visitar otros situados en las afueras de Córdoba Ciudad que por tiempo me fué imposible visitar: las canteras romanas, el Puente Arroyo Pedroche, la Via Augusta, la Villa del Mitra en Cabra.........

A pesar de los esfuerzos del Exmo. Ayto. de Córdoba para llevar a cabo su plan de excelencia y ser elegida Capital Cultural en el 2016, la Colonia Patricia Corduba sigue siendo una gran desconocida. En el plano-guía que vende el Ayuntamiento por un Euro se citan solo 8 monumentos de época romana, mientras que en Simulacra Romae se citan 9 tipos de monumentos y creo que yo he ampliado un poco este repertorio, tan solo espero que se sigan conservando los vestigios romanos de Cordoba y que dentro de algunos años la gente no solo diga Córdoba = mezquita.

Deseo hacer mención especial de los empleados municipales encajonados en los “Mupis”. Los Mupis son unos quioscos de información turística donde además de obtener información se pueden reservar visitas como la de Medina Azahara. Dichos empleados me sorprendieron por su preparación cultural ya que me “calaron” inmediatamente (o ¿tal vez fue culpa de la toga con la que me paseé por Corduba?) y me dirigieron rápidamente hacia todos los restos arqueológicos que he mencionado.

martes, 5 de octubre de 2004

O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.


Un puente moruno

ROMAN PIÑA VALLS

http://www.elmundo-eldia.com/2004/10/02/opinion/1096668000.html

El otro día vi en una televisión local a Pere Muñoz. El político que pudo ser alcalde por el PSM está al quite de cualquier desmán a cargo del ayuntamiento pepero. Pere Muñoz, que fue Director General de Cultura con el Pacte, demuestra tener una sensibilidad envidiable por el patrimonio cultural palmesano. En la entrevista televisada denunció las excavaciones arqueológicas de la calle Antonio Maura, que han sacado a la luz restos arquitectónicos milenarios, y en concreto un puente de la Palma mora. Según Muñoz nuestro patrimonio moro es muy escaso y por una vez que encontramos tres piedras juntas de ese pasado arrasado, hay que parar los motores y empezar a diseñar el escaparate. Será porque lleva ya bastante tiempo en política y domina el oficio, o será porque cree en lo que dice, pero los argumentos de Pere Muñoz sonaban irreprochables. «¿Qué tendría que haberse encontrado en la excavación arqueológica para preservar las tripas de la calle Antonio Maura? ¿Una segunda Seu?» Las extracciones en la dichosa calle han traído cola, y también el socialista Roig, con asistencia técnica de ARCA, ha aireado una foto de una taladradora haciendo picadillo sillares antiguos. Dice Roig que se ha demolido parte de un puente renacentista. No sé si la página 16 de ayer en este diario era de arte o de sucesos. Pero juntar en el mismo espacio la cantera de Establiments y la calle Antoni Maura parecía, más que una broma, un montaje fino y perverso. El presidente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos, Alvaro Gijón, le dijo a Roig que «usted no tiene ni idea», y que los arqueólogos respaldan el proyecto del parking.

El asunto está de lo más deshecho. Los informes al final son papel mojado. Los informes técnicos suelen acabar explicando lo que ordena quien los encarga. El problema de Antonio Maura es que se ha triturado el suelo porque se quería enterrar un aparcamiento. Antes de las excavadoras no teníamos puente moro ni renacentista. Antes los había y no lo sabíamos. Después no los habrá pero sabremos que los hubo. Estamos empatados, pero además hemos ganado aparcamientos. Lo que tiene que hacer un presidente de una sociedad de aparcamientos es aplanar el suelo para dejar dormir los coches a cuatro patas. Ya le gustaría a Gijón enterrar aparcamientos en la carretera vieja de Buñola, pero es que allí no hay tiendas ni consumidores.

Sin embargo no deja de ser terrible ese picadillo que hacemos con nuestro pasado. Si las piedras desenterradas tienen la suficiente belleza, si son bastantes, hay que enviar el parking a paseo, hay que jubilar las farolas rococó y las galeras, y abrir al cielo toda la calle, conseguir nuestro foro romano a los pies de La Almudaina. O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.

jueves, 23 de septiembre de 2004

COMPLVTVM

HISTORIA

La conquista romana de la Carpetania parece que se inició con una campaña dirigida por M. Porcio Catón en el año 195 a.C..

Posteriormente, los carpetanos, se aliaron con vetones, vacceos y celtíberos, constituyendo una amenaza para Roma que ésta solucionó en el 192 a. J.C. por medio de Marco Fulvio. Las luchas terminaron , con la caída de Numancia, el año 133 a.C. en el que se inicia la pacificación, asentamiento y romanización de la zona.

No se tiene conocimiento de la fecha exacta en que los romanos ocuparon la ciudadela de San Juan de Viso y el castro del "Salto del Cura" en la planicie del Cerro de San Juan del Viso, pero las monedas del denominado "tesorillo de Zulema", parecen sugerir que antes de la mencionada caída de Numancia, hacia el año 80 a.C..

La romanización empezaría en la población preexistente del cerro del Viso (probablemente Iplacea), cuyas fortificaciones se reforzarían a la vez que se tendía la red de calzadas.

No obstante, en el año 80 a. C.., durante las guerras entre Sertorio y Pompeyo, ya se menciona a COMPLVTVM.

La vía que unía Augusta Emerita con Caesaraugusta se cruzaba con la vía que unía Complvtvm con Carthago Nova, por el puente de Zulema y su prolongación septentrional hacia Cauca y la Sierra Norte de Madrid, en la zona donde también confluyen el río Henares con el arroyo Camarmilla.

Hacia los años 60 del s. I, la población romana se fué asentando en las cercanías del cruce de caminos para aprovechar mejor las portunidades de comercio configurando una ciudad de nueva planta y aprovechando las dos vías citadas para planificar su urbanismo con el trazado típico de la ciudad romana: el Decumano Máximo la vía entre Augusta Emerita y Caesaraugusta y el Cardo Máximo la vía de COMPLVTVM a Carthago. En la intersección entre las dos vías surge el Foro Municipal alrededor del cual se asientan los edificios públicos. Trazando paralelas a las dos arterias se obtiene una cuadrícula en la que se irán asentando las nuevas casas construyéndose en los alrededores villas destinadas a la explotación agrícola. El área que acabaría ocupando la urbe sería; desde la ladera del cerro del Viso hasta la actual nacional II (en la dirección norte-sur), y desde el Arroyo Torote hasta las puertas de Madrid y Santa Ana (en dirección este-oeste). Ello no excluye la existencia de edificaciones alejadas del casco urbano, como la villa que se descubrió en 1970 a la altura de la ermita de Nuestra Señora del Val.

La denominación de "COMPLVTVM" parece venir del verbo latino "compluere" que significa confluir o del término "compluo" (confluencia de aguas). El nombre sería bastante apropiado puesto que la población primitiva se encontraría en la "confluencia" de los ríos Henares, Torote, Bruñuelas y Camarmilla. Existe otra teoría relativa al origen del nombre de COMPLVTVM aunque parece menos probable y más legendaria, que habla del término griego Komposplutos (campos ricos).

Tenía la ciudad carácter de "civitas estipendiaria", es decir, que mediante el pago de un tributo o estipendio anual a la metrópoli conservaba el derecho a su autonomía y sus propios usos mientras no alterasen el orden establecido adquiriendo gran importancia en época de Augusto por su valor militar y como nudo de comunicaciones (entre vías primarias y secundarias se dice que eran 23 las calzadas que permitían llegar a la ciudad).

COMPLVTVM obtiene el estatus de municipio romano sobre el año 74 d.C. otorgado por el Emperador Vespasiano y es una ciudad floreciente hasta el siglo IV época en la que el asentamiento es abandonado desplazándose ligeramente al este hacia la zona actualmente ocupada por el Palacio Arzobispal y la Catedral y la antigua ciudad romana es utilizada como cementerio.

COMPLVTVM perteneció inicialmente a la provincia de Hispania Citerior y, desde tiempos de Augusto, a la Tarraconense. Bajo Diocleciano pasó a depender del Convento Jurídico de Caesaraugusta, en la provincia Cartagenense, siendo cabecera de un territorium o ager que comprendia la mayor parte de la actual provincia de Madrid e incluia una amplia franja de la provincia de Guadalajara.


Al final de la etapa romana, el cristianismo parece ser que estaba muy arraigado, llevándose a cabo algunas persecuciones contra los cristianos siguiendo el edicto de Diocleciano. De esta etapa, según las crónicas, data el martirio de los niños cristianos Justo y Pastor, más conocidos como "Los Santos Niños". Aunque dichas crónicas no parecen demasiado fiables, en ellas se menciona a los obispos complutenses Juliano y Ampulio, que lo habrían sido en los años 363 y 380, respectivamente. Cierto o no este hecho, el posterior descubrimiento de los restos de los mártires daría, ya en la época visigótica, un impulso importantísimo a la ciudad y promovió su "renacimiento" tras las destrucciones "bárbaras" aunque desplazándose en el espacio, desde época carpetana hasta la actualidad, a lo largo de una franja de 6x2 Km. definida por el eje del río Henares.


EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO

Sus construcciones a lo largo de los siglos son utilizadas como cantera para las nuevas casas y COMPLVTVM cae en el olvido aunque el yacimiento se ha conocido como tal desde el s. XVI, momento del que datan las primeras excavaciones a cargo de Ambrosio de Morales. Con posterioridad, en los siglos XVII, XVIII y XIX continúan existiendo intervenciones sobre el yacimiento.

El redescubrimiento de COMPLVTVM es mas bien traumático: primero, a finales del s. XIX y comienzos del XX se produce en el solar de la ciudad una intervención destinada a propiciar un mejor aprovechamiento agrícola. Se derriban, a veces con el uso de la dinamita, diversas edificaciones de gran envergadura, descritas por los contemporáneos como pórticos y acueductos. Décadas mas tarde, entre 1970 y 1974, la moderna Alcalá crece incontroladamente y se superpone encima de una superficie equivalente al 50% del yacimiento.

Por fortuna, en este momento, fue posible excavar una serie de casas romanas, entre las que se han destacado las casas de Leda, Cupidos, Baco, de los Peces y de Aquiles (las denominaciones provienen de la temática de los mosaicos que las decoran) que proporcionaron una importante documentación arqueológica, siendo la mas reseñable la serie de mosaicos fechados en el Bajo Imperio, entre el s. III y V d. C. Estas intervenciones sirvieron, no obstante, para llamar la atención sobre COMPLVTVM, y resaltar la necesidad de preservar la ciudad romana de la destrucción.

En 1983 se inicia una serie de campañas arqueológicas en la zona del Paredón del Milagro, muro romano hoy en día dentro de la ermita de los Santos Niños. Fruto de estas excavaciones fué el hallazgo de restos de los principales edificios públicos del foro y al norte del arroyo Camarmilla, las Casa de Hippolytus, que eran un colegium iuvenum o centro de actividades para jóvenes. Alrededor de este área también se han encontrado los restos de la Fuente del Juncal, que fué reformada en el S. XIX y los pilares del Puente de Zulema sobre el río Henares. En la zona este de la ciudad se sitúa la villa del Val que por la temática de sus mosaicos y estucos permite suponer que fue finca de crianza de caballos de carreras.

En 1985, por un convenio entre Ayuntamiento e Instituto Nacional de Empleo, se crea el Taller Escuela de Arqueología (TEAR) como centro docente, de excavación y de investigación. La sede fue instalada en la Finca del Juncal, cerca del antiguo foro romano.

Los mosaicos de la antigua COMPLVTVM se pueden contemplar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares.

Del Foro del s. I se conocen la basílica municipal, unas termas públicas adyacentes, una zona comercial, resuelta a modo de una fila de tabernae, y un mercado. Sin embargo, esta estructura se ve sensiblemente alterada en los últimos momentos del s. III o inicios del IV, cuando las termas pierden su función y se añaden a la basílica, constituyendo un gran complejo de carácter administrativo. También en este momento se construye, para el cierre occidental del complejo, una fachada monumental, de la que se ha recuperado una inscripción de carácter poético y alusiva a la rehabilitación, y una estructura subterránea a modo de criptopórtico. Esto motiva la construcción de unas nuevas termas (las llamadas Termas Sur), así como la desaparición del edificio del mercado, que se convierte en una plaza abierta que continuó manteniendo su antiguo uso, esta vez mediante estructuras de carácter perecedero.

La Basílica tenia planta rectangular de 28 por 16 metros. Su interior era una sala hipóstila rodeada por 16 columnas . Las termas, adosadas a la Basílica, contenían los clásicos elementos de estas construcciones: el hipocausto con dos salas calientes, tepidarium y caldarium, cuyos suelos se levantaban sobre las pilae de ladrillos , y una sala fría o frigidarium con una piscina semicircular. En un lateral, la Cisterna, con unas medidas de 15 por 4 metros y una altura de 3, era una sala abovedada. El abastecimiento de agua se realizaba por una canalización que corría bajo el Cardo Máximo tomándola del río Henares.

COMPLVTVM cuenta con diversos edificios singulares: la Casa de Hippolytus, en realidad la sede de un collegium (probablemente el de los Jóvenes) propiedad de la familia complutense de los Anios. Un espacio dedicado al ocio, con un jardín de carácter exótico y una zona termal decorada con gusto ilusionista. La Casa de Hippolytus cuenta con un centro de interpretación y es visitable: se ha construido una cubierta para la protección de los hallazgos y una pasarela elevada permite recorrer las diferentes dependencias: complejo termal, letrinas, salones, sala de culto y los curiosos bancos corridos donde los jóvenes de esta schola recibían clases de Oratoria, Retórica o Filosofía.


Con respecto a la arquitectura privada se conocen diversas edificaciones: la casa urbana responde al modelo de domus, con un peristilo en torno al que se desarrollan la mayor parte de las estancias, tal y como es posible comprobar en la Casas de Baco, Cupidos o Estucos. El resto de las villas ha desaparecido debajo de los edificios que componen la actual ciudad, quedando como testigo de su existencia los mosaicos en los Museos.

Sin embargo, es el mundo rural suburbano el que prodiga los mayores excesos arquitectónicos, ejemplificados en la villa del Val: un complejo que se extiende a lo largo de unos 500 m y que incluye una rica zona señorial, con jardines, un mausoleo, un edificio basilical y un edificio de tipo oecus para recepciones. Junto a esta zona señorial, diferentes espacios evidencian un uso agropecuario. En la Villa del Val se están ultimando los detalles del centro de interpretación y en breve también será visitable, pero el mosaico del auriga victorioso ya no se encuentra allí: ha sido trasladado al Museo Arqueológico Regional.


LA ACTUALIDAD


LA CASA DE HIPPOLYTUS:

En 1999 se abrió al público la Casa de Hippolytus, primer hito visitable del proyecto alcalaino de crear el Parque Arqueológico Ciudad Romana de COMPLVTVM, donde el visitante podrá recorrer dos grandes zonas: primero, la ciudad hispanorromana de COMPLVTVM, con su área pública y privada y segundo, la villa del Val, reflejo del ager romano.

La restauración se planteó con un respeto hacia los restos, conservando in situ la mayoría de los elementos inmuebles posibles (mosaicos, pintura mural, etc.). La Casa de Hippolytus está sirviendo como modelo para un sistema de pasarelas y cubiertas que a la vez garanticen la visitabilidad y la conservación de los restos en un clima que de otro modo resulta muy agresivo para ellos.


LA VILLA DEL VAL

Todo lo contrario a la Casa de Hippolytus, la Villa del Val lleva mucho tiempo de retraso en su recuperación total. En primer lugar el mosaico del Auriga victorioso, obra maestra que demuestra que en esa villa se criaban caballos para los ludi, ya no se encuentra en el yacimiento sino que ha sido trasladada al Museo Arqueologico Regional, hasta ahora prosiguen las obras de adecuación y construcción de un centro de interpretación mientras que cualquier vandalo puede acceder al yacimiento a través de la alambrada rota.


EL PUENTE ROMANO DE ZULEMA

El puente romano de Zulema no es tal. Se trata de un vestigio que puede pasar perfectamente desapercibido tanto por su ubicación como por su estado de deterioro. Son los restos de los pilares del puente que en si día hizo que la calzada romana cruzase el río Henares, hoy medio adosados a un puente de fecha más reciente pasa totalmente inadvertido dentro del Parque Natural a donde los alcalainos acuden a preparar sus barbacoas. Estos restos no están ni señalizados ni protegidos.


LOS RESTOS DE LA BASÍLICA Y EL FORO

Para el turista que acuda a Alcalá de Henares en busca de su pasado romano le también resultará bastante difícil encontrar estos restos: pasando la Casa de Hippolytus y circulando por la antigua N-II, en dirección al centro urbano, se pueden observar unas señales indicativas sobre la ubicación de COMPLVTVM, señales que si las seguimos repentinamente desaparecen dejando al curioso con dos palmos de narices. En el caso que el visitante halle estos vestigios, los encontrará rodeados por una alambrada en bastante mal estado (y en ocasiones hasta caída) que permitirán la visualización de los vestigios de la basílica medio cubiertos por hierbajos y sin ninguna protección ante las inclemencias climáticas. Hasta hace muy poco en un lateral de la ermita de los Santos Niños (para cuya edificación se utilizaron materiales de época romana) se podía ver un cartel, tirado en el suelo, que indicaba que esas ruinas son el Yacimiento Arqueológico de COMPLVTVM.


LAS VILLAS PRIVADAS DE COMPLVTVM

Sobre la existencia de estas Villae solo tengo los pocos datos que he podido recolectar en Internet y que son que las Villas existieron y que tras la recuperación de los mosaicos y su traslado a museos se taparon con las nuevas construcciones. Si alguna de estas villas puede ser recuperada, excavada, visitada o incluso ubicada es un secreto que no he podido desentrañar.


LA CALZADA ROMANA Y EL CASTRO EN EL CERRO DE SAN JUAN DEL VISO

Parece ser (y aquí solo puedo hablar de oídas) que existen restos restos de la calzada romana que unía Titulcia con COMPLVTVM y de un castro romano situados en lo alto del cerro denominado de San Juan del Viso. Si realmente los restos siguen allí se trataría de vestigios de la original COMPLVTVM y por lo tanto más antiguos que los que se pueden visitar en la zona del Juncal. Partiendo de la base de que pocos lugareños conocen el mencionado Cerro y atendiendo al posible trazado de la calzada romana (tomando su eje desde los restos del puente de Zulema y dirigiéndonos hacia Titulcia) supongo que se trata del cerro hoy conocido como del Gurugú que no he podido explorar por falta material de tiempo a pesar que dicho Cerro queda bastante cerca de mi casa.

M. Adrianus Complutensis

miércoles, 28 de julio de 2004

Aretaeus de Capadocia

Poco se sabe de la vida de este médico «helenístico-romano», discutiéndose incluso las fechas en que transcurrió la misma, aunque la mayoría de los autores -y a ellos hay que sumarse- admiten que lo esencial de su existencia abarca el último cuarto del siglo I d.C. y la primera mitad del segundo, con lo que ésta se haría coincidir en buena medida con el gobierno del emperador Trajano.
El que a su nombre se acompañe el apelativo «de Capadocia», y sabida la costumbre de la época de usar, casi a modo de apellido, el lugar del que se era originario para identificarse, permite suponer queAreteo había nacido en la Anatolia Central, en algún lugar de la región que todavía hoy lleva ese nombre.
Por otro lado, algunas anotaciones dispersas en sus escritos parecen dar entidad al hecho de que residió en Egipto durante algún tiempo, instalándose en Roma después, cuando ya era un médico de cierto prestigio, y residiendo en esta ciudad, probablemente, hasta el momento de su muerte.
La obra de Areteo bien puede incluirse en ese período de transición de la medicina helenístico-romana que algunos autores designan como «pregalénico», y está recogida en su mayor parte en dos tratados, dedicados, respectivamente, a la descripción de numerosas enfermedades agudas y crónicas, a los que hay que sumar otros dos en los que aborda el tratamiento de las mismas.

Sus escritos médicos gozaron de no poco prestigio en su época y posteriormente, siendo especialmente resaltables las muchas influencias que ejercieron sobre los más destacados representantes de la medicina bizantina altomedieval. No obstante, en pleno Renacimiento, el autor anatolio no había sido olvidado, y en 1554, el impresor de Enrique II de Francia editaba en París el texto original griego de la obra médica de Areteo.
Casi con seguridad, puede decirse que lo más brillante de la labor del capadocio son sus espléndidas descripciones de los «cuadros clínicos» de las enfermedades entonces conocidas y tratadas con mayor frecuencia. Podría afirmarse, incluso, que es un excelente relator de síntomas, capaz de agruparlos, en determinadas ocasiones, en conjuntos coherentes que podrían denominarse «síndromes», a los que otorga capacidades morbosas específicas y diferenciadas. En realidad, es él quien inaugura esta tendencia médica, que pervivirá durante varios siglos, hasta que comiencen a ser consideradas las nociones de especificidad nosológica y etiológica.
Areteo, pese a sus equivocaciones (recordemos que es un médico del siglo I-II), aporta un sentido práctico, de interés eminentemente patológico, que desborda los condicionantes de teorías preconcebidas y doctrinas arbitrarias.
Y, en relación con lo dicho, no debe extrañar que supere en algunas cuestiones la obra del mismísimo Hipócrates. Este es el caso de sus capítulos dedicados a la epilepsia (la «enfermedad sagrada») o las completas descripciones del cuadro tetánico con sus contracturas características. Asimismo, observó la capacidad de contracción y dilatación pupilar, y resultan sorprendentes sus consideraciones sobre el ictus apoplético, en las que ya advierte que las lesiones anatómicas cerebrales se sitúan en el lado opuesto a aquél en el que se presenta la parálisis o la afectación neurológica, lo que es debido al entrecruzamiento inicial de los tractos nerviosos.

Fue el máximo clínico y nosógrafo de su época y parece ser que tuvo relación con Dioscórides.

Qué se entiende por síndrome: lo definen los diccionarios como la totalidad de los síntomas que concurren en una enfermedad, formando parte de su definición clínica, es decir de las manifestaciones de la enfermedad. La palabra existe en la lengua griega, pero con otro significado: sundromh (syndromé), de sun (syn), que significa "con", más dromein (droméin), que significa "correr" (compárese con aeródromo, velódromo, hipódromo); podría interpretarse que significa "reunión tumultuosa", "acción de reunirse tumultuosamente", es decir una reunión a la que acuden todos corriendo.
El único uso clínico que se detecta en griego es la expresión de Aristóteles sundromh aimatoV eiVtopon (syndromé áimatos eis tópon) = aflujo de sangre a un lugar.
El latín formó el calco de esta palabra: con-cursus, con el mismo significado de "correr juntos". La forma hispana, pues, de síndrome es concurso.Esta palabra se introdujo en el léxico médico en la segunda mitad del siglo XIX.
Es muy afín de síntoma, de la que es muy difícil distinguirla, y con la que está en competencia directa.
El primer médico que la usa es Areteo de Capadocia, en el siglo II de nuestra era.
Es una palabra formada por el prefijo sun (syn) = con, como en síndrome, más ptwma (ptóma) = caída, de manera que síntomas son las cosas que "caen" juntas, y síndromes las que "corren" juntas. Gran sutileza en la que se pierden hasta los más agudos. El síntoma da aquella manifestación que acompaña a la enfermedad. Su calco latino sería co-incidencia (tiene de más el prefijo in). En rigor "síntoma" es un término individual, mientras que "síndrome" es su colectivo. Lo que desorienta es que ambos, con el prefijo sun(syn) tienen apariencia de colectivos; pero en síntoma tiene valor de coincidencia con la enfermedad, y en síndrome tiene el valor de coincidencia de los síntomas entre sí. Realmente sutil. La palabra síntoma se viene usando desde el siglo XVIII. Tampoco tiene demasiada solera.

Escribió un Tratado de Medicina Clinica con descripciones magistrales de la diabetes, la lepra, el tetanos, la tuberculosis pulmonar, ladifteria y las parálisis. Areteo también dedica detallados estudios a los problemas cardiovasculares, destacando sus prolijos comentarios sobre los que él llama "síncopes cardíacos" y sobre los efectos anatomopatológicos observados en los casos de ruptura de la vena cava inferior.
Son también esenciales en la obra de este médico sus anotaciones sobre la cefalea, los vértigos, las afecciones hepáticas y la litiasis nefrovesical.
A modo de ejemplos:
-Descripciones/aportaciones endocrinológicas
En el siglo II D.C., Areteo de Capadocia, en los tiempos de Domiciano yAdriano, describe la diabetes de manera asombrosa a través de sintomas urinarios ("los enfermos no dejan nunca de orinar") que podría traducir la poliuria con la frecuencia urinaria producto de una vejiga hipotónica que no vacia satisfactoriamente.
En griego (ionico) la palabra diabetes significa sifón; llama a esta enfermedad "diabetes", del griego "discurrir a través de", suponiendoque "la carne del cuerpo se eliminaba por la orina" (Literalmente, y a la luz de los conocimientos actuales, no iba muy desencaminado, ya que este padecimiento, si no es controlado, produce alteraciones del metabolismo de proteínas y grasas al no poder utilizar los carbohidratos como fuente para producir energía). Pero, quizás, más importantes son sus consideraciones sobre la enfermedad, de la que identifica tres de sus síntomas más constantes y característicos: la sed (polidipsia), la emisión abundante de orina(poliuria) y el adelgazamiento, pasándole sólo relativamente inadvertido el incremento del apetito y de la ingestión de alimentos (polifagia); sin olvidar constatar, además, la presencia de azúcar en la orina de muchos de estos enfermos.Y aún cuando algunos textos de historia de la medicina hablan de varios médicos en Grecia que probaban la orina del diabético o bien observaban como ésta atraía a las moscas, Areteo puede ser considerado como el primero de los "clásicos de la diabetes", pues además de usar el término apropiadamente, sus manifestaciones en torno a la enfermedad son de una gran extensión y en ellas se advierte una buena lógica.
El siguiente pasaje bien puede sintetizar su concepto:
"La enfermedad llamada diabetes es muy rara y para muchos sorprendente. En esta afección, que como la hidropesía está generada por una causa fría y húmeda, las carnes y las partes sólidas del cuerpo se funden, transformándose en orina [...] la orina no pasa solamente a intervalos, sino que, como si todos los conductos estuviesen completamente relajados, es expulsada de continuo [...] una vez manifiesta, al enfermo no le queda mucho tiempo de vida [...]. Los enfermos padecen una sed intolerable, pero los líquidos que ingieren son siempre inferiores a la cantidad de orina que emiten; la razón es que dejan pasar una cantidad prodigiosa y no existe ningún medio para impedirles beber y orinar a continuación".
Está claro que fue Areteo quien señaló la fatal evolución y desenlace de la enfermedad; interpretó así los síntomas de la enfermedad: a estos enfermos se les deshace su cuerpo poco a poco y como los productos de deshecho tienen que eliminarse disueltos en agua, necesitan orinar mucho. Esta agua perdida tenía que ser repuesta bebiendo mucho. Como la grasa se funde poco a poco, se pierde peso, y como los músculos también van deshaciéndose, el enfermo se queda sin fuerza. Continuando la descripción "Esta enfermedad es lenta por su naturaleza y emplea mucho tiempo en desarrollarse; pero una vez manifestada, al enfermo no le queda mucho tiempo de vida ... la muerte, que a veces es fulminante, pone fin a una vida plena dedolores y disgustos... y no existe ningún medio para impedirles beber y orinar a continuación".

- Datos/ aportaciones gastronterológicos
Areteo de Capadocia hacía referencia a sujetos desnutridos, con deposiciones abundantes y malolientes, que empeoraban cuando ingerían trigo, uno de los productos que fueron la base de la alimentación de la Humanidad (el puede que no lo supiera, pero esta es la primera descripción de la enfermedad celíaca o enteropatía inducida por el gluten)

- Aportaciones a la neumología
Pero, además de lo dicho, un comentario muy especial merecen sus consideraciones sobre algunos procesos patológicos del aparato respiratorio, esencialmente pleuropulmonares.
Areteo tiene un concepto bastante claro de la fisiología respiratoria, aunque, lógicamente, nada sabe de intercambios gaseosos. Quizás por ello, sus observaciones sobre determinadas enfermedades del tracto respiratorio adquieren tanta importancia.
En el caso de la neumonía, a la que diferencia claramente de las afecciones pleurales, menciona la ortopnea, el enrojecimiento de los párpados, la sequedad de la lengua, la alteración del pulso, la fiebre, etc.
En las pleuresías o «dolores del costado» (que decía Hipócrates) aprecia que el enfermo puede acostarse sobre el lado enfermo sin apenas molestias, mientras que le resulta insoportablemente doloroso hacerlo sobre el lado sano.
Tampoco olvida estudiar la tuberculosis pulmonar, la tisis, ofreciendo descripciones de la enfermedad que sólo son comparables a las hipocráticas, a las que supera al abordar el tema de las hemorragias pulmonares.
Por todo lo dicho y por lo que viene ahora sobre el asma, Areteo debe considerarse quizá el más importante precursor de la Antigüedad, junto con Hipócrates, de la Clínica.
Destaca especialmente en su descripción del asma (bronquial), a laque considera abiertamente una enfermedad y no un síntoma (como hacíaHipócrates). El médico de Capadocia es el primero en hacer un relato patográfico de la dolencia, intrínsecamente preñado de diagnósticodiferencial con respecto a otras afecciones del aparato respiratorio que cursan con disnea y tos. Sus anotaciones son mucho más claras, precisas y concisas que las hipocráticas, y en ellas ya se reflejan la aparición brusca de la dificultad respiratoria, la intensa sensación de angustia que acomete al enfermo durante la misma, y la frecuente resolución espontánea de la crisis, acompañada de tos, aunque también se anota la posibilidad de asfixia del paciente si el ataque no remite.
Naturalmente, sus consideraciones sobre el origen de la enfermedad son incorrectas, pero, en cualquier caso, desde Areteo de Capadocia, puede decirse, en lo que a su cuadro sintomático se refiere, que una nueva dolencia se ha sumado a la colección de los procesos patológicos respiratorios suficientemente particularizados.

-Aportaciones a la neurología
La primera descripción inequívoca de una migraña es la efectuada por Areteo de Capadocia, quien usó la palabra "heterocránea" en el siglo I, y si bien él no hace ninguna mención que pueda orientar a una migraña con aura, usa la palabra griega "scotoma" para los disturbios visuales.
También clasifica el dolor de cabeza en cefalalgia, cefalea y migraña (Las clasificaciones modernas del dolor de cabeza derivan de estas raíces).
Quizás fue el primer autor en mencionar específicamente el uso de la trefina para curar la epilepsia. (Otros datos acerca de procedimientos neuroquirúrgicos que precedieron y siguieron a Galeno, pueden ser obtenidos de las recopilaciones de Oribasio (325-403), que sin duda alguna representa los principios hipocráticos y galénicos).
Areteo de Capadocia y Sorano de Efeso reconocieron y describieron la amnesia postepiléptica y el status epiléptico, y que este último era una situación muy peligrosa.
Areteo describió el aura epiléptica, e hizo una descripción muy gráfica de una crisis del lóbulo temporal con aura olfatoria. Estas descripciones, que se reconocerían como la primera evidencia de localización cerebral, permanecieron sin embargo ocultas a lo largo de los siglos, hasta que Jackson finalmente correlacionó todos estos y otros muchos factores y dio una clara concepción de los diferentes tipos de epilepsia focal.

-Aportaciones a la Psiquiatría/medicina psicosomática
Incluye un capítulo de melancolía en "De las causas y síntomas de las enfermedades crónicas".
Así la describe:"...una caída del espíritu como única fantasía, sin fiebre: ...se trastorna el entendimiento... en los melancólicos que se ven llenos de tristeza y desesperación... pero no todos los afectados por la melancolía se ven afectados en la misma forma, sino que unos temen ser envenenados, otros huyen al desierto por misantropía, o se vuelven supersticiosos o les entra el odio por la vida".
Decía que "los melancólicos son inquietos, tristes, desanimados, insomnes, son presas del terror si la afección hace progresos. Se ponen flacos por su agitación, y llegan a perder el sueño vivificante" (Y esto lo escribía, en una descripción que no difiere de la actual, en el primer siglo de nuestra era). Según Jackson, probablemente este autor fuera el primero en sugerir la íntima relación existente entre la melancolía y la manía, diciendo que "me parece que la melancolía es el comienzo y una parte de la manía". Es decir, está hablando del transtorno bipolar, en términos actuales.

"Se cuenta la historia de que una determinada persona, con una enfermedad incurable, se enamoro de una joven y mientras que los medicos no podian hacer nada para mejorarlo, el amor lo curo. Pero, en mi opinión, lo que ocurría era que él ya estaba enamorado y que se encontraba afligido y sin ánimos porque no tenía exito con la joven, pareciendo melancólico a la gente común. No sabía que era por el amor, pero cuando comunicó su amor a la chica, cesó su pesadumbre y desapareció su pasión y su tristeza; despertando con alegría de su bajo espíritu, recuperando su entendimiento, habiendo sido el amor su médico".
Es llamativa además, la descripción que hace de un estado de aflicción profunda para diferenciarlo de la melancolía, en tanto se vuelve a encontrar, al igual que en Hipócrates, el importante lugar del tiempo de estabilidad de los síntomas como rasgo principal para definir la enfermedad.
Figura como el primero en señalar que la manía y la melancolía formaban parte de un único trastorno:
"algunos pacientes, después de estar melancólicos, tienen cambios a manía...por eso esta manía es, probablemente, una variedad del estado melancólico... La manía se expresa como furor, excitación y gran alegría... Otros tipos de manía tienen manifestaciones delirantes de tipo expansivo: el paciente tiene delirio, estudia astronomía, filosofía... se siente poderoso e inspirado".
Según Roccatagliata, que se refiere a Areteo como "el clínico de la manía", él identificó una ciclotimia bipolar, una forma monopolar consistente sólo en fases maníacas, y una psicosis paranoide que consideró como manía esquizofrénica.
Estas descripciones antiguas de melancolía y manía son demasiado amplias, y abarcaban más de lo que actualmente entendemos por ellas.
Estos dos términos, manía y melancolía, junto con frenitis, que rigurosamente corresponde a un delirium agudo orgánico, comprendían todas las enfermedades mentales en la Antigüedad. Y, seguramente, en aquellos tiempos, se incluían, en lo que actualmente se considera manía y melancolía, grandes grupos de otros trastornos mentales.
Pero, a pesar de que Areteo seguramente incluyó síndromes que actualmente podrían ser clasificados como esquizofrenia, sus claras descripciones del espectro de la condición maníaca son impresionantes aún en la actualidad.

- Aportaciones a la Dermatología
Alrededor del año 150 D.C. escribió de la elefantiasis, refiriéndose a la facies leonina de la lepra lepromatosa (le llama leontiasis por el aspecto que adopta el rostro y las destrucciones óseas). La llama también satiriasis por el apetito sexual exacerbado que se observa en estos pacientes.
Como podeís ver, el mérito de este turco-romano de hace dos mil años es enorme; actualmente, hay muchos médicos incapaces de hilar tan fino sin la ayuda de medios complementarios de diagnóstico, y él se basaba en la observación y en la deducción, en sus sentidos y en su enorme inteligencia.
Me quito el sombrero ante este hombre, y los demás deberíais hacer lo mismo; sin duda, lo merece.
Por eso, considero que merece ocupar un lugar privilegiado en la santísima trinidad médica, junto con Celsus y Galenus (ya os contaré otro día todas las bienintencionadas meteduras de pata de estos dos..., pero se ve que unos cardan la lana y otros llevan la fama), y muchos más que apenas se mencionan, pero que fueron unos genios del arte de curar.
Y todo esto, a base de usar únicamente sus sentidos: no había medios ni métodos complementarios de diágnostico; los tratamientos eran intuitivos o empíricos, improvisados algunas veces, las condiciones no eran las óptimas para acertar...

Por Ennia Durmia

jueves, 15 de julio de 2004

Las Revueltas Bátavas (V)

Supongo que ya pensabáis que esto se había acabado, pero no. Acaba con lo que sigue:

Tras su éxito, Julius Civilis y su aliado trévero Julius Classicus fueron hacia Colonia Claudia Ara, que estaba ahora desguardada. La ciudad no fue saqueada, porque Civilis tenía una deuda con Colonia: su hijo fue mantenido vivo por sus habitantes cuando los romanos pidieron su ejecución. En lugar de eso, se convirtió en el cuartel general de Civilis.
Por ahora, los bátavos eran la tribu más importante del noroeste de Europa, sobre todo, desde que el emperador del imperio gálico había desaparecido. Durante los siguientes meses, intentarían someter a las tribus romanizadas del norte de la Galia. Algunas tribus germanas del otro lado del Rhin fueron invitadas a tomar parte en la lucha, y respondieron encantadas a la invitación para unirse al saqueo de la Galia Belgica.
Julius Civilis tenía una razón personal para esta política. Claudius Labeo, el antiguo comandante de la Unidad de Caballería bátava que había decidido una batalla a favor de Civilis, y que había sido recompensado por ello con el exilio en Frisia, había huído. Fue capaz de alcanzar al general Caius Dillius Vocula, que le ayudó a formar un pequeño ejército que atacaba las tierras bátavas y cananefates del sur. Civilis detestaba a Labeo, y sabía que los bátavos en sus tierras deseaban el fin de aquella guerra de guerrillas.
Los dos ejércitos se encontraron cerca del puente de Traiectum Mosae (Maastricht).
Civilis encontró su avance bloqueado por la resistencia de Claudio Labeo, y de aquel ejército irregular a sus órdenes, integrado por betesios, tungrios y nervianos. Labeo mantuvo su posición a horcajadas en un puente sobre el río Maas, al que se había agarrado justo a tiempo.
La batalla, desarrollada en tan escaso espacio (al parecer, las palabras latinas originales, “in angustiis”, podrían significar, textualmente, “en el paso de montaña”. Esto carece de sentido, puesto que Bemelerberg, al este de Maastricht, es una colina, no una montaña, y tampoco es un espacio confinado. Sin embargo, Tácito vuelve a hacerlo. Desde el punto de vista de los romanos, los bátavos vivían en los confines de la tierra, consistentes en bosques y montañas. Al mencionar pasos de montaña, le recuerda al lector la naturaleza del terreno, que -para una mente romana- sólo podría producir gentes salvajes) ni les dió lugar a ventajas hasta que los bátavos cruzaron a nado el río y tomaron a Labeo en el extremo.
En ese momento, con gran osadía, o por causas mayores, Civilis se lanzó en medio de las líneas tungrias, y exclamó a grandes voces:" No hemos declarado la guerra para permitir que los bátavos y los tréviros dominen a sus compañeros de tribu. No tenemos tales pretensiones. Seamos aliados. Estoy de vuestra parte, si me queréis como líder o seguidor".
Esto causó una gran impresión en los soldados de a pie, que envainaron sus espadas en el momento en que dos nobles tungrios, Campanus y Juvenalis, ofrecieron la rendición de toda la tribu.

Labeo se escapó antes de que lo rodearan. Civilis tomó a los betesios y a los nervianos a su servicio, y los incorporó a sus propias fuerzas. Se encontraba ahora en una posición fuerte, de la misma manera que las comunidades estaban desmoralizadas, o que algunos otros se sentían tentados de tomar partido a su favor para hacer su propia voluntad.

Después de la batalla de Traiectum Mosae, Civilis se desplazó hacia Atuatuca (Tongeren). Sus habitantes intentaron evitar la destrucción de la población construyendo una gran muralla, pero fue en vano: Atuatuca fue saqueada. Tras esto, el apoyo de los tungrios, que Civilis acababa de ganar, debió haber sido bastante menos entusiasta. Posteriormente, Colonia se liberó también. Entonces, Civilis regresó a Batavodurum, y lo quemó hasta los cimientos, y se retiró a La Isla (De Betuwe), y finalmente, inició conversaciones de paz.


En la primavera del año 70, Civilis estaba en la cumbre de su poder. Frisios, cananefatos, cugernios de Castra Vetera, ubios de Colonia Claudia, tungrios de Tongeren, así como los nervios; todos reconocieron la superioridad de los bátavos, y en el sur, los lingones y los tréviros también luchaban contra Roma. Sin embargo, desde el ataque a Vetera de Civilis, estaba claro que los romanos acabarían enviando un enorme ejército hacia el norte.
Su comandante, perro viejo en la guerra, era Quintus Petilius Cerialis, que no sólo era pariente del nuevo emperador Vespasiano, sino que había sido compañero suyo durante las campañas de Britania, un destino en el que, muy probablemente, había conocido a Julius Civilis.
La fuerza expedicionaria la formaban la victoriosa Legio VIII Augusta, la XI Claudia y la XIII Gemina, la XXI Rapax (una de las que apoyaron a Vitelius), y procedente de las Legiones recientemente reclutadas, la II Adiutrix. Fueron conducidas a través de los Alpes por los pasos Gran San Bernardo y Monte Genevre, pese a que parte del contingente fue por el Pequeño San Bernardo. La XIV Gemina se trasladó desde Britania, y la VI Victrix y la II Adiutrix desde Hispania.
No todas estas Legiones entraron en combate. La VIII simplemente se desplazó desde Italia hasta Argentoratum (Estrasburgo), donde algunas unidades debieron haber estado vigilando el Rhin. La XI se retrasó en Vindonissa (Windisch), en Germania Superior. Las Legiones procedentes de Britania e Hispania tuvieron que pacificar primero algunas regiones de Galia, y llegaron tarde.
Por lo tanto, el ejército de Cerialis, de hecho, lo formaban sólamente tres Legiones: II Adiutrix, XIII Gemina y XXI Rapax. Pese a esto, era un ejército poderoso, que inspiraba miedo.

El ejército del aliado de Civilis, Julius Tutor, se había dispersado incluso antes de que llegase Cerialis: los antiguos legionarios que habían pasado a estar al servicio de Tutor, volvieron a su lealtad inicial, y los de las Legiones que habían capitulado, la I Germanica y la XVI Gallica hicieron otro tanto. Ante semejante perspectiva del fracaso del ejército enemigo ante sus ojos, Cerialis avanzó hasta Moguntiacum, donde se encontró con las Legiones III Macedonica y XXII Primigenia (mayo del año 70).

El primer objetivo romano era Augusta Treverorum (Trier), que controlaba una calzada importante que iba del Mediterráneo al Rhin. Tres Ejércitos amenazaban la capital de los tréveros: las dos Legiones que habían vuelto a ponerse del lado romano; la Legio VI Victrix y la I Adiutrix de Hispania; y la XXI Rapax al mando de Cerialis desde el este. Dado que Julius Civilis aún andaba a la caza de los guerrilleros de Claudius Labeo, los tréviros tenían que aguantar lo más encarnizado de la batalla sin ayuda. Intentaron obstaculizar el avance cerca de una población llamada Rigodulum (posiblemente, la actual Riol), pero fueron derrotados. Al día siguiente, Cerialis entró en Trier. Aquí se encontró con los legionarios de la I Germanica y de la XVI Gallica. Cerialis fue comprensivo con ellos, y mostró clemencia a los tréviros y lingones, castigando sólo a aquellos que eran en verdad culpables de traición.
A partir de este momento, los romanos no solo eran superiores en táctica, disciplina y experiencia, sino también en número. Sin embargo, aún no se habían juntado sus Ejércitos, lo que brindó una oportunidad a Civilis y a sus aliados Julius Tutor y Julius Classicus. Decidieron destruir a las tropas presentes en Trier durante una incursión nocturna por sorpresa. Pudo haber sido la noche de luna nueva del 7 al 8 de junio, pero esto dista de la realidad. De hecho, los romanos fueron pillados por sorpresa y sus enemigos entraron en el campamento. Pero para entonces, las Legiones eran capaces de rechazar a los rebeldes. Precisamente esta fue la batalla decisiva de la guerra: de ahí en adelante, Cerialis pudo empezar a reconstruir la frontera del Rhin (las cuatro Legiones estacionadas en Moguntiacum probablemente ya habían comenzado la reconstrucción) y acabar con la última resistencia.

Llegaron noticias procedentes de Colonia, que se había liberado. Civilis quería suprimir esta rebelión, pero se encontró ante el hecho de que las unidades de frisios y caucos que iba a emplear habían sido asesinadas por los habitantes de Colonia.
Para empeorarlo, las tres Legiones de Cerialis (y puede que unidades procedentes de las tropas estacionadas en Moguntiacum) avanzaban hacia el norte a buena velocidad. Esto obligó al líder bátavo a volver al norte, sobre todo, cuando supo que la Legio XIV Gemina acababa de embarcar en Britania y se dirigía al continente. Civilis debió temerse que desembarcaran en la costa arenosa de la actual Holanda, y huyó rápidamente hacia Insula Batavorum. Una vez aquí, se enteró de uno de los últimos triunfos de sus tropas: los cananefatos habían destruído la mayor parte de la Armada romana. Sin embargo, era demasiado tarde: la Legio XIV había desembarcado en Gesoriacum (Boulogne), y cruzaba la Galia Belgica en dirección a Colonia.
El teatro de la guerra se iba estrechando en torno al Bajo Rhin. La invasión de La Isla (De Betuwe) no era prioritaria. Lo realmente importante era pacificar los territorios reconquistados y reforzar la frontera a lo largo del Rhin. Sin embargo, Civilis reunió un ejército y ocupó Vetera. Sus fuerzas eran demasiado importantes como para ignorarlas, y Cerialis avanzó contra él al frente de la XXI Rapax, la II Adiutrix, y las recién llegadas VI Victrix y XIV Gemina.
Ninguno de los comandantes era un indolente, pero tenían que atravesar una gran extensión de terreno pantanoso. Éste era su estado natural, y Civilis también había construido una presa en un ángulo del Rhin para contener el río, y poder anegar el terreno adyacente. Esto era, por lo tanto, el territorio que había que atravesar: un estercolero resbaladizo, un traicionero basural de tierra inundada. Esto perjudicó a las Legiones, porque en tanto que los legionarios romanos iban cargados de armas y equipo y temían nadar, los bátavos y sus aliados estaban familiarizados con los ríos y podían confiar en su elevada estatura y en la ligereza de sus cargas para mantenerse por encima del nivel de las aguas.

En respuesta al desafío bátavo, por lo tanto, los legionarios (que estaban deseando combatir) se lanzaron a la lucha, pero se aterrorizaron cuando sus armas y monturas se hundieron en las profundidades peligrosas de la ciénaga. Los bátavos sabían donde estaban los bajíos, y los atravesaban a la carrera, generalmente evitando la línea de frente y rodeando los flancos y la parte posterior. No se libraba una batalla convencional de la infantería en los flancos cercanos. No parecía sino una batalla naval, pues los hombres forcejeaban por todas partes en las aguas de la inundación o enganchaban manos y pies en cualquier porción de tierra firme donde pudieran estar de pie. Heridos e ilesos, nadadores y no-nadadores, todos se empeñaron en la destrucción mutua. Sin embargo, a pesar de la confusión salvaje, las pérdidas fueron comparativamente escasas, porque los germanos no se aventuraron mucho en la tierra inundada y volvieron a su campamento.

Hay constancia arqueológica de esta batalla: muchos objetos militares se han dragado del Rhin, que ha alterado su curso en el emplazamiento teórico del campo de batalla.
Al día siguiente, la lucha se reanudó, y esta vez los romanos pudieron derrotar a los bátavos y a sus aliados, aunque no pudieron aprovecharse de su ventaja, porque repentinamente, empezó a diluviar. Sin embargo, la batalla de Vetera significó claramente el final de la revuelta de Julius Civilis, que fue empujado de nuevo a Insula Batavorum (Se ha encontrado el monumento que la Legio VI Victrix erigió para conmemorar su victoria).

Cerialis continuó reconstruyendo la frontera. La Legio XIV fue enviada a Moguntiacum, en donde se unió a la Legio I Adiutrix; la Legio X Gemina, que había llegado de Hispania inmediatamente después de la batalla, ocupó su puesto en el ejército de cuatro Legiones de Cerialis en Vetera. Dos de las Legiones en el sur fueron reconstituídas: la IIII Macedonica y XVI Gallica, que se había deshonrado, recibieron nuevos nombres (IIII Flavia Felix y XVI Flavia Firma) y fueron enviadas a Dalmacia y a Siria. La Legio I Germanica, que era responsable del asesinato del general Caius Dillius Vocula, fue disuelta; los soldados fueron agregados a la VII Gemina en Pannonia. La misma Legio XXII Primigenia de Vocula fue recompensada. La V Alaudae y la XV Primigenia, que habían sido aniquiladas en Vetera, nunca fueron reconstituídas.
Mientras tanto, Civilis se había retirado a La Isla. Había asolado la capital bátava, Novio Magus Batavodurum (Nijmegen), y había destruído el muelle que había sido construído por Drusus, el hijastro del emperador Augustus, el año 13.

El Rhin entra en los Países Bajos por el este, y se divide en tres ríos. La rama meridional es el Waal y cruza a lo largo de Nijmegen; la central es el Rhin; y en el norte está el IJssel. Originalmente, el IJssel no era un brazo del Rhin, pero Drusus había cortado un canal y había construido un muelle grande y se cercioró de que el agua fluyera por este canal. Después de la construcción del muelle, el Rhin era la más grande de las tres ramas. Ahora que Civilis había destruído el muelle, el brazo meridional, el Waal, se convirtió en el más grande de los tres ríos (y lo sigue siendo). Puesto que los bátavos vivían entre el Waal y el Rhin, su gran dimensión tenía como resultado que su país tenía una frontera meridional que era difícil de traspasar: uno de los ríos más amplios de Europa.

Cerialis sabía que él no podría cruzar el río sin la Marina, y decidió esperar hasta tener una flota. Mientras tanto, sus soldados tenían que proteger el río. Las Legiones VI y XXI fueron enviadas a Novaesium y Bonna, la XXII Primigenia llegó desde Moguntiacum a Vetera; la Legio II comenzó a construir un puente en Noviomagus, la Legio X fue a un lugar (no identificado actualmente) llamado Arenacium. Las unidades auxiliares fueron estacionadas en Grinnes y Vada (también sin identificar en la actualidad).

Mientras tanto, los romanos estaban ocupados con la reconstrucción de las tierras del Rhin. Julio Civilis intentó atacar cuatro campamentos a la vez (él mismo atacó Vada ; su aliado Julius Classicus, Grinnes) pero los bátavos habían subestimado la velocidad y eficacia de la respuesta romana. Cerialis llegó rápidamente, y Civilis tuvo que nadar a través del Rhin para salvar su vida.
Algunos días después, los bátavos pudieron remolcar lejos el buque insignia de la recientemente reconstituida Marina romana durante una incursión por sorpresa, pero tuvieron que descubrir que Cerialis no estaba a bordo (Se cree que pasó la noche con una mujer de Colonia.) La nave fue enviada a la profetisa brúctera Veleda.

Era una humillación, y Cerialis decidió que no podía posponer durante más tiempo la invasión de De Betuwe, La Isla de los bátavos. Sus naves ya estaban listas , y la Marina había invadido La Isla por el oeste, mientras que Cerialis cruzó el Waal cerca de Noviomagus, en el sureste.

Cerialis arrasó La Isla exhaustivamente, empleando la estratagema bien conocida de dejar la tierra y las granjas de Civilis indemnes. Pero por esta época, el verano dejaba paso al otoño, y las tormentas con lluvias incesantes en el equinoccio (30 de agosto), dieron lugar a que los ríos inundaran la isla pantanosa, de poca altura, hasta que pareció una ciénaga. No había ni rastro de la flota o de los convoyes romanos en perspectiva, y los campos en la tierra plana eran arrasados por la violencia del río.
Más adelante, Civilis proclamó que las Legiones habrían podido ser machacadas en este momento, y él se encargó de disuadir astutamente a los bátavos de este propósito cuando fueron a por él. Esto puede ser verdad, puesto que algunos días más tarde, se entregó.
El relato de Tácito se interrumpe bruscamente cuando describe las negociaciones, que tuvieron lugar en un puente semidestruído en alguna parte en De Betuwe. No se sabe lo que discutieron Cerialis y Civilis, pero lo cierto es que la vieja alianza entre Roma y los bátavos fue restaurada: no fueron obligados a pagar impuestos, sino que tuvieron que alistarse en las Ocho Unidades auxiliares.

Esto no significa que los bátavos no fueran duramente golpeados. Sufrieron enormemente por su apoyo a Julius Civilis. Cada familia bátava tuvo que guardar luto por la muerte de, al menos, un hijo. Los frisios y los cananefates tuvieron que pagar el mismo peaje humano inmenso. Noviomagus, la capital bátava había sido destruída, y se ordenó a sus habitantes reconstruirla dos kilómetros corriente abajo, en un lugar donde no podría ser defendida. La Legio X Gemina fue estacionada en las proximidades, a modo de permanente vigilante.

No se sabe qué pasó con Julius Civilis, pero es difícil creer que disfrutase de una vejez tranquila. Es probable que cualquiera de los miembros de su tribu lo matase, al igual que sucedió con Arminius y Gannascus, los líderes germanos que una vez se rebelaron contra Roma y fueron derrotados.
O quizás los romanos detuvieron a Civilis. Ciertamente, Tácito escribe que le garantizaron la inmunidad, pero Cerialis no habría sido el primero ni el último comandante romano que se sintiera libre para romper la promesa dada a un hombre que había roto varios juramentos. En ese caso, Civilis habría recibido el “castigo de un felón criminal” que Munius Lupercus le había prometido cuándo los bátavos pusieron sitio a Vetera: la cruz.

Por Ennia Durmia

miércoles, 23 de junio de 2004

Claudio el dios: estudio médico (y II)

Y para continuar, la muerte de Claudio:

Espero, queridos míos, que hayáis conseguido llegar hasta aqui sin dar de cabezazos contra el teclado.

A todo esto, pensaréis, de la intoxicación que se lo llevó de este mundo, no se menciona nada...

Hay que aclarar que no fueron setas venenosas. Fué una gran seta comestible, envenenada artificialmente, como dice Tácito, por la envenenadora "oficial" Locusta, que luego pasaría a trabajar para Nerón. El veneno fue extendido en la seta por el eunuco Haloto, que solía hacer de catador. Por tanto poco importa la clase de seta. Más bien sería interesante saber qué veneno ideó Locusta. Una envenenadora de primera, pues en el reinado de Nerón logró crear un veneno mortal de acción casi instantánea, que llevó a la tumba a Británico tras beber un vaso de vino.

SUETONIO (Claudio, 44) dice:
"Es opinión unánime que murió envenenado, pero existen versiones distintas sobre el lugar y la persona que le suministró el veneno. Aseguran algunos que fue el eunuco Haloto, catador de sus alimentos, cuando en compañía de los sacerdotes asistía a un banquete en el Capitolio; otros afirman que fue la propia Agripina, que en una comida celebrada en palacio le obsequió con una seta envenenada, género de manjar al que era muy aficionado. Circulan también versiones distintas sobre la forma como a continuación se desarrollaron los acontecimientos. Algunos afirman que Claudio perdió el habla tan pronto como hubo ingerido el veneno y que murió cerca del amanecer,después de haber pasado toda la noche atormentado por intensos dolores. Dicen otros que de buenas a primeras quedó aletargado; luego, viniéndole a la boca los alimentos, vomitó todo lo que había ingerido, en vista de lo cual le fue suministrada una segunda dosis, no se sabe si mezclada a una papilla, bajo el pretexto de que estando exhausto necesitaba tomar de nuevo alimentos, o si por medio de una jeringa, haciéndole creer que, empachado por el exceso de comida, se sentiría aliviado con una evacuación de esta índole".

Son muy curiosos también los presagios que Suetonio dice que anunciaban la muerte de Claudio.

TÁCITO (Anales, 12, 66, 67) dice:
"[Agripina] quería algo rebuscado, algo que perturbara la mente y aplazara la muerte. Entonces elige a una experta en tales artes llamada Locusta. [...] Con el saber de esta mujer se preparó el veneno y se encargó de servirlo a Haloto, uno de los eunucos, que era quien solía llevarle las comidas a la mesa y probarlas.
Hasta tal punto se supieron después todos los detalles, que los historiadores de aquellos tiempos cuentan que el veneno se echó en un sabroso plato de setas, y que los efectos del tóxico no se notaron en un primer momento, ya fuera por la estupidez de Claudio, ya porque estuviera borracho. A la vez daba la impresión de que una descomposición del vientre había venido en su ayuda. Aterrada por ello Agripina, y pues se temía lo peor, haciendo caso omiso a los reproches de los presentes, emplea la complicidad de Jenofonte, el médico, a quien se había ganado previamente. Se cree que éste, aparentando ayudarle en sus intentos de devolver, hundió hasta su garganta una pluma untada en un rápido veneno, no ignorando que los mayores crímenes empiezan con peligro y terminan en recompensa".


No os creáis que ha sido fácil, pero después de mirar los correspondientes ladrillos médicos sobre Toxicología, creo que la muerte de nuestro Claudio fue por una toma muy oportuna (para Nerón, sobre todo) de arsénico.

Desde tiempos muy remotos, el arsénico ha sido conocido.

Aristóteles (s.IV a.C) habla del sandarach, sandaraco u oropimente, que es el sulfuro de arsénico (trisulfurato), conocido ya por los griegos, que se encontraba en las minas de oro y plata.

La legislación de Atenas prohibía hablar de los venenos y por eso quizás, Hipócrates habla muy poco de ellos, para que los asesinos en ciernes no se aprovechasen de sus conocimientos.

Dioscórides, en su "Libro de los venenos", habla de la hierba sardónica (porque se encontraba en Cerdeña traída por los cartagineses desde el Norte de Africa), cuyo terrible efecto era el trastornar los sentidos y deformar los labios en un rictus que se ha conocido como "risa sardónica".

Teofrasto, en "Historia de las plantas" y Nicandro en "Alexifarmaca y "Theriaca", hablan extensamente de toda clase de venenos. Galeno, cuando estaba ya en Roma, ataca a los autores antiguos que fueron los primeros en hablar de venenos.

Los griegos conocían toda clase de venenos y no sólo los tradicionales; prueba de ello es que en el Juramento que tenían que hacer sus discípulos, Hipócrates señalaba: "No administraré a nadie una droga homicida o un pesario abortivo". Conocían los compuestos arsenicales.

Demócrito proponía pulverizar, tres veces, compuestos arsenicales en salmuera y azafrán. El arsénico sulfurado lo conocían bien, así como su propiedad de volatilizarse formando arsénico en laminillas de color dorado. Lo trataban con vinagre, dejaban desecar, luego lo mezclaban con sal de Capadocia, lo quemaban y pulverizaban hasta obtener una especie de alumbre como ellos lo llamaban, blanco y compacto (era el ácido arsenioso)

Y el arsénico, que ya lo conocían desde la antigüedad, fue sin embargo el veneno favorito para quitar de en medio a alguien que estorbase, tanto es así que fue llamado "polvos de sucesión", porque se administraba para heredar a algún pariente, o a algún esposo o esposa que estorbase. La ventaja sobre otros venenos es que no tenía sabor ni olor, y de ahí la facilidad de su administración sin que la víctima se apercibiese. Se mezclaba con facilidad con líquidos, bebidas, o con las comidas. Parecía azúcar. Fue llamado "el rey de los venenos". Y fue el arma letal preferida durante la Edad Media.

Los romanos ya conocieron sus efectos mortíferos, por haber muerto accidentalmente con mucha frecuencia los mineros que inhalaban el polvillo que flotaba en el aire al extraerlo de diversos yacimientos minerales.
La tristemente famosa Locusta fue la gran envenenadora romana, que creó una verdadera "academia" de envenenadores con numerosos discípulos, como Comidio, que aconsejaron a los distintos emperadores de quienes fueron favoritos y consejeros en el arte de suprimir a quienes les estorbasen. Se sabe que la madre de Calígula usó de sus consejos para envenenar a su propio hijo. Agripina se sirvió de ella, y lo mismo su hijo el emperador Nerón. Agripina le encargó la elaboración de un veneno para deshacerse de Claudio, y Nerón también recurrió a sus servicios para envenenar a su hermano Británico, pero impacientado éste porque el veneno no producía el rápido efecto que esperaba, Locusta preparó otro de más rápidos efectos, siendo
recompensada generosamente por el emperador romano.

Más tarde, Galba mandó dar muerte a la envenenadora (por si acaso, supongo...).

Mitrídates ensayaba sus fórmulas de venenos, tanto en condenados a muerte, como sobre él mismo. Hizo así notables descubrimientos y se convirtió en un experto en el dominio de substancias venenosas, tanto que no pudo quitarse la vida con ningún veneno cuando llegó el momento de su derrota (Al ser destruído su palacio en Crimea por Pompeyo el año 63 a.C., tuvo que recurrir a uno de sus esclavos para que le diese muerte con su espada). Al expoliar Pompeyo la Biblioteca del palacio, encontró el gran secreto de Mitrídates, la fórmula de la Triaca, que era una mezcla de venenos entre los que figuraba el arsénico.

Mitrídates había descubierto y perfeccionado el procedimiento de la inmunización artificial; es decir, de la seroterapia.
Plinio lo confirma cuando declara que "fue el primero en mezclar a los antídotos la sangre de los patos del Ponto porque viven de animales venenosos".
Cada mañana desde su juventud, asesorado por Crateuas, un experto en venenos que era su consejero, tomaba pequeñas cantidades de diversos venenos para inmunizarse y que no pudiesen envenenarle sus enemigos.
La fórmula de la Triaca había sido inventada por el famoso médico Andrómaco, dedicándosela al emperador Nerón. Andrómaco escribió la fórmula en verso para que no pudiese alterarse fácilmente.

El mitrídato, que recibió ese nombre por el Rey del Ponto, fue uno de los más famosos contravenenos utilizado en la antigüedad.
Su fórmula era, según los cronistas:
Costus: 1 parte
Acorus: 5 partes
Hipericón:
Goma
Sagapenum: 2 partes
Jugo de acacia
Iris de Iliria
Cardamomo
Anis: 3 partes
Nardo de las Galias
Raíz de Genciana: 4 partes
Hoja de rosa secas
Lágrimas de pavot
Persil: 4 partes
Casia
Lichen de polium: 6 partes
Pimienta larga
Styrax: 5 partes
Castoreum
Incienso
Jugo de hiopaisto: 6 partes
Mirra
Opopanax
Hojas de malobatbre: 6 partes
Flores de juncos redondos
Resina de Terebinto
Galbanum
Semilla de zanahoria de Creta
Nardo: 4 partes
Bálsamo
Thlaspi:5 partes
Raíz de Ponto: 6 partes
Azafrán
Gengibre: 8 partes
Canela
Se mezcla todo con miel después de triturarlo. Se toma de toda la mezcla una cantidad del tamaño de una nuez, dilúyase en vino y se hace beber como antídoto. (Bonito, verdad?? Y muy práctico. Estará bueno???)


El arsénico es alotrópico y anfótero. Una de sus formas alotrópicas es negra y amorfa, otra, amarilla y cristalina . Cuando se reduce por medio de hidrógeno, origina un gas sumamente tóxico, incoloro, inflamable y de olor aliáceo llamado arsina. Un trióxido de esta substancia fue aislado por primera vez por el alquimista árabe Geber.
Un derivado de este gas es la lewisita (clorovinildicloroarsina) utilizado en la guerra química.(Y bastante famoso por desgracia, además de actualísimo)
El arsénico es uno de los tóxicos que más trascendencia han tenido en la historia, siendo el veneno utilizado preferentemente en la Roma Republicana como arma política.
Se usó con fines homicidas desde muchos siglos atrás y aún hoy se lo emplea. Se lo usó bajo la forma de anhidrido arsenioso, polvo blanco e insípido, inodoro, que llamaron "polvo de sucesión", "rey de los venenos", etc.
Fue el componente esencial de la "acquetta di Peruggia", "acqua di Napoli", que produjo centenares de víctimas.
Se parece mucho al azúcar impalpable y a la harina.
Cuando se emplea con fines delictivos, es de difícil diagnóstico, puesto que simula una enfermedad gastrointestinal con episodios sucesivos.
También puede usarse con fines suicidas, o puede ser una intoxicación accidental, profesional, iatrogénica y endémica.

Actualmente se usa como plaguicida, y puede contaminar hortalizas y frutos. El tono verde de algunas de sus sales se aprovecha como colorante de ciertas pinturas y papeles, en cerámica y vidriería, y como medicamento en sus compuestos orgánicos trivalentes (sulfarsenol, amebarsone, cacodilatos, etc.) o en sus formas inorgánicas (arsenito de sodio y de potasio: licores de Fowler y Pearson del Codex). En odontología se usa para destruir la pulpa dentaria.
El arsénico es un mineral que se presenta en forma orgánica (melarsoprol) o inorgánica (trióxido o arsénico blanco, pentóxido).
Las formas inorgánicas forman parte de algunos rodenticidas, y son habitualmente más tóxicas que las inorgánicas. Existe también una forma gaseosa, denominada arsina o arsenamida o hidrógeno arseniado, que es extremadamente tóxica.

Más del 80% de la dosis de arsénico ingerida por el tubo digestivo se absorbe. La dosis letal oscila entre 120 y 200 mg; en niños, dosis de 2 mg/kg pueden ser letales.
El arsénico produce sus efectos tóxicos al unirse a los grupos sulfhidrilos tisulares y al interferir la fosforilación oxidativa.

La preponderancia del arsénico en el envenenamiento criminal se debe a sus propiedades:

1- La elevada toxicidad de los compuestos arsenicales.
2- Su facilidad de adquisición.
3-La ausencia de propiedades organolépticas que facilitan su administración: los compuestos arsenicales, mezclados en pequeñas proporciones (y es muy pequeña la cantidad necesaria para producir efectos tóxicos) a las bebidas y a los alimentos no les comunican ningun sabor especial, por lo que no se hacen sospechosos para las personas a las que les son administrados.
4- La analogía de su aspecto con sustancias de uso culinario (azúcar, harina)
5- La similitud de sus efectos con los debidos a afecciones espontáneas gastrointestinales, que sobre todo en épocas epidémicas, haría que pasaran inadvertidos sus efectos clínicos como debidos a intoxicación.
6- Como bien sabían los envenenadores, era extremadamente difícil descubrir la intoxicación en el cadáver, pues las lesiones que produce son inespecíficas y muy similares, si no iguales, a las de los procesos patológicos espontáneos con los que se puede confundir clínicamente( Aqui conviene recordar que los romanos no eran muy dados a hacer autopsias, y que, de haberlas hecho, no habrían tenido medios técnicos para caracterizar el arsénico).

La intoxicación aguda por arsénico suele ser por ingestión del tóxico, y con menor frecuencia, por inhalación de polvo o vapores de anhídrido arsenioso( descartemos esto en el caso de Don Claudio).
Reproduce un ataque de cólera, del que se diferencia tan solo por algunos detalles: el sabor desagradable que se percibe(no al tomarlo, sino al cabo de algun tiempo), y por la precocidad de los vómitos, que siempre preceden a la diarrea.

La sintomatología puede aparecer en minutos o bien horas después de la ingestión (en general, de media a una hora), siendo los síntomas gastrointestinales los más frecuentes inicialmente (forma de gastroenteritis coleriforme), con posterior deterioro hemodinámico.
Las manifestaciones clínicas más comunes son: gastrointestinales (quemazón bucofaríngea, aliento con olor a ajo, disfagia, naúseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas que pueden ser coleriformes y/o hemáticas), cardiovasculares (cianosis, insuficiencia respiratoria, hipotensión, depresión miocárdica y arritmias), del sistema nervioso central (delirio, coma y convulsiones), renal (oliguria y necrosis tubular aguda) y hematológicas (hemólisis y eosinofilia). La inhalación del gas arsina produce tos y disnea, y posteriormente, hemólisis.

La víctima nota, en primer lugar, un sabor acre y una sensación de quemadura, con sed ardiente, constricción de faringe y esófago y naúseas.
Después, vienen los vómitos, que se caracterizan por ser continuos e intensos, en chorro, de aspecto blanquecino "como agua de arroz" y de olor aliláceo (a ajo), que luego pueden hacerse biliosos y sanguinolentos. Se acompaña de irritación intensa con dolores en la faringe y epigastrio y sensación de quemadura local.
Luego diarrea, que al principio es fecaloide y después coleriforme, con deposiciones muy frecuentes, de aspecto riciformes, por la presencia de grumos de mucus coagulado, muy característicos. A estas diarreas riciformes le siguen deposiciones sanguinolentas. La pérdida de líquidos y sales produce sed intensa y calambres musculares, luego hipotensión arterial marcada, shock, con piel cianótica sudorosa y
fría, depresión respiratoria, convulsiones por anoxia y finalmente coma. La muerte generalmente es causada por el shock.

Si no ocurre la muerte dentro de las primeras 24 horas, pueden aparecer ictericia (por lesión del hepatocito), oligoanuria y otras manifestaciones de compromiso multiparenquimatoso.
Con dosis subletales hay náuseas, vómitos, diarreas, calambres musculares y polineuritis. A veces hay ambliopía y amaurosis por neuritis óptica. Puede observarse también encefalopatía con cefaleas, confusión mental, convulsiones, coma y muerte que puede sobrevenir en semanas.
La intoxicación con arsénico puede asimismo ser causa de hepatosis graves con ictericia y hemorragias, glomerulonefritis y miocarditis. En la piel se observan ocasionalmente exantemas escarlatiniformes o morbiliformes.

Si el paciente sobrevive las primeras 24 horas del cuadro gastrointestinal y hemodinámico, existe un periodo de mejoría relativa. A partir de las 24 horas de la ingestión, presenta mayor riesgo de fracaso renal por necrosis tubular aguda, insuficiencia hepática por necrosis, afectación neurológica del sistema nervioso
central y periférico y afectación cardiovascular. Valores de arsénico en sangre > 300 microgr/dl y en orina niveles > 150 mcrg/L. son mortales (Eso lo sabemos ahora, pero los profesionales de la época lo intuyeron)

Se plantea el diagnóstico diferencial con otros cuadros de la clínica general, como enteritis sobreaguda, hepatopatías agudas, meningoencefalopatías, etc. Los elementos semiológicos que sirven para orientarse son: el olor a ajo de los vómitos y el aliento; deposiciones coleriformes, en copos de arroz, el edema palpebral, el colapso intenso, los trastornos visuales, etc. En todos los casos, la investigación de arsénico en orina, heces o vómitos aclarará la situación (Eso ahora, claro, en la época en que murió Claudio, ni caso, ni idea, ni medios, ni interés; además, ya sabían de que se había muerto)

Os recuerdo que para hacer esto, he ido descartando otros venenos (incluidas las setas), eh?. Lo que más coincide es el arsénico, y me encantaría echar mano a los restos de Don Claudio para hacer el pertinente análisis que confirmase el diagnóstico

Por Ennia Durmia, con la colaboración de Galaicus y Marianus

Claudio el dios: estudio médico (I)

Entre bátavo y bátavo, por no cansar demasiado, recopilo unos cuantos mensajes de la lista provincial de hace algun tiempo.

Prescindiendo de lo que todo el mundo sabe sobre Claudio, la crónica que sigue es sobre sus patologías, básicamente.

A modo de introducción, unos cotilleos:
El princeps se desposó en cuatro ocasiones. La primera con Plaucia Urgulanila; fruto de este matrimonio nacieron Druso y Claudia; la segunda con Aelia Patina, con la que tuvo a Antonio; en ambos matrimonios, los desposados llevaban una vida independiente, y terminaron en divorcio (sería por eso que no dejó
viudas en este momento de su vida, seguramente...)
Claudio se desposó en terceras nupcias con Mesalina, cuando el
emperador contaba cincuenta años y su prometida, tan sólo,quince. Se trataba de una joven dotada de gran belleza y que pronto se hizo famosa por su impudor, y que segun dicen, mantuvo relaciones extramatrimoniales con multitud de súbditos del emperador. No conformándose con eso, ejerció la profesión más antigua de la humanidad en prostíbulos del barrio de la Suburra (tremendo, no???), llegando a competir en cierta ocasión con una prostituta de renombre, a la cual ganó, ya que Mesalina llegó a hacer el amor veinticinco veces en veinticuatro horas, sin duda una
gran hazaña.
Claudio acabó descubriendo las infidelidades de Mesalina y ordenó su ejecución. Finalmente, Claudio se casó con su sobrina Agripina, la hermana de Calígula, la cual le envenenó con la ayuda de Jenofonte, el médico personal del princeps.

Y ahora, un aviso: los estudios y descripciones médicas llegan a resultar un ladrillo mortal de necesidad (y eso si que no es culpa mía), de modo que recurro al lenguaje abstruso cuando no hay más remedio.

De entrada, en plan hipotético, una semblanza sobre las posibles
patologías de Claudio ( recuérdese que los métodos diagnósticos de la época, con ser bastante mejores que los de la Edad Media, no eran precisamente sofisticados)

He aqui algunas descripciones someras de las recogidas por los sin
duda objetivos cronistas de la época:

1-... era cojo, terriblemente feo, jorobado y tartamudo...

2-... subnormal y depravado...

3- Su madre, Antonia, le llamaba "caricatura de hombre"
y "aborto", términos que hacen sospechar que su nacimiento fuera
prematuro (y poco oportuno, añadiría yo..)

4-... padeció, a lo largo de toda su vida, tics asociados con el
movimiento y con estados emocionales, lo cual motivaría que su
familia tratara de evitar su presencia en actos públicos.

5- ... padeció una debilidad de ambos miembros inferiores, la
cual obligaría a Claudio a leer sus informes ante el Senado sentado, y no de pie como era la costumbre de la época.

6- Su marcha era titubeante, con caídas frecuentes al más mínimo
tropiezo (esto se debía, probablemente, a una contractura anormal de sus piernas)

7- Padeció alteraciones de la locución, contractura de la
musculatura peribucal (que generaba una emisión continua de saliva)y una risa espasmódica (bueno...esto, si no me equivoco, junto con lo mencionado en el punto 4-, es un bonito síndrome de Gilles de la Tourette)

8-... fue durante toda su vida un gran comedor y un gran bebedor,
aquejado de numerosos problemas digestivos, hasta el punto de barajar suicidarse, en alguna ocasión, por no soportar sus "stomachi dolore" (y el omeprazol sin inventarse...).

9-... se quejaba de calambres gástricos, que podían estar en
relación con una pancreatitis crónica, secundaria a la ingesta
desorbitada de bebidas alcohólicas, a patología ulcerosa o a
dispepsia no ulcerosa. (Las digestiones imperiales eran tan molestas que motivaron la publicación de un edicto imperial, que permitía a los comensales poder eructar durante las comidas, considerando que dicha acción era muy saludable).

10-Los excesos dietéticos le provocaron, al igual que a otros muchos reyes y emperadores, crisis gotosas (quamuis podagricus), que han sido documentadas por varios historiadores.(Séneca la menciona en su Apocoloquintosis (13,3) cuando describe la marcha del emperador hacia los infiernos: "...el camino está en pendiente, el descenso es fácil, por eso, pese a su gota, llega en un instante a la puerta de Plutón...").

Ahora, yo debería hacer un sesudo comentario sobre qué es y demás
detalles de la supuesta parálisis cerebral de esta pobre criatura...

Aquí se pueden sistematizar tres sistemas alterados: de una parte,
sistema nervioso (probablemente periférico), de otra, aparato
digestivo, siendo el tercero el sistema de regulación neuroendocrina.

Sistema nervioso: se puede asegurar, con alta probabilidad de no
equivocarse, y a la vista de la falta de antecedentes médicos de
malformaciones y/o taras familiares, que la mayoría de las
afectaciones neurológicas que padeció Claudio estarían en relación
con una paraplejia espástica de Littre, secundaria a un proceso
anóxico intrauterino o durante el periparto (Hay que recordar que su madre dio a luz en plena campaña contra los bárbaros).
Como esto sería ser demasiado preciso, y ya digo que los medios de
diagnóstico complementarios prácticamente no existieron hasta el
siglo XX, si cabe encuadrar todos sus déficits neurológicos en lo que vulgarmente se conoce como parálisis cerebral, pudiéndose denominar así a todo trastorno motor no progresivo de origen cerebral, que generalmente se produce antes de los 2 años de vida. No sólo incluye parálisis, sino también ataxia y coreoatetosis.
Antiguamente, se creía que todo lactante menor de 6 meses con
hipertonía flexora de extremidades superiores y extensora de
extremidades inferiores, tenía casi con seguridad un daño cerebral no progresivo, es decir una parálisis cerebral.
Sin embargo, ahora se sabe que varias enfermedades degenerativas del sistema nervioso central (SNC) se expresan muy precozmente en los primeros meses de vida, generalmente con síndrome piramidal asociado a compromiso sensorial (hipoacusia, amaurosis).
Entonces, hay que sospechar enfermedad neurodegenerativa o error
congénito del metabolismo en todo lactante o recién nacido sin
antecedentes de noxas peri o postnatales que muestre sintomatología neurológica severa.
Como no hay manera de saber qué curso exacto tuvo su nacimiento, ni el peso al nacer, ni los resultados del test de Apgar, ni ninguno de los parámetros que se utilizan actualmente para
establecer diagnósticos, siquiera sea por exclusión, habrá que
conformarse con suponer que la hipótesis más factible sea la de la
enfermedad de Littré)

Un 10 a 15% de las parálisis cerebrales son adquiridas a través de
una lesión cerebral conocida, generalmente por infecciones o traumatismos después del primer mes de vida. (Esto es algo bastante poco fiable,para que nos vamos a engañar...dependiendo de los distintos autores médicos y su variada experiencia, las conclusiones van de un extremo a otro. Por algo se dice que, en medicina, dos y dos nunca son cuatro)

En el lactante se puede ver compromiso piramidal con hipotonía,
pero destaca la hipertonía distal, que orienta al origen cerebral de la afección motora.
Incluye, generalmente, compromiso piramidal o motor voluntario:
· Paraplejia: compromiso exclusivo de extremidades inferiores.
· Hemiplejia: Parálisis de un hemicuerpo.
· Diplejia: Compromiso de las 4 extremidades, pero con mayor afección de las extremidades inferiores.
· Hemiparesia doble espástica: Se comprometen las 4 extremidades,
pero más las superiores.

Esta diferenciación semiológica de los subtipos de parálisis
cerebral es importante, pues tiene diferente pronóstico. Por ejemplo en la paraparesia espástica el niño tiene hipertonía distal, con retraso de la marcha y caminata en punta de pies. Esta es la típica parálisis cerebral del prematuro, por compromiso de la sustancia blanca periventricular (menos irrigada). No se asocia a convulsiones ni retardo mental y es de buen pronóstico.
El compromiso motor más generalizado hace que aumente más la
epilepsia y el retardo mental, siendo máxima esta asociación en la
hemiparesia doble espástica, la parálisis cerebral de peor pronóstico.

Hay que tener cuidado cuando la "parálisis cerebral" se reduce sólo a coreoatetosis (movimientos incoordinados), pues como el niño no controla sus movimientos y adopta posturas anormales, puede dar la impresión de retardo mental,(atentos a esto!!!), en circunstancias que tiene coeficiente intelectual (CI) normal, ya que la corteza cerebral no se encuentra afectada.

Otros movimientos anormales son las distonías, que son movimientos de torsión de cuello u otros, que pueden simular una crisis epiléptica

Se denominan mioclonias a las sacudidas musculares bruscas y breves.
Pueden corresponder tanto a fenómenos normales como patológicos.
Puede verse en el sueño, situación en que son normales (en el momento que nos estamos quedando dormidos). A veces no son normales, como en el "síndrome de las piernas inquietas", que impide conciliar el sueño (y hay que despertar para que cesen).
Existen otras mioclonías provocadas por alteraciones cerebrales
difusas, que no son epilépticas, sino de origen subcorticales. Un
porcentaje importante de estos niños, tienen enfermedades
degenerativas del SNC, o encefalitis.


Los tics son los movimientos involuntarios más frecuentes. Los tics simples generalmente involucran la musculatura palpebral y muchas veces no requieren tratamiento. Si comprometen musculatura facial,cervical, o extremidades, se tratan con haloperidol o diazepam (Que, evidentemente, no estaba a disposición del público cuando Claudio lo necesitaba, más que nada, porque es otro producto del siglo XX).

Existe un cuadro más severo, denominado síndrome de La Tourette, con tics motores múltiples asociados a tics fónicos, coprolalia, y
trastorno obsesivo compulsivo.

En cuanto a los males gástricos, dolores de estómago post-ingesta
alcohólica, ataques de gota por exceso de proteínas....qué os puedo contar que no hayáis padecido en propio cuerpo alguna vez...Eso sí, si os interesa, cualquier día os castigo otro poquito.(La alteración neuroendocrina, que podría deberse a alguna clase de error metabólico, es una sospecha que tengo...y que no puedo demostrar)

Lo alucinante del asunto es que el muchacho debía ser o bien muy
seductor intelectivamente hablando (eso que mencionaba Cicerón de la belleza...interior), o bien sumamente interesante desde algun punto de vista, y el crematístico no es descartable, porque se casó "sólo" cuatro veces..., se ve que no escarmentaba fácilmente.

Una cosa que si me ha quedado clarísima es que de retraso mental,
nada de nada; es más, creo que si hubiera habido más Emperadores como él, a los romanos de la época les hubiera ido bastante mejor. Y a las romanas, ni os cuento...
Continuará en breve.

Ennia Durmia