La palabra „banal" viene del francés y significa „acostumbrado, común". Esta se deriva de la palabra del griego antiguo „banausos", que quiere decir „artesano, aquel que lleva a cabo un trabajo con las manos". Así que un banausos era alguien que se ganaba la vida con el trabajo de sus manos, en oposición al que lo hacía con el „trabajo mental", que se ganaba la vida con la palabra oral o escrita.
En la Antigüedad, como regla general, cualquier cosa que pudiera hacer un esclavo era considerada despreciable. Y cualquier cosa que sólo pudiera hacer alguien muy rico era prestigiosa automáticamente. Si, consumo conspicuo en acción... El banausos era también lo contrario del verdadero artista (pero no del artesano, ojo), el científico, el sacerdote, el filósofo o el „sabio".
El banausos era responsable de las tareas diarias bajas, mecánicas... Con lo cual esta categoría englobaba a las mujeres por definición. Banausos o „banal" significaba plano, sin significación, soso, aburrido, común, visto, diario, tonto, burgués... Un banausos sería alguien que no tuviese idea de las cosas artísticas o espirituales, sino que siempre pensara en lo diario. Un filisteo, en el sentido que se le daba a la palabra en el siglo XIX.
El banausos era despreciado por su falta de alma y de educación por aquellos mismos que „olvidaban" en su soberbia que eran los propios banausos los que permitían que ellos llevasen su espiritual y elevada vida. Claro que estos valores pertenecen al clásico marco ideológico que justifica la esclavitud argumentando que los que la sufren son despreciables y la merecen (Jim Crow Alabama...).
En Roma este concepto griego se unió a la soberbia clasista que ya tenían de por sí (por ser claudio y no papirio, o ser de familia patricia, o ser romano y no sabino, o ser sabino, pero no como los del pueblo de al lado, etc.). Esto fue muy dañino para la ciencia, ya que hizo que los „verdaderos sabios" aborreciesen la experimentación e incluso más tarde la medición.
Aún hoy se distingue entre „ciencias puras" y (por extrapolación) „ciencias sucias o impuras o no propiamente ciencias", es decir, las „prácticas", aún cuando algunas ciencias „puras" son estudios más opinables y menos propensos a emplear el método científico de forma rigurosa.
También las artes sufrieron, ya que a cualquier artista se le podría reprochar que „se ganaba la vida con sus manos haciendo artesanía de forma mecánica". La música quedaba un poco como excepción a esta regla, ya que no producía nada tangible. Pero aún así en la Grecia helenística ya se aceptaba comúnmente que los simples „tocadores de instrumentos" o „cantantes" no realizaban tareas espirituales sino que se limitaban a mover „mecánicamente" partes del cuerpo para ganarse la vida. La numerología con la notación musical era más „espiritual" e inútil y estaba mucho mejor vista.
Hay que puntualizar que este concepto no era propiamente romano, tardó en imponerse y no lo hizo del todo. Por ejemplo, en la época de Cicerón, los patricios más boni y más optimates despreciaban a todos los trabajadores mecánicos (cosa que no les costaría mucho, ya que todos eran „gente bien" y muy dados e por sí a despreciar a amplios sectores de la población mundial como si tal cosa). Pero de este casi universal desprecio estaban a salvo curiosamente los campesinos.
Despreciar a los campesinos habría sido despreciar a sus antepasados patricios (que eran los agricultores que se opusieron a los monárquicos artesanos y comerciantes allá cuando la creación de la República), y además se argumentaba (como en la Edad Media y el Japón feudal) que el campesino, al producir lo más importante –la comida- era más respetable que el mero artesano. Este respeto a la gente de campo seguía en boga en tiempos de Augusto, cuando Virgilio compuso sus Geórgicas.
Si, Nerón fue músico, Comodo gladiador... y precisamente el concepto de “banausidad” ayudó a que estas actividades les hicieran despreciables. A cambio, cuando un emperador se animaba a echar una mano en el momento de crisis de un asedio o una batalla campal en una tarea mecánica era desproporcionadamente alabado y admirado por el gran sacrificio que hacía, rebajándose a realizar una tarea de inmediata utilidad en aras del bien público.
No sorprende que, los sacerdotes de Júpiter „flamen dialis" –cuyas filas Cesar por poco engrosó- tuvieran prohibido no sólo trabajar sino incluso ver a alguien trabajando...
Tomulus Bonus
Marcus Salix Saverius
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viernes, 21 de noviembre de 2003
lunes, 10 de noviembre de 2003
Lecturas latinas (2): Virgilio
Virgilio ( Andes, 70 aC- Brindisi, 19 aC) es el poeta nacional y genial intérprete del alma romana. De sus rasgos biográficos parece que se sabe bastante poco, únicamente algunos aspectos derivados de su obra, donde se presenta a sí mismo como un campesino fiel a sus orígenes, más bien tímido, modesto y de espíritu sensible.
Su obra, de enorme erudición (historica, mitológica, filosófica y científica), es también el resultado de una elevada inspiración y de una profunda sensibilidad poética. De las Bucólicas, obra de juventud y primer peldaño del conjunto de su producción, se ha dicho que han sido la piedra angular del género en el ámbito de la literatura occidental; consta de un total de 883 versos. Las Geórgicas, obra de madurez, fue al parecer escrita a instancias de Mecenas, de conformidad con el pensamiento y la voluntad de Augusto de promover la restauración social a través de la recuperación de los valores de la agricultura; consta de un total de 2188 versos y constituye también un modelo dentro del género didáctico. Pero su obra más emblemática es sin duda la Eneida, epopeya nacional que recoge y exalta el sentimiento de romanitas que la instauración del imperio y la paz de Augusto hicieron resurgir con fuerza; la componen 9896 versos.
El impacto de la obra de Virgilio lo convirtió rápidamente en un clásico y en un referente para todo el mundo romano. "Tityrus et fruges Aeniaque arma legentur / Roma triumphati dum caput orbis erit "- Títiro y las mieses y las armas de Eneas serán leídas / mientras Roma sea la capital del orbe sobre el que ha triunfado. La cita es de Ovidio, uno de sus contemporáneos, (Amores I 15, 25-26)
Este sentimiento patriótico del destino universal de Roma, la Roma caput mundi, se hace especialmente patente en la última parte del libro VI de la Eneida que corresponde al descenso de Eneas al Averno, donde Anquises le muestra las futuras glorias de Roma (magistral pirueta a través de la cual convierte el presente glorioso en predicción mítica).
Un fragmento emblemático de este pasaje es el siguiente:
Excudent alii spirantia mollius aera,
credo equidem, uiuos ducent de marmore uoltus,
orabunt causas melius, caelique meatus
describent radio et surgentia sidera dicent:
tu regere imperio populos, Romane, memento,
hae tibi erunt artes, pacique imponere morem
parcere subiectis et debellare superbos.
======================================
Otros, lo reconozco, serán tal vez más hábiles en arrancar vida al bronce,
sabrán extraer del mármol rostros vivientes,
defenderán mejor las causas, describirán con el compás
los movimientos del universo y predecirán la salida de los astros:
tu romano recuerda (estas serán tus artes)
que has de gobernar a los pueblos con tu imperio y coronar la paz con la ley,
perdonar a los que se sometan y abatir a los soberbios.
======================================
Seguramente estas palabras tan hermosas expliquen Roma mejor que todos los tratados voluminosos que se puedan escribir sobre el tema.
Valete
Lucius Minicius Laietanus
Su obra, de enorme erudición (historica, mitológica, filosófica y científica), es también el resultado de una elevada inspiración y de una profunda sensibilidad poética. De las Bucólicas, obra de juventud y primer peldaño del conjunto de su producción, se ha dicho que han sido la piedra angular del género en el ámbito de la literatura occidental; consta de un total de 883 versos. Las Geórgicas, obra de madurez, fue al parecer escrita a instancias de Mecenas, de conformidad con el pensamiento y la voluntad de Augusto de promover la restauración social a través de la recuperación de los valores de la agricultura; consta de un total de 2188 versos y constituye también un modelo dentro del género didáctico. Pero su obra más emblemática es sin duda la Eneida, epopeya nacional que recoge y exalta el sentimiento de romanitas que la instauración del imperio y la paz de Augusto hicieron resurgir con fuerza; la componen 9896 versos.
El impacto de la obra de Virgilio lo convirtió rápidamente en un clásico y en un referente para todo el mundo romano. "Tityrus et fruges Aeniaque arma legentur / Roma triumphati dum caput orbis erit "- Títiro y las mieses y las armas de Eneas serán leídas / mientras Roma sea la capital del orbe sobre el que ha triunfado. La cita es de Ovidio, uno de sus contemporáneos, (Amores I 15, 25-26)
Este sentimiento patriótico del destino universal de Roma, la Roma caput mundi, se hace especialmente patente en la última parte del libro VI de la Eneida que corresponde al descenso de Eneas al Averno, donde Anquises le muestra las futuras glorias de Roma (magistral pirueta a través de la cual convierte el presente glorioso en predicción mítica).
Un fragmento emblemático de este pasaje es el siguiente:
Excudent alii spirantia mollius aera,
credo equidem, uiuos ducent de marmore uoltus,
orabunt causas melius, caelique meatus
describent radio et surgentia sidera dicent:
tu regere imperio populos, Romane, memento,
hae tibi erunt artes, pacique imponere morem
parcere subiectis et debellare superbos.
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Otros, lo reconozco, serán tal vez más hábiles en arrancar vida al bronce,
sabrán extraer del mármol rostros vivientes,
defenderán mejor las causas, describirán con el compás
los movimientos del universo y predecirán la salida de los astros:
tu romano recuerda (estas serán tus artes)
que has de gobernar a los pueblos con tu imperio y coronar la paz con la ley,
perdonar a los que se sometan y abatir a los soberbios.
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Seguramente estas palabras tan hermosas expliquen Roma mejor que todos los tratados voluminosos que se puedan escribir sobre el tema.
Valete
Lucius Minicius Laietanus
lunes, 20 de octubre de 2003
Los poetas romanos más elevados tienen dobles sentidos
Mi poeta latino favorito es Catullus.
Sí, sí, ya sé que eso ha quedado muy culto y un poco pretencioso, pero la verdad es que general la poesía me aburre. Aunque admito que puede llegar a ser "una tontería divertida" (la frase no es mía sino del hermano de FrankEnstein un tal Albert :-)
Podéis imaginar que si me gusta Catullus, es por versos como "puella defututa...", el poema sobre el "pajarito" de Lesbia, etc.. ¡Me habéis pillado! o como deberían decir en latín: excipisti me! ;-) [sí, sí, lo sé mis chistes se van deteriorando mucho últimamente]
Volviendo al bueno de Catullus y a su "pajarito" existen varias ediciones de sus poemas. Yo, por ejemplo, tengo un librito titulado 'poemas escogidos' en que misteriosamente algunos poemas no aparecen. En un principio, no le di mucha importancia a las "omisiones" hasta que hace poco cayó en mis manos el poema LVIII (que como se verá, solo por "oscuras" razones no aparece entre los "Selecta"):
... illa Lesbia, quam Catullus unam
plus quam se atque suos amavit omnes,
nunc in quadriviis et angioportis
GLUBIT magnanimi Remi nepotes.
Diréis que donde está la traducción. Bueno ... pues la traducción depende de lo bienpensantes o mal pensados que seáis. El caso es que tal vez nunca sepamos con certeza que significa aquí "GLUBIT".
Sí sí, ya sé que el diccionario dice 'mondar, descortezar (3 persona del singular) pero dejadme que explique lo de las comillas... Traducir eso por:
... aquella Lesbia, que Catullus, a ella sola
más que a sí mismo amó y [más] que a todos sus parientes,
ahora en los cruces y en los callejones
DESCORTEZA a los sobrinos del magnánimo Remo.
Pues no acaba de cuadrar! Ya sabéis que siempre trato de explicar las cosas en términos de las constricciones a las condiciones humanas de vida, y sabéis cuanto nos constriñe a los hombres el deseo de ciertas cosas. Al fin y al cabo creo que no existen motivos para dudar dos cosas:
(a) A los hombres romanos les debían gustar más o menos las mismas cosas que a los de ahora.
(b) Siempre se ha dicho que el oficio más viejo del mundo es ... Bueno ya sabéis.
Así pues solo puedo concluir que no me trago que aquí "GLUBIT" signifique simplemente DESCORTEZA o MONDA, y que lo siento por los filólogos clásicos pero me parece tenía además otro significado metafórico que la historia no nos ha legado. No digo yo que no tenga algo en común con 'mondar, descortezar' pero no es exactamente eso ;-)
Al fin y al cabo existen otras cosas que no se han podido demostrar sobre el latín:
- Nadie ha demostrado concluyentemente, como sugiere el malévolo Galaicus, que el "pajarito" (passerculus) de los poemas de Catullus sobre su amada Lesbia no sea en realidad un pequeño vertebrado paseriforme.
- Como tampoco nadie ha podido decir jamás qué tipo de pez era el acupenser (otra de esas palabras latinas que nadie sabe exactamente a qué corresponden)
Así que vista la falibilidad de los eruditos latinos con los "passerculi" y los "acupenseres"... ¿Quien me va a negar que las no estaban ya inventadas en tiempos de Catullus?!
Al hilo de todo esto de los dobles sentidos de las palabras nada menos que un ejemplo medieval:
Existía en época medieval el oficio de despabiladoras: el pabilo es la mecha quemada de las velas, que de vez en cuando hay que quitar para que la vela siga funcionando y dejar a la vista el nuevo pabilo. Parece ridículo que exista tal oficio pues no hay nada más fácil, en una época en que el alumbrado no puede ser de otra manera, y no vas a estar llamando a alguien para que te arregle las velas (y te cobre).
El oficio al que se refiere es al de la prostitución: ellas "despabilaban" en dos aspectos a los que accedían al ejercicio de la hombría, por un lado les quitaban la virginidad, y por otoro les quitaban el pabilo: "Por esta circuncisión es tu hijo mucho más radiante Pues la luz del cirio crece se corta la mecha" (Amin Maalouf "León el Africano") Quizás los versos os sirvan de aclaración.
¡Pues eso, que algunos por el momento seguiremos disfrutando de las despabilaciones y las !
Por Cl. Salix Davianus
Con la colaboración de Luc. Did. Gem. Deobrigense
A voluptatibus abstineo, et sic in stoicum mutabor!
Sí, sí, ya sé que eso ha quedado muy culto y un poco pretencioso, pero la verdad es que general la poesía me aburre. Aunque admito que puede llegar a ser "una tontería divertida" (la frase no es mía sino del hermano de FrankEnstein un tal Albert :-)
Podéis imaginar que si me gusta Catullus, es por versos como "puella defututa...", el poema sobre el "pajarito" de Lesbia, etc.. ¡Me habéis pillado! o como deberían decir en latín: excipisti me! ;-) [sí, sí, lo sé mis chistes se van deteriorando mucho últimamente]
Volviendo al bueno de Catullus y a su "pajarito" existen varias ediciones de sus poemas. Yo, por ejemplo, tengo un librito titulado 'poemas escogidos' en que misteriosamente algunos poemas no aparecen. En un principio, no le di mucha importancia a las "omisiones" hasta que hace poco cayó en mis manos el poema LVIII (que como se verá, solo por "oscuras" razones no aparece entre los "Selecta"):
... illa Lesbia, quam Catullus unam
plus quam se atque suos amavit omnes,
nunc in quadriviis et angioportis
GLUBIT magnanimi Remi nepotes.
Diréis que donde está la traducción. Bueno ... pues la traducción depende de lo bienpensantes o mal pensados que seáis. El caso es que tal vez nunca sepamos con certeza que significa aquí "GLUBIT".
Sí sí, ya sé que el diccionario dice 'mondar, descortezar (3 persona del singular) pero dejadme que explique lo de las comillas... Traducir eso por:
... aquella Lesbia, que Catullus, a ella sola
más que a sí mismo amó y [más] que a todos sus parientes,
ahora en los cruces y en los callejones
DESCORTEZA a los sobrinos del magnánimo Remo.
Pues no acaba de cuadrar! Ya sabéis que siempre trato de explicar las cosas en términos de las constricciones a las condiciones humanas de vida, y sabéis cuanto nos constriñe a los hombres el deseo de ciertas cosas. Al fin y al cabo creo que no existen motivos para dudar dos cosas:
(a) A los hombres romanos les debían gustar más o menos las mismas cosas que a los de ahora.
(b) Siempre se ha dicho que el oficio más viejo del mundo es ... Bueno ya sabéis.
Así pues solo puedo concluir que no me trago que aquí "GLUBIT" signifique simplemente DESCORTEZA o MONDA, y que lo siento por los filólogos clásicos pero me parece tenía además otro significado metafórico que la historia no nos ha legado. No digo yo que no tenga algo en común con 'mondar, descortezar' pero no es exactamente eso ;-)
Al fin y al cabo existen otras cosas que no se han podido demostrar sobre el latín:
- Nadie ha demostrado concluyentemente, como sugiere el malévolo Galaicus, que el "pajarito" (passerculus) de los poemas de Catullus sobre su amada Lesbia no sea en realidad un pequeño vertebrado paseriforme.
- Como tampoco nadie ha podido decir jamás qué tipo de pez era el acupenser (otra de esas palabras latinas que nadie sabe exactamente a qué corresponden)
Así que vista la falibilidad de los eruditos latinos con los "passerculi" y los "acupenseres"... ¿Quien me va a negar que las no estaban ya inventadas en tiempos de Catullus?!
Al hilo de todo esto de los dobles sentidos de las palabras nada menos que un ejemplo medieval:
Existía en época medieval el oficio de despabiladoras: el pabilo es la mecha quemada de las velas, que de vez en cuando hay que quitar para que la vela siga funcionando y dejar a la vista el nuevo pabilo. Parece ridículo que exista tal oficio pues no hay nada más fácil, en una época en que el alumbrado no puede ser de otra manera, y no vas a estar llamando a alguien para que te arregle las velas (y te cobre).
El oficio al que se refiere es al de la prostitución: ellas "despabilaban" en dos aspectos a los que accedían al ejercicio de la hombría, por un lado les quitaban la virginidad, y por otoro les quitaban el pabilo: "Por esta circuncisión es tu hijo mucho más radiante Pues la luz del cirio crece se corta la mecha" (Amin Maalouf "León el Africano") Quizás los versos os sirvan de aclaración.
¡Pues eso, que algunos por el momento seguiremos disfrutando de las despabilaciones y las !
Por Cl. Salix Davianus
Con la colaboración de Luc. Did. Gem. Deobrigense
A voluptatibus abstineo, et sic in stoicum mutabor!
domingo, 19 de octubre de 2003
Lecturas Latinas: Horacio
El conocidísimo Horacio fue un poeta latino que perteneció al círculo de Mecenas y que se relacionó con Virgilio y con todo el montaje propagandístico que Augusto maquinó en su entorno.
A pesar de estas relaciones, parece que su inclinación al epicureísmo le hizo mantenerse relativamente alejado de los círculos políticos sin que por ello se viera afectado su prestigio en el mundo literario romano. Estoy seguro que vosotros sabéis mucho más de él, así es que os invito a meter baza.
De la obra de Horacio surgirán algunos de los tópicos literarios más recurrentes a través de la historia de la literatura universal:
- Beatus ille qui procul negotiis
- Auream quisquis mediocritatem diligit
- Aequam memento rebus in arduis seruare mentem
- o el famoso Carpe diem de su Oda onceava, libro primero, de la que os someto
modestamente mi traducción a continuación:
Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros, Ut melios quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum, sapias, uina liques et saptio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas. Carpe diem , quam minimum credula postero
======================================
Mai no cerquis, no es lícit de saber-ho, la fi que a tu i a mi
ens hauran de donar els déus, Leuconoe, ni especulis amb
càlculs babilònics. Tant millor patir tot el que haurà d’esdevenir!
Ja siguin molts els hiverns que Júpiter t’atorgui, ja sia l’últim
aquest que ara refrega contra els aspres esculls la mar
Tirrena, tingues seny, amara el vi i retalla qualsevol esperança llarga
per a un espai tan breu. Mentre en parlem, s’esmuny el temps
envejós: gaudeix del dia i confia mínimament en el demà.
======================================
Nunca te preguntes, no es licito saberlo, el fin que a ti y a mi
nos habrán de dar los dioses, Leuconoe, ni especules con
cálculos babilonios. ¡Mejor sufrir todo aquello que deba acontecer!
Sean muchos los inviernos que Júpiter te otorgue o sea el último
este que ahora desgasta sobre las ásperas rocas el mar
Tirreno, sé prudente, filtra el vino y recorta cualquier esperanza larga
para un espacio tan breve. Mientras hablamos, se escurre envidioso
el tiempo: disfruta del día confiando mínimamente en el mañana.
=============================================
Por L. Minicius Laietanus
A pesar de estas relaciones, parece que su inclinación al epicureísmo le hizo mantenerse relativamente alejado de los círculos políticos sin que por ello se viera afectado su prestigio en el mundo literario romano. Estoy seguro que vosotros sabéis mucho más de él, así es que os invito a meter baza.
De la obra de Horacio surgirán algunos de los tópicos literarios más recurrentes a través de la historia de la literatura universal:
- Beatus ille qui procul negotiis
- Auream quisquis mediocritatem diligit
- Aequam memento rebus in arduis seruare mentem
- o el famoso Carpe diem de su Oda onceava, libro primero, de la que os someto
modestamente mi traducción a continuación:
Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros, Ut melios quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum, sapias, uina liques et saptio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas. Carpe diem , quam minimum credula postero
======================================
Mai no cerquis, no es lícit de saber-ho, la fi que a tu i a mi
ens hauran de donar els déus, Leuconoe, ni especulis amb
càlculs babilònics. Tant millor patir tot el que haurà d’esdevenir!
Ja siguin molts els hiverns que Júpiter t’atorgui, ja sia l’últim
aquest que ara refrega contra els aspres esculls la mar
Tirrena, tingues seny, amara el vi i retalla qualsevol esperança llarga
per a un espai tan breu. Mentre en parlem, s’esmuny el temps
envejós: gaudeix del dia i confia mínimament en el demà.
======================================
Nunca te preguntes, no es licito saberlo, el fin que a ti y a mi
nos habrán de dar los dioses, Leuconoe, ni especules con
cálculos babilonios. ¡Mejor sufrir todo aquello que deba acontecer!
Sean muchos los inviernos que Júpiter te otorgue o sea el último
este que ahora desgasta sobre las ásperas rocas el mar
Tirreno, sé prudente, filtra el vino y recorta cualquier esperanza larga
para un espacio tan breve. Mientras hablamos, se escurre envidioso
el tiempo: disfruta del día confiando mínimamente en el mañana.
=============================================
Por L. Minicius Laietanus
lunes, 1 de septiembre de 2003
Influencias y originalidad del arte griego
Es un tópico afirmar que todas las formas artísticas de Roma llegaron desde Grecia y tener al arte romano por “poco original”. Esto es en gran medida una exageración. En mi opinión, la originalidad griega está sobrevalorada y la romana, menospreciada.
El arte griego no surgió de la nada, sino que es el resultado directo del arte de los pueblos que fueron vecinos y antecesores de los pueblos griegos. Es normal: Una civilización no es algo estanco que se desarrolle por sí solo, salvo excepciones. Tampoco recibe un "paquete" con toda la cultura de las civilizaciones posteriores y se pone a desarrollar obras propias sin más: Se trata de procesos largos.
Es posible opinar y discrepar sobre las sensibilidades y las inspiraciones. Pero las técnicas son algo que podemos seguir con más seguridad. Así que vamos a ver un momento cómo los griegos no sólo incorporaron el arte de otras culturas sino que se basaron casi exclusivamente en él. Como no podía ser de otra manera.
No voy a tratar de la música, porque aquí no tengo mis fuentes. Pero sí tengo unos cuantos ejemplos de pintura (la escultura siguió un proceso similar).
Sabemos que los griegos apreciaban mucho la pintura, y nos han llegado los nombres de sus grandes pintores, que no tenían nada que envidiar en popularidad a los escultores. Al igual que los escultores, los pintores de más renombre rivalizaban en introducir novedades, nuevos efectos y estilos que eran inmediatamente discutidos, criticados y alabados (o no) por la crítica especializada y la población que acudía a ver sus obras. Es una pena que la mayor parte de todo este tesoro artístico se haya perdido para siempre.
Sin embargo, se han conservado grandes cantidades de piezas de cerámica de la misma época. Éstas eran piezas realizadas por esclavos para el uso diario, y a buen seguro que no podían competir con lo que pintase un Apeles. No era esa su función. Pero sí es verdad que los artesanos estaban muy pendientes de lo que se cocía en las altas esferas de la pintura: Tenían un público exigente que obviamente apreciaba sus obras como objeto decorativo de moda y se pueden seguir las innovaciones técnicas de la pintura por las cerámicas de cada época.

Primero vemos un ejemplo de la cerámica del periodo post-micénico. Las tribus aqueas entran –suponemos- a sangre y fuego y el arte sufre un gran declive. Vemos que las figuras son hieráticas y esquemáticas, casi figurativas: Con unas línea se indica un brazo, una pierna… El torso es un triángulo. Este es un tipo de arte muy típico de los pueblos primitivos, casi más cercano a la función mágica que a la meramente representativa. No se pinta al muerto en su plataforma con todos sus brazos y sus piernas porque se vea siempre así, sino porque de no ser así no estaría "entero" y el vaso no "valdría" en su función.
En estos dibujos hay algo vagamente familiar. Poner varios cuerpos de plañideras uno junto al otro da sensación de equilibrio, de geometría. Pero hay algo más…

Aquí tenemos un ejemplo cualquiera del arte egipcio, y vemos algunos rasgos en común con la cerámica aquea: Los egipcios pintaban a la gente para que ésta tuviera una función práctica dentro de la tumba (el difunto, sus sirvientes en el otro mundo…), no sólo estética. Y había una forma "correcta" de pintar a la gente que todos reconocemos de un vistazo como "egipcia", con el cuerpo un poco contorsionado.
En realidad no es que los egipcios caminaran torciendo el cuerpo porque sí, sino que se trataba de mostrar la mayor cantidad de cuerpo posible (como en la cerámica aquea, si no lo pintas "no está ahí" mágicamente) y a la vez de pintar cada parte del cuerpo de la forma en la que nos la imaginamos más "natural". Así, la cara está vista desde el lado, pero los ojos están vistos de frente. El torso está visto de frente pero los brazos están pintados desde el lado y las piernas también. Y los pies están los dos vistos desde fuera (no hay hilera de dedos).
En el ánfora aquea la gente está pintada así, y no es casualidad. Los artesanos aqueos aprendieron de los cretenses y micénicos, que se habían dedicado a copiar el estilo egipcio. Y no lo habían copiado por tener los mismos motivos funerarios: Los cretenses y micénicos decoraban sobre todo palacios y residencias: eran pinturas para ser vistas, no "mágicas". Pero los egipcios eran los más civilizados y refinados, y su pintura era famosa. ¿Cómo no iban a pintar como ellos?
Este es un ejemplo micénico, con repintado del s. XIX

También los griegos fueron, más tarde, incorporando poco a poco
elementos del arte egipcio.
La evolución del arte no es lineal, ni se puede decir "esto es decorativo y esto otro mágico". Pero lo que quiero indicar es una progresión en las formas.
Los artistas griegos se vieron con un bagaje técnico que era sobre todo egipcio, pero desde un primer momento se vieron insatisfechos con el mismo. Ellos no tenían un especial amor por las figuras tiesas y hieráticas, y sus representaciones intentan tener siempre más vida. Las estatuas se parecen mucho a las egipcias, pero fueron descubriendo trucos. Adelantando ligeramente un pie o añadiendo una sonrisa –aún un poco antinatural- daban apariencia de vitalidad y eso le gustaba a la gente.
En la pintura intentaban introducir movimiento, posturas cada vez más naturales. Pero siempre con la técnica egipcia. Fijaos por ejemplo en los ojos y los cuerpos de Aquiles y Ayax. A lo mejor un pintor de tumbas egipcio no habría aprobado el tema, pero la forma de pintar cada parte del cuerpo sigue las reglas egipcias. Por otro lado, los propios egipcios ya habían evolucionado en ese sentido en los breves momentos de su historia en los que fue posible (como durante la herejía de Akenaton)

Sólo entonces llegó la primera innovación técnica de los griegos: El escorzo. Se trata de pintar cada parte del cuerpo según se ve en una postura dada. No es algo que venga dado de entrada: Hay que descubrir cómo es cada uno, uno a uno. En el Renacimiento aún estaban con ello, y cualquier cómic de superhéroes que para nosotros no representa gran cosa artísticamente habría asombrado a un griego con la multitud de escorzos que contienen.
Aquí vemos uno de los primeros escorzos que se descubrieron: El pie de frente. El artesano lo habría visto en alguna pintura y obviamente estaba orgulloso de poder dar aún más movimiento y vida a su obra con esta nueva técnica. Y, sin embargo, ¡cuánto tiene aún de egipcio visto por nuestros ojos!
Y aún en su época más tardía, podemos adivinar reminiscencias de las antiguas reglas en las obras más perfectas técnicamente. Mirad si no el discóbolo de Mirón. Hoy sabemos que su postura no es para nada la de un atleta que vaya a lanzar un disco (en las primeras olimpiadas todos intentaban imitarlo y en seguida descubrieron que era mucho más fácil llegar más lejos con otras posturas menos forzadas). Mirón intentó conseguir una postura bella y armoniosa y, ¿coincidencia? Lo que hizo fue mostrarnos cada parte del cuerpo vista desde un ángulo distinto, como si así viéramos cada una en su estado natural.

Así que podemos concluir que los griegos no tenían empacho en copiar artísticamente a sus vecinos y antecesores. De hecho, estuvieron copiándolos mucho tiempo paso a paso hasta que llegaron a tener innovaciones propias. Y aún así usando las mismas técnicas imprimieron a sus obras un espíritu totalmente distinto desde el primer momento.
Los romanos hicieron exactamente lo mismo: Sus estatuas y pinturas empleaban técnicas griegas, pero no se parecen en los valores que representan ni en los fines. De hecho, los romanos no tardaron nada –relativamente- en asimilar todo el bagaje helenístico. Es lo que tiene conquistar el país y llevarte a los artistas directamente a tu ciudad
Pero el arte es mucho más que técnica, por supuesto.
En el arte no existen realmente "avances" tan claros como en la ciencia o la ingeniería.
Las técnicas, es cierto, pueden avanzar dando más medios o distintas formas de usarlos. Los pintores tienen más y mejores colores, que se pueden aplicar con más facilidad. Y nuevas reglas de perspectiva y teoría de color. Los músicos tienen más instrumentos de los que elegir, nuevas formas de tocarlos o nuevos avances en la teoría musical (como las revoluciones de Pitágoras y Bach o el jazz). Pero las técnicas son sólo posibilidades que se ofrecen: El artista puede usarlas o no según le convenga. Y no siempre es positivo contar con demasiadas posibilidades: La disciplina que da ceñirse a unas restricciones es lo que da la posibilidad de explotar al límite una posibilidad de la técnica. Aunque las restricciones involuntarias no parecen tan deseables...
Pero cada obra de arte tiene sus propias pretensiones, sigue sus propios valores y lo que vemos es que con frecuencia se ganan unos valores para perder otros. Por poner un ejemplo del arte griego, veamos los frisos de dos templos: el partenón, que es, digamos, clásico y el de pérgamo, que es más helenístico
Este friso del Partenón atribuido a Fidias representa a un centauro y a un lapita.

Este, del templo de Pérgamo, representa a Atenea y el gigante Alkyoneos
Vemos que se trata de dos gustos muy distintos. La obra de Fidias es, si se quiere, más rígida, más estática. Nada que ver con el movimiento del otro friso. También en el aspecto técnico andaban por delante en Pérgamo: Las estatuas de los frisos de pérgamo tienen dos, tres y hasta cuatro "alturas". Puede que Fidias tuviese sus motivos: El partenón era un lugar sagrado y unas figuras menos hieráticas o más "expresionistas" quizá habrían sido juzgadas poco dignas de una diosa ecuánime como Atenea. Cuando se construyó el altar de Zeus ya había otro espíritu religioso. A cambio la primera es una escena más serena, menos efectista. Y si se fija uno en las caras, el lapita parece expresar un dolor más verdadero, menos afectado que la cara –más bella pero más artificial- del gigante.
Mi impresión personal es que es como si el friso del partenón fuera una obra renacentista y el de pérgamo una obra barroca. ¿Cuál es mejor? No sabría decirlo, y no se trata de que una sea mejor que otra: A su modo, cada obra consigue lo que desea de forma admirable y la preferencia personal por una u otra dependerá de los propios valores del espectador. Equilibrios distintos entre "belleza" y "verdad", supongo.
Quede para otro día un esbozo del arte romano
Por Marcus Salix Saverius
El arte griego no surgió de la nada, sino que es el resultado directo del arte de los pueblos que fueron vecinos y antecesores de los pueblos griegos. Es normal: Una civilización no es algo estanco que se desarrolle por sí solo, salvo excepciones. Tampoco recibe un "paquete" con toda la cultura de las civilizaciones posteriores y se pone a desarrollar obras propias sin más: Se trata de procesos largos.
Es posible opinar y discrepar sobre las sensibilidades y las inspiraciones. Pero las técnicas son algo que podemos seguir con más seguridad. Así que vamos a ver un momento cómo los griegos no sólo incorporaron el arte de otras culturas sino que se basaron casi exclusivamente en él. Como no podía ser de otra manera.
No voy a tratar de la música, porque aquí no tengo mis fuentes. Pero sí tengo unos cuantos ejemplos de pintura (la escultura siguió un proceso similar).
Sabemos que los griegos apreciaban mucho la pintura, y nos han llegado los nombres de sus grandes pintores, que no tenían nada que envidiar en popularidad a los escultores. Al igual que los escultores, los pintores de más renombre rivalizaban en introducir novedades, nuevos efectos y estilos que eran inmediatamente discutidos, criticados y alabados (o no) por la crítica especializada y la población que acudía a ver sus obras. Es una pena que la mayor parte de todo este tesoro artístico se haya perdido para siempre.
Sin embargo, se han conservado grandes cantidades de piezas de cerámica de la misma época. Éstas eran piezas realizadas por esclavos para el uso diario, y a buen seguro que no podían competir con lo que pintase un Apeles. No era esa su función. Pero sí es verdad que los artesanos estaban muy pendientes de lo que se cocía en las altas esferas de la pintura: Tenían un público exigente que obviamente apreciaba sus obras como objeto decorativo de moda y se pueden seguir las innovaciones técnicas de la pintura por las cerámicas de cada época.

Primero vemos un ejemplo de la cerámica del periodo post-micénico. Las tribus aqueas entran –suponemos- a sangre y fuego y el arte sufre un gran declive. Vemos que las figuras son hieráticas y esquemáticas, casi figurativas: Con unas línea se indica un brazo, una pierna… El torso es un triángulo. Este es un tipo de arte muy típico de los pueblos primitivos, casi más cercano a la función mágica que a la meramente representativa. No se pinta al muerto en su plataforma con todos sus brazos y sus piernas porque se vea siempre así, sino porque de no ser así no estaría "entero" y el vaso no "valdría" en su función.
En estos dibujos hay algo vagamente familiar. Poner varios cuerpos de plañideras uno junto al otro da sensación de equilibrio, de geometría. Pero hay algo más…

Aquí tenemos un ejemplo cualquiera del arte egipcio, y vemos algunos rasgos en común con la cerámica aquea: Los egipcios pintaban a la gente para que ésta tuviera una función práctica dentro de la tumba (el difunto, sus sirvientes en el otro mundo…), no sólo estética. Y había una forma "correcta" de pintar a la gente que todos reconocemos de un vistazo como "egipcia", con el cuerpo un poco contorsionado.
En realidad no es que los egipcios caminaran torciendo el cuerpo porque sí, sino que se trataba de mostrar la mayor cantidad de cuerpo posible (como en la cerámica aquea, si no lo pintas "no está ahí" mágicamente) y a la vez de pintar cada parte del cuerpo de la forma en la que nos la imaginamos más "natural". Así, la cara está vista desde el lado, pero los ojos están vistos de frente. El torso está visto de frente pero los brazos están pintados desde el lado y las piernas también. Y los pies están los dos vistos desde fuera (no hay hilera de dedos).
En el ánfora aquea la gente está pintada así, y no es casualidad. Los artesanos aqueos aprendieron de los cretenses y micénicos, que se habían dedicado a copiar el estilo egipcio. Y no lo habían copiado por tener los mismos motivos funerarios: Los cretenses y micénicos decoraban sobre todo palacios y residencias: eran pinturas para ser vistas, no "mágicas". Pero los egipcios eran los más civilizados y refinados, y su pintura era famosa. ¿Cómo no iban a pintar como ellos?
Este es un ejemplo micénico, con repintado del s. XIX

También los griegos fueron, más tarde, incorporando poco a poco
elementos del arte egipcio.
La evolución del arte no es lineal, ni se puede decir "esto es decorativo y esto otro mágico". Pero lo que quiero indicar es una progresión en las formas.
Los artistas griegos se vieron con un bagaje técnico que era sobre todo egipcio, pero desde un primer momento se vieron insatisfechos con el mismo. Ellos no tenían un especial amor por las figuras tiesas y hieráticas, y sus representaciones intentan tener siempre más vida. Las estatuas se parecen mucho a las egipcias, pero fueron descubriendo trucos. Adelantando ligeramente un pie o añadiendo una sonrisa –aún un poco antinatural- daban apariencia de vitalidad y eso le gustaba a la gente.
En la pintura intentaban introducir movimiento, posturas cada vez más naturales. Pero siempre con la técnica egipcia. Fijaos por ejemplo en los ojos y los cuerpos de Aquiles y Ayax. A lo mejor un pintor de tumbas egipcio no habría aprobado el tema, pero la forma de pintar cada parte del cuerpo sigue las reglas egipcias. Por otro lado, los propios egipcios ya habían evolucionado en ese sentido en los breves momentos de su historia en los que fue posible (como durante la herejía de Akenaton)

Sólo entonces llegó la primera innovación técnica de los griegos: El escorzo. Se trata de pintar cada parte del cuerpo según se ve en una postura dada. No es algo que venga dado de entrada: Hay que descubrir cómo es cada uno, uno a uno. En el Renacimiento aún estaban con ello, y cualquier cómic de superhéroes que para nosotros no representa gran cosa artísticamente habría asombrado a un griego con la multitud de escorzos que contienen.
Aquí vemos uno de los primeros escorzos que se descubrieron: El pie de frente. El artesano lo habría visto en alguna pintura y obviamente estaba orgulloso de poder dar aún más movimiento y vida a su obra con esta nueva técnica. Y, sin embargo, ¡cuánto tiene aún de egipcio visto por nuestros ojos!
Y aún en su época más tardía, podemos adivinar reminiscencias de las antiguas reglas en las obras más perfectas técnicamente. Mirad si no el discóbolo de Mirón. Hoy sabemos que su postura no es para nada la de un atleta que vaya a lanzar un disco (en las primeras olimpiadas todos intentaban imitarlo y en seguida descubrieron que era mucho más fácil llegar más lejos con otras posturas menos forzadas). Mirón intentó conseguir una postura bella y armoniosa y, ¿coincidencia? Lo que hizo fue mostrarnos cada parte del cuerpo vista desde un ángulo distinto, como si así viéramos cada una en su estado natural.

Así que podemos concluir que los griegos no tenían empacho en copiar artísticamente a sus vecinos y antecesores. De hecho, estuvieron copiándolos mucho tiempo paso a paso hasta que llegaron a tener innovaciones propias. Y aún así usando las mismas técnicas imprimieron a sus obras un espíritu totalmente distinto desde el primer momento.
Los romanos hicieron exactamente lo mismo: Sus estatuas y pinturas empleaban técnicas griegas, pero no se parecen en los valores que representan ni en los fines. De hecho, los romanos no tardaron nada –relativamente- en asimilar todo el bagaje helenístico. Es lo que tiene conquistar el país y llevarte a los artistas directamente a tu ciudad
Pero el arte es mucho más que técnica, por supuesto.
En el arte no existen realmente "avances" tan claros como en la ciencia o la ingeniería.
Las técnicas, es cierto, pueden avanzar dando más medios o distintas formas de usarlos. Los pintores tienen más y mejores colores, que se pueden aplicar con más facilidad. Y nuevas reglas de perspectiva y teoría de color. Los músicos tienen más instrumentos de los que elegir, nuevas formas de tocarlos o nuevos avances en la teoría musical (como las revoluciones de Pitágoras y Bach o el jazz). Pero las técnicas son sólo posibilidades que se ofrecen: El artista puede usarlas o no según le convenga. Y no siempre es positivo contar con demasiadas posibilidades: La disciplina que da ceñirse a unas restricciones es lo que da la posibilidad de explotar al límite una posibilidad de la técnica. Aunque las restricciones involuntarias no parecen tan deseables...
Pero cada obra de arte tiene sus propias pretensiones, sigue sus propios valores y lo que vemos es que con frecuencia se ganan unos valores para perder otros. Por poner un ejemplo del arte griego, veamos los frisos de dos templos: el partenón, que es, digamos, clásico y el de pérgamo, que es más helenístico
Este friso del Partenón atribuido a Fidias representa a un centauro y a un lapita.

Este, del templo de Pérgamo, representa a Atenea y el gigante Alkyoneos
Vemos que se trata de dos gustos muy distintos. La obra de Fidias es, si se quiere, más rígida, más estática. Nada que ver con el movimiento del otro friso. También en el aspecto técnico andaban por delante en Pérgamo: Las estatuas de los frisos de pérgamo tienen dos, tres y hasta cuatro "alturas". Puede que Fidias tuviese sus motivos: El partenón era un lugar sagrado y unas figuras menos hieráticas o más "expresionistas" quizá habrían sido juzgadas poco dignas de una diosa ecuánime como Atenea. Cuando se construyó el altar de Zeus ya había otro espíritu religioso. A cambio la primera es una escena más serena, menos efectista. Y si se fija uno en las caras, el lapita parece expresar un dolor más verdadero, menos afectado que la cara –más bella pero más artificial- del gigante.
Mi impresión personal es que es como si el friso del partenón fuera una obra renacentista y el de pérgamo una obra barroca. ¿Cuál es mejor? No sabría decirlo, y no se trata de que una sea mejor que otra: A su modo, cada obra consigue lo que desea de forma admirable y la preferencia personal por una u otra dependerá de los propios valores del espectador. Equilibrios distintos entre "belleza" y "verdad", supongo.
Quede para otro día un esbozo del arte romano
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