lunes, 18 de octubre de 2004

Roma y sus colonias

"Sed coloniarum alia necessitudo est; non enim veniunt extrinsecus in civitatem nec suis radicibus nituntur, sed ex civitate quasi propagatae sunt et iura institutaque omnia populi Romani, non sui arbitrii, habent. Quae tamen condicio, cum sit magis obnoxia et minus libera, potior tamen et praestabilior existimatur propter amplitudinem maiestatemque populi Romani, cuius istae coloniae quasi effigies parvae simulacraque esse quaedam videntur, et simul quia obscura oblitterataque sunt municipiorum iura, quibus uti iam per innotitiam non queunt".

Pero la relación (de Roma) con las colonias es diferente, ya que estas no han entrado a formar parte de la ciudadani­a desde la nada y tampoco se han constituido sobre rai­ces propias, sino que provienen, por decirlo asi­, del mismo conjunto de los ciudadanos y tienen todas las leyes e instituciones del pueblo romano y no otras escogidas por ellos. Sin embargo, esta condicion, aunque sea mas sumisa y menos libre, es considerada como mas valiosa y ventajosa a causa de la grandeza y prestigio de Roma, de la cual estas colonias parecen ser copias en pequeño o imitaciones, y tambien porque los derechos de los municipios son imprecisos y han cai­do en desuso y ya no pueden ser usados por desconocimiento".


AULUS GELIUS, Noctes Atticae, XVI, 13, 8-9. Siglo II d.C.










M. ADR. COMPLVTENSIS
LEGATVS HISP.PROV.N.R.
AEDILIS OP.COMPLVTVM
VERBA VOLANT






Nuevo Correo Yahoo!

martes, 12 de octubre de 2004

COLONIA PATRICIA CORDVBA: LA VISITA

A pesar que las guías turísticas obvian totalmente el pasado romano de Córdoba y que uno espera encontrar solo monumentos de la cultura hispanomusulmana, un apasionado de la cultura romana se puede ver gratamente sorprendido al recorrer las intrincadas callejuelas cordobesas.

Al menos mi guía no menciona ni tan siquiera el puente romano sobre el Guadalquivir, pero cruzando dicho puente uno se encuentra de frente con la Iglesia Catedral de Córdoba: la antigua mezquita.

Una vez dentro de ella (tras haber pagado el canon de 6 euros de entrada) uno se puede dedicar a admirar las más de 850 columnas que sustentan el techo de la misma y poder distinguir entre ellas las que son de origen romano, las que son de origen egipcio y las de origen visigodo. Inclusive en el museo visigodo de la mezquita se pueden admirar restos de época romana aunque bajo la designación “visigoda”.

Saliendo de la mezquita y caminando por el barrio de la judería uno puede sorprenderse al encontrar incrustadas en los muros de muchas edificaciones, columnas con epigrafía romana, hasta llegar al museo arqueológico (Plaza de J. Paez).

En el museo arqueológico, ubicado en un palacio renacentista, uno se encuentra, según entra, con un patio plagado de restos romanos a los cuales no puede acceder directamente: primero hay que pasar por taquilla. Gracias a los dioses basta con enseñar el DNI para que el acceso no cueste dinero.

Tras la taquilla se puede admirar una maqueta del teatro romano que se está excavando en el exterior del museo, dos pequeñas salas dedicadas a la prehistoria y la protohistoria (periodo ibero-turdetano) y se accede ya a la zona romana.

Sorprendentemente y teniendo en cuenta que todo lo que nos cuentan de Córdoba es musulmán, en este museo la colección más grande y más variada es la de la cultura romana: elementos arquitectónicos, sarcófagos y estatuas togadas, esculturas en mármol y bronce retratando a personajes locales, emperadores y dioses, mosaicos, inscripciones, pavimentos, maquetas de villas y monumentos y un amplio repertorio de hallazgos de toda la provincia cordobesa. Llama la atención la sala dedicada al mundo funerario romano con la hipotética reconstrucción de un columbario, con lapidas, sarcófagos de plomo e inscripciones gladiatorias. Amén de restos de estructuras de época romana correspondientes a espacios públicos urbanos que conforman la estructura del palacio renacentista.

Paso de contar y relatar los restos visigodos y árabes del museo ya que no fui para verlos, sino para conocer la Corduba romana, la capital de la Baetica.

Saliendo del museo uno se puede dirigir callejeando hacia la plaza de la Corredera, para encontrar un poco más allá el Museo Regina de Joyería (Plaza de Luis Venegas): poco más o menos una joyería camuflada de museo por cuya entrada te soplan 3 euros, para soportar el tostón de una explicación mal dada de cómo se diseñan hoy en día las joyas. Los tres euros merecen la pena solo por visitar los restos romanos que conforman el sótano de dicho “museo” y cuyos mosaicos hace ya tiempo que reposan en el arquelógico.

Saliendo de allí, con el bolsillo un poco más ligero, podemos dirigir nuestros pasos por la calle Pedro López hasta la calle Claudio Marcelo para encontrarnos con Huerto de San Pablo donde posiblemente estuvo ubicado el circo romano de Corduba y luego seguir hasta el final de la calle y tropezar literalmente con los restos de un Templo romano dedicado probablemente al culto imperial.

Los restos del Templo son de época julio-claudia, construidos sobre una plataforma horizontal que salva el desnivel de la zona, dando lugar a una plaza sobre la que se erige un templo próstilo, exastilo y pseudoperiptero sobre podium de 3,5metros de altura, construido extramuros y junto al cual se hallaba la basílica (para información más técnica sobre el templo acudir a www.simulacraromae.org o www.consorciourbium.org).

Más allá, en dirección oeste y por la calle Claudio Marcelo se llega a la Plaza de las Tendillas, donde además de poder oír el carillón del reloj cuya música se hace a base de rasgueo de guitarra española, podemos ver los restos del Foro Provincial.

Siguiendo hacia el oeste por la calle Conde de Gondomar llegaremos a las antiguas necrópolis de Corduba, donde encontraremos un mausoleo circular del siglo I (probablemente una reconstrucción). El mausoleo se encuentra en el Paseo de la Victoria lugar donde se están realizando una serie de excavaciones y catas arqueológicas sobre restos romanos.

Dirigiéndonos hacia el sur por el Paseo de la Victoria y la calle del Doctor Fleming se llega al denominado Hipogeo de la Diputación Provincial, localizado en 1971, realizado en opus quadratum y dentro de una necrópolis que se utilizó hasta el siglo IV,por lo que el hipogeo se ha identificado siempre como la capilla funeraria de algún martir cristiano.

Siguiendo hacia el sur encontraremos el Guadalquivir. De los muelles romanos para la carga del vino y el aceite de la Baetica con dirección a Roma no encontraremos nada, hoy solo se conservan vestigios de los molinos musulmanes que dejaron de funcionar cuando la muy Católica Reina Isabel se quejó de que sus norias no la dejaban dormir.

Y con este recorrido estamos de nuevo en el Puente Romano.

He olvidado mencionar que de vez en cuando se ve, durante el recorrido realizado, los restos de la muralla romana y en el vértice norte-este del rectángulo recorrido los restos de los acueductos que abastecían Corduba de agua potable: Aqua Nova y Aqua Vetus.

Ya completamente fuera de los muros de la antigua capital de la Baetica y completamente pegados a la estación del AVE se están excavando la Villa de la Cercadilla y el Palacio Maximiano, dos motivos por los cuales dentro de algunos años, cuando la excavación esté más avanzada y los restos sean visitables, merecerá la pena volver a Cordoba, además de tratar de localizar otros enclaves que se me pasaron por alto (manzana Banesto, Altos de Santa Ana, Blanco Belmonte, Maria Cristina) y visitar otros situados en las afueras de Córdoba Ciudad que por tiempo me fué imposible visitar: las canteras romanas, el Puente Arroyo Pedroche, la Via Augusta, la Villa del Mitra en Cabra.........

A pesar de los esfuerzos del Exmo. Ayto. de Córdoba para llevar a cabo su plan de excelencia y ser elegida Capital Cultural en el 2016, la Colonia Patricia Corduba sigue siendo una gran desconocida. En el plano-guía que vende el Ayuntamiento por un Euro se citan solo 8 monumentos de época romana, mientras que en Simulacra Romae se citan 9 tipos de monumentos y creo que yo he ampliado un poco este repertorio, tan solo espero que se sigan conservando los vestigios romanos de Cordoba y que dentro de algunos años la gente no solo diga Córdoba = mezquita.

Deseo hacer mención especial de los empleados municipales encajonados en los “Mupis”. Los Mupis son unos quioscos de información turística donde además de obtener información se pueden reservar visitas como la de Medina Azahara. Dichos empleados me sorprendieron por su preparación cultural ya que me “calaron” inmediatamente (o ¿tal vez fue culpa de la toga con la que me paseé por Corduba?) y me dirigieron rápidamente hacia todos los restos arqueológicos que he mencionado.

martes, 5 de octubre de 2004

O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.


Un puente moruno

ROMAN PIÑA VALLS

http://www.elmundo-eldia.com/2004/10/02/opinion/1096668000.html

El otro día vi en una televisión local a Pere Muñoz. El político que pudo ser alcalde por el PSM está al quite de cualquier desmán a cargo del ayuntamiento pepero. Pere Muñoz, que fue Director General de Cultura con el Pacte, demuestra tener una sensibilidad envidiable por el patrimonio cultural palmesano. En la entrevista televisada denunció las excavaciones arqueológicas de la calle Antonio Maura, que han sacado a la luz restos arquitectónicos milenarios, y en concreto un puente de la Palma mora. Según Muñoz nuestro patrimonio moro es muy escaso y por una vez que encontramos tres piedras juntas de ese pasado arrasado, hay que parar los motores y empezar a diseñar el escaparate. Será porque lleva ya bastante tiempo en política y domina el oficio, o será porque cree en lo que dice, pero los argumentos de Pere Muñoz sonaban irreprochables. «¿Qué tendría que haberse encontrado en la excavación arqueológica para preservar las tripas de la calle Antonio Maura? ¿Una segunda Seu?» Las extracciones en la dichosa calle han traído cola, y también el socialista Roig, con asistencia técnica de ARCA, ha aireado una foto de una taladradora haciendo picadillo sillares antiguos. Dice Roig que se ha demolido parte de un puente renacentista. No sé si la página 16 de ayer en este diario era de arte o de sucesos. Pero juntar en el mismo espacio la cantera de Establiments y la calle Antoni Maura parecía, más que una broma, un montaje fino y perverso. El presidente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos, Alvaro Gijón, le dijo a Roig que «usted no tiene ni idea», y que los arqueólogos respaldan el proyecto del parking.

El asunto está de lo más deshecho. Los informes al final son papel mojado. Los informes técnicos suelen acabar explicando lo que ordena quien los encarga. El problema de Antonio Maura es que se ha triturado el suelo porque se quería enterrar un aparcamiento. Antes de las excavadoras no teníamos puente moro ni renacentista. Antes los había y no lo sabíamos. Después no los habrá pero sabremos que los hubo. Estamos empatados, pero además hemos ganado aparcamientos. Lo que tiene que hacer un presidente de una sociedad de aparcamientos es aplanar el suelo para dejar dormir los coches a cuatro patas. Ya le gustaría a Gijón enterrar aparcamientos en la carretera vieja de Buñola, pero es que allí no hay tiendas ni consumidores.

Sin embargo no deja de ser terrible ese picadillo que hacemos con nuestro pasado. Si las piedras desenterradas tienen la suficiente belleza, si son bastantes, hay que enviar el parking a paseo, hay que jubilar las farolas rococó y las galeras, y abrir al cielo toda la calle, conseguir nuestro foro romano a los pies de La Almudaina. O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.