lunes, 28 de noviembre de 2005

PEPUS MACHACUS CHUSQUERUS o Sobre reconstrucciones históricas

En cuanto a reconstrucccionismo histórico se refiere, o reenactment como dicen los anglofonos, me he encontrado con las siguientes afirmaciones:


  • En la web de A.C.M.A.: http://personal2.iddeo.es/juanrey/equipos.htm: Participar en una reconstrucción histórica es mucho más que disfrazarse de soldado de otra época. Es un cuidadoso ejercicio colectivo de rigor y responsabilidad, cargado de significado, que exige respeto a la historia y al trabajo bien hecho, porque sólo así resulta verdaderamente divertido. ............................................Para tomar parte en una reconstrucción histórica del nivel que A.C.M.A. defiende no es necesario disponer de un enorme número de piezas, ni que todas sean genuinas y fechadas en época de guerra. Somos conscientes de que para un coleccionista, salir al campo con prendas u objetos conseguidos con mucho esfuerzo y mucho dinero invertido no es lo más aconsejable para poder dormir bien esa noche. ................ En todo caso, lo que se conoce internacionalmente como “re-enactment” es una actividad colectiva, que exige participantes capaces de hacer una inversión importante para equiparse, pero si el nivel de exigencia acerca del material utilizado se hace excesivamente elevado se impedirá el acceso a muchos aficionados que están lejos de poder alcanzar, con sus propios recursos, ese nivel. Y si no se consigue un número de participantes adecuado, las reconstrucciones carecerán de la importancia y la brillantez que ............deseamos lograr. La cuestión estará en determinar, con detalle, lo que en esta materia se considera aceptable para tomar parte en una reconstrucción histórica en el seno de los grupos aliados surgidos a partir de A.C.M.A, y también lo que se considera recomendable y hasta deseable, en su caso. A.C.M.A. desea manifestar su criterio y que éste sea tenido en cuenta, pero también, y ésta es nuestra finalidad principal, servir de instrumento de apoyo a cuantos se acerquen a nosotros para buscar consejo o proveerse de cuanto precisen para participar en reconstrucciones históricas bien organizadas.
  • En el blog de Provincia Hispania Novae Romae: http://www.nrhispania.org/blog/2005_06_01_nrhispania_archive.html#111867647833878128: Nuestra intención es recrear el momento en que, a finales del siglo I a.C., el ejército romano sufrió una evolución rapidísima, paralela a la revolución política y social que estaba sufriendo la sociedad romana. Es el momento en que después de innumerables guerras civiles, la república va a dejar paso a otro sistema de gobierno, Roma se ha convertido en la potencia hegemónica en el mundo occidental, extendiendo su gobierno sin cesar, y las legiones son la punta de lanza de esa expansión. Nos interesa reflejar no solamente el aspecto militar de las mismas, sino también su función civilizadora. Nos interesa el ejército que construía ciudades, vías, puentes, acueductos. El ejército que garantizaba la ciudadanía a los extranjeros que se alistasen, a la vez que les integraba en una cultura y les daba una lengua común.

    Y queremos profundizar en el conocimiento de dicho ejército y transmitirlo a los demás a través de diferentes iniciativas, que van desde acciones de arqueología práctica, probando en la realidad las diversas teorías sobre temas militares, participando en eventos públicos, conferencias y exhibiciones, montando exposiciones con nuestros materiales o realizando visitas a colegios y centros de enseñanza. Y queremos enriquecer la experiencia con reconstrucciones de la vida civil, tanto de los trabajadores más humildes como de los políticos más poderosos. Todo ello de una forma didáctica, con la intención divulgadora que nos movía cuando empezamos el proyecto.

Con estos dos ejemplos como premisa entiendo que la reconstrucción histórica no es una fiesta tipo carnaval sino una labor de estudio del pasado que se recrea y de difusión de lo que se ha aprendido.

En la web de la Legio VIIII Hispana me encuentro con una magnifica descripción de los elementos necesarios para hacer la reconstrucción historica de una legión romana y encuentro también una serie de enlaces que nos dirigen hacia otras webs donde se nos explica como contruir artesanalmente una determinada pieza y se nos dice hasta que cantidad de tiempo se va a emplear en la misma (hasta cientos de horas se dice).

Tras toda esta lectura vengo a entender que el reconstruccionismo histórico además de ser caro es complicado y para dedicarse a él se necesita (además de dinero) mucha paciencia y ganas de dedicarse al estudio del periodo que se quiere reconstruir.

Y tras quedarme admirado por la labor que realizan algunos grupos de reconstrucción histórica me quedo pasmado y asombrado al encontrarme con legionarios romanos que calzan playeras de ultima generación, o que llevan puesto el reloj, o que llevan el movil colgado del balteus........

En todo evento de reconstrucción histórica se realiza una especie de dramatización (y que me disculpen los puristas si no empleo el termino adecuado) en la que se pueden apreciar cargas, defensas, combates y diversas maniobras, además de oir gritar las ordenes en correcto latín, tras todo ello llega el momento de calma en el que el legionario de turno explica al publico profano la historia, al armamento y demás parafernalia militar y en su presentación va y te dice que es un optio del cuarto manipulo de la segunda cohorte de la Legio Equis y que se llama PEPUS MACHACUS CHUSQUERUS......

Con lo cual para mí ha echado abajo toda la magnifica labor de reconstrucción militar romana, porque entiendo que la reconstrucción histórica no ha de quedarse solo en lo militar, los legionarios también tenian vida civil y momentos de descanso que tembién hay que reconstruir y si homenajeamos a las legiones ¿porque no homenajeamos a sus legionarios dandoles nombres con visos de exactitud histórica?

Pepus Machacus Chusquerus, nombre que me he inventado sobre la marcha, y que garantizo que nunca he oido es solo un ejemplo para decir que debemos cuidar los nombres que emplean los legionarios de los grupos de reconstrucción historica y no porqué uno se llame Arturo puede "latinizar" ese nombre a Arcturus, hay que hacer una correcta labor de reconstrucción histórica acerca de los nombres que se van a emplear si no terminaremos con que uno los miembros de la legión en cuestión se llama: Publio Gayo Sexto, lo cual seria igual que encontrarnos a un señor que se llame Pablo Carlos Angel (y este tipo de nombres solo los he oido en algunos culebrones televisivos).

Con todo esto llegamos a que hay un aspecto olvidado de las reconstrucciones historicas, tal vez por ser el menos vistoso, la recosntrucción de los aspectos civiles de la historia, cuya complicación o coste son seguramente menores a los de la reconstrucción militar, pero que debe ir unido a dicha reconstrucción militar.

"Fabricar" o más propiamente dicho confeccionar una tunica, una toga o unas caligae debe ser laborioso si se pretende atenerse a una realidad histórica.

Pero todo ello no sirve de nada si las maniobras militares que se realizan en un evento no son las correctas o si el color de una toga no es el adecuado para un ciudadano de a pié o si se emplean nombres de cachondeo para llamarse los unos a los otros, leasé Pepus Machacus Chusquerus.

Nada cuesta hacer una reconstrucción también de los nombres y adecuar los nombres que se van a utilizar a un minimo de rigor historico, por ello y siguiendo las pautas ofrecidas por la web de Nova Roma cuando uno busca un nombre romano con ese minimo rigor historico debe ttener en cuenta las siguientes reglas:

El nombre de un romano se denomina trianomina porqué está compuesto por tres partes Praenomen, Nomen y Cognomen.

Los praenomina que se utilizaron en la antigua Roma fueron bastantes pocos, por lo que un praenomen del tipo Pepus carace de base histórica, y los normalmente empleados fueron:


Appius
Aulus
Decimus
Gaius
Gnaeus
Kaeso
Lucius
Mamercus
Manius
Marcus
Numerius
Oppius
Publius
Quintus
Servius
Sextus
Tiberius
Titus


Appia
Aula
Fausta
Gaia
Gnaea
Iulla
Lucia
Mania
Marcia
Numeria
Oppia
Paula/Polla
Postuma
Publia
Quinta
Salvia
Servia


Algunos de estos praenomen fueron utilizados exclusivamente por los miembros de la determinadas gentes. (Por ejemplo Kaeso y Numerius eran utilizados por miembros de la Gens Fabia, Appius por los de la Gens Claudia y Mamercus por los ge la Gens Aemilia)



Los nomina son los nombres de las gentes romanas, lo que serian los clanes, y los que se relacionan en la web de Nova Roma son unos 177 nomina históricos:


Acilius
Aeternius
Ambrosius
Antius
Aquil(l)ius
Atrius
Caedicius
Calvisius
Cicereius
Comicius
Coruncanius
Dexius
Duvius
Flaminius
Furius
Gellius
Haterius
Hirtius
Iunius
Larcius
Lucilius
Marcius
Minicius
Naevius
Nonius
Ogulnius
Ovidius
Pedius
Plautius
Pomponius
Postumius
Quin(c)tius
Rubellius
Salvius
Sentius
Sestius (o Sextius)
Suetonius
Tarquitius
Titinius
Trebius
Ulpius
Velius
Vespasius
Vitellius
Volumnius


Aebutius
Afranius
Anicius
Antonius
Arrius
Aurelius
Caelius
Caninius
Claudius
Cominius
Curius
Didius
Equitius
Flavius
Gabinius
Geminius
Helvius
Horatius
Iuventius
Laronius
Lucretius
Marius
Modius
Nautius
Norbanus
Opimius
Ovinius
Peducaeus
Pleminius
Pontius
Publilius
Rabuleius
Rutilius
Scribonius
Sergius
Sicinius
Sulpicius
Terentius
Titurius
Trebonius
Valerius
Ventidius
Villius
Vibius


Aelius
Albinius
Annaeus
Apollonius
Asinius
Baebius
Calidius
Cassius
Cloelius
Cornelius
Curtius
Domitius
Fabius
Folius
Galerius
Genucius
Herennius
Hortensius
Labienus
Licinius
Lutatius
Memmius
Mucius
Nerius
Numicius
Oppius
Ovius
Petronius
Poetelius
Popillius
Pupius
Romilius
Salonius
Sellius
Sertorius
Sosius
Tarpeius
Tetrilius
Titurnius
Tuccius
Vatinius
Vergilius
Vipsanius
Vitruvius


Aemilius
Albius
Annius
Appuleius
Atilius
Caecilius
Calpurnius
Catilius
Cocceius
Cornuficius
Decius
Duilius
Fabricius
Fulvius
Geganius
Gra(t)tius
Hermenius
Iulius
Laelius
Livius
Manlius
Menenius
Munatius
Nigidius
Octavius
Otacilius
Papirius
Pinarius
Pompeius
Porcius (o Portius)
Quin(c)tilius
Roscius
Sallustius
Sempronius
Servilius
Statilius
Tarquinius
Tetrinius
Trebellius
Tullius
Vedius
Veturius
Virginius
Volcatius


Pero esta lista no está completa ni es exhaustiva ya que en ella no aparece, por ejemplo, la gens Curiatia, ni otros nomina empleados durante la etapa imperial de Roma.



El tercer nombre de un romano era el cognomen, que consistia en un nombre de reconocimiento, una especie de apodo o alias que distinguia a los diferentes individuos dentro de la misma Gens, y su uso no se oficializó, es decir no apareció en documentos publicos hasta el año 100 a.C.. Durante la Republica, el cognomen se transmitia de padre a hijo, de forma que con él se podia distinguir a una familia individual dentro de una Gens. A menudo el cognomen describia un rasgo caracteristico fisico o de la personalidad de la persona que lo llevaba.

Por todo ello el uso de un cognomen es algo más abierto, Nova Roma ofrece también un listado bastante largo de cognomina que se puede consultar en http://www.novaroma.org/via_romana/names.html , pero como ejemplo podemos citar los cognomina más famosos como son:

Agrippa que significa "el que nació de pié"

Caesar que significa "el de larga cabellera"

Caepio que significa "el que vende cebollas"

Capito que significa "el de la gran cabeza"

Cicero, "el garbanzo"

Mancinus, "el zurdo"

Niger, "el de piel oscura"

Pertinax, "el cabezota"

Scaeva, "el manco"

Tacitus, "el taciturno"

Verres, "el cerdo"

Vulso, "el que tiene espasmos"



Así que con estos datos uno puede hacer reconstruccion historica del nombre, dando un paso más allá de la mera reconstrucción militar o civil o de lo que los profanos en la materia dan por llamar "vestirse" o "disfrazarse" de romano.

jueves, 29 de septiembre de 2005

¿Por que Santiago viene a la Gallaecia?

Santiago apóstol en el occidente del imperio.

Y dentro de la Gallaecia, ¿por que su presencia en el convento Lucense?, cuya capital es la ciudad de Lucus Augusti y núcleo de población de mayor importancia en este territorio.

En los evangelios se relata que Santiago fue uno de los tres Apóstoles testigos de la Transfiguración y que luego Jesús le invitó, también con Pedro y su hermano Juan, a compartir mas de cerca su oración en el Monte de los Olivos.

"La Liturgia de la Transfiguración, como sugiere la espiritualidad de la Iglesia de Oriente, presenta en los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, una "tríada" humana que contempla la Trinidad divina."
(La gloria de la Trinidad en la Transfiguración) Juan Pablo II, 28 abril 2000

Es a partir de ese momento cuando se produce una unión fundamentada en el secreto de los tres personajes arquetípicos de la religión antigua. Tal como establece aun en nuestros días la iglesia de oriente y el propio Papa JPII reconocía: "Una tríada humana que contempla la Divinidad"

Los tres personaje arquetípicos de la tradición primordial.

El Iacobus originario fue Santiago el Mayor, su hermano era Juan, el que luego sería el Evangelista, y ambos fueron los llamados hijos del Trueno.

Y con ellos el personaje central de tríada, Pedro, el príncipe de la iglesia. El término príncipe estaba de gran actualidad para nombrar al que era destacado entre sus iguales, el emperador de Roma Augusto, era quién en el imperio recibía ese nombre en el inicio del siglo I.

Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva.
La permanencia y muerte del apóstol san Juan en Éfeso no son mencionadas en el Nuevo Testamento, pero son atestiguadas tan pronto como a finales del siglo II por San Ireneo (Adv. Haer., III, iii, 4), Polícrates, Obispo de Éfeso (Eusebio,Hist. Eccl., V, xxi), Clemente de Alejandría, el “acta Joannis”, y un poco más adelante por Justino y los montanistas.

La tradición bizantina siempre ha señalado a Éfeso como la ciudad donde se encuentra la tumba del profeta. Otra tradición, que puede ser confiable, aunque más antigua, hace de Éfeso el escenario de la muerte de santa María Magdalena.
Por otro lado, la opinión de que la Santísima Virgen murió allí no tiene fundamento en ningún testimonio antiguo; el texto citado con frecuencia es un escrito ambiguo del Concilio de Éfeso (431), que quiere decir simplemente que en Éfeso había una iglesia de la Virgen en aquella época.

Sin embargo si está muy documentado que era Éfeso, la sede del Templo a Artemisa (Diana en el panteón Romano). Éfeso se convirtió en la Puerta de Oriente, no solo por su carácter comercial, sino como puerta de iniciación a los misterios de la diosa madre, representados por la diosa Luna Diana-Artemisa. No es de extrañar que en los concilios celebrados en los primeros siglos se buscase una íntima relación entre la ciudad de la diosa Luna y la Virgen María, e incluso con Maria Magdalena.

Según una antigua tradición Santiago el Mayor se fue a España. Primero a Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a la cuidad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza. A su muerte en Palestina, sus discípulos lo trajeron de nuevo al convento Lucense para ser enterrado.
La costa donde desembarcaron era la occidental de Galicia, muy próxima a la costa del Fin de la Tierra, a la costa donde se emplazaba en ese momento el ara solis, el templo del Sol.

La iglesia católica presenta como un hecho histórico establecido que San Pedro trabajó en Roma durante la última parte de su vida y finalizó su vida terrenal por el martirio. En cuanto a la duración de su actividad Apostólica en la capital Romana, la continuidad o no de su residencia allí, los detalles y éxito de sus trabajos y la cronología de su arribo y de su muerte, todas estas cuestiones son inciertas y pueden resolverse solamente mediante hipótesis más o menos bien fundadas. El hecho esencial es que Pedro murió en Roma: esto constituye el fundamento histórico del reclamo de los Obispos de Roma sobre el Primado Apostólico de Pedro.

La residencia y la muerte de San Pedro en Roma fuera de la doctrina de la fe católica no posee más credibilidad histórica que la presencia de Juan en Efeso y de Santiago en Lucus Augusti, sin embargo un juramento debía enlazar a todos aquellos que estaban bajo la protección de estos santos cristianos y como muestra perdurable de lo que en el pasado pagano fue la Tríada Sagrada.

Sant Yago deriva del latín Sanctus Iacobus o Iagus: Santiago, Jacobo, Diego, Jaime, Xaime, Jaume, Iago, Jacques, Jacqueline, James, Giacomo.....
Tanto Yago como Juan tienen relación directa con la palabra latina Ianua:Puerta, camino, y con Ianus el dios principal romano. Jano dueño y señor de las puertas.

Ianua foris, puerta protegida por Jano.

No es casualidad que Juan se dirija según la tradición a Efeso, la puerta (ianua) de oriente, y Iago a Lucus Augusti la puerta (ianua) de occidente. Son los hijos del trueno los que se dirigen a ocupar las dos puertas de la cosmogonía de Jano.

En la antigüedad el templo de Jano en Roma contaba con la figura del dios bifronte, dueño de las llaves de oro y plata, situado sobre un pedestal pétreo en el eje central del edificio. Su doble cara miraba simultáneamente a ambas puertas del templo, una hacía oriente y otra a occidente.

Fue Agripa quien dispuso en su Orbis Terrarum la cosmogonía del imperio. En ella presentaba la consecución del "Nuevo Centro" que es fijado en la ciudad de Roma, Agrippa traza un nuevo círculo sagrado que contiene en su interior los territorios que Roma gobierna, el trazado de este nuevo círculo determina que Roma es el Centro, Efeso la puerta de oriente del mundo romano y el Noroeste de Hispania, en el Finis Terrae, la puerta de occidente.

Son los dos "Ianues", los hijos del trueno, (hijos gemelos de Júpiter Dianus (Jano), el dios del cielo), los que ocupan el lugar equidistante y equivalente de las dos puertas de iniciación. La puerta de la Luna y la del Sol. Su nombre determina su posición geográfica, su hermandad es su equilibrio.

Y entre ellos y como príncipe de la iglesia: Pedro.

Pedro viene de Petreus, piedra. No es casual que él se dirija a ocupar la ciudad donde existe el centro: La piedra dorada. El miliarium aureum, el centro de la cosmogonía y del imperio. Y que sea Pedro, el príncipe, quién se apodere del símbolo de las dos llaves de Jano.
Una en oro y otra en plata, como las llaves de las puertas a los misterios y que custodian los hermanos Ianues, los hijos del trueno.

Juan en oriente, la puerta de Plata, y la llave de plata a los misterios de la diosa Luna.
Iago en occidente, la puerta de oro, y la llave de oro a los misterios del dios sol.

San Pedro, la piedra sobre la que se fundó la Iglesia católica y cabeza visible de ella, Santiago el Mayor santo patrón de los alquimistas y los astrólogos y San Juan Evangelista santo patrón de los maestros constructores asistieron según el evangelio de Marcos al misterio de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor y tras esta experiencia mística viajaron a las tres capitales del imperio romano, ocupando la posición que en el rito antiguo les correspondía.

Si en un mapa actual del Mediterráneo, sobre lo que fueron los dominios de Roma en época de Augusto, trazamos una línea que una la antigua ciudad de Efeso con Lucus Augusti, en el Finis Terrae del N.O. de Hispania, en la Gallaecia, esa línea así dibujada pasará por la ciudad de Roma rememorando el decumanus trazado por Agrippa en su Orbis Terrarum.

Una línea geográfica que une Efeso, Roma y Lucus Augusti en el siglo I d.C. o lo que es lo mismo, une a Santiago con Pedro y Juan, la tríada humana de La Liturgia de la Transfiguración.

La antigua liturgia del Primero
La palabra sagrada que sólo puede ser comunicada por el concurso de tres
personas....


Ianua foris, la puerta sagrada de Jano

Compostela adquiere en la edad media la “herencia” que el convento Lucense recibió durante el siglo I a.C.
Lucus, cuyo significado es bosque sagrado, tiene relación etimológica con palabras que determinan lugar como locus, y sagrado como logia. Lucus designa un lugar sagrado.
El convento Lucense tenía como poderes antiguos y entre otros: ser el territorio del Finis Terrae, del Ara Solis, de las Aras Sestianas, del Miño, de Lucus Augusti, “el bosque sagrado de Augusto” e innumerables santuarios a los Lares en sus caminos, cuna de Prisciliano y de Egeria y final de Callis Ianus.

El convento Lucense, como su nombre acredita, es convento sagrado, tierra sagrada para Augusto, la etimología de su fundación lo dice claro para los siglos venideros, aunque ahora leamos muchas cosas sin saber que significan realmente.

El llamado convento Lucense fue poseedor de poderes de carácter pagano, y estos fueron expropiados por el catolicismo en siglos posteriores. La historiografía católica presenta innumerables invenciones que solo intentan enmascarar el origen de los cultos antiguos en Hispania.

En la edad media el lugar llamado “Campus Stellae” Campo de la Estrella (Compostela), en el convento Lucense, recibe la invención de la tumba de Santiago. Esa invención solo es una redefinición de lo que “habitaba” en su territorio. En la antigüedad los lugares señalados por las estrellas en el cielo, son los lugares sagrados.
El convento Lucense es la tierra de la puerta de occidente, Ianua foris, puerta protegida por Jano y es a partir de la edad media cuando el poder católico refunda un nuevo lugar bajo apariencia cristiana.

Sin embargo esta refundación es solo un cambio político de conveniencia, se traslada el poder sagrado desde la antigua ciudad de Lucus Augusti, capital del territorio en la época antigua a un nuevo lugar sagrado en Compostela, bajo el dominio franco y asturiano.

Así cada año santo, que se celebra cuando el 1 de Augusto, día del calendario dedicado al dios sol, coincide con el día de la semana dedicado al mismo dios, “dies solis”, domingo, -1 de agosto en domingo-, en el Campo de la Estrella, y siguiendo el ritual del dios Jano, se abre la Ianua foris en la plaza de la Quintana, puerta abierta a oriente, según el rito pagano. (Quintana tiene en su nombre origen romano, señala a la puerta que comunica con el centro, con el lugar donde reside el que manda, con el primero).

En la puerta interior protegida por Jano, Ianua foris, está escrito su nombre en griego, Arjo, "Principium Deorum", el Dios del Principio, el Primero.

Todos los peregrinos que viajan a la tierra santa de occidente solicitan su protección y bendición al cruzar, según el rito antiguo, por debajo de ella.
Este ritual se produce hoy igual que desde hace 2000 años en el convento Lucense. Inicialmente en Lucus Augusti, ahora en el Campus Stellae.

Lo importante permanece..... en el Convento Lucense.

Imágenes en:
http://www.arqweb.com/lucusaugusti/santiago.asp

Publicado con el permiso del Autor:
Carlos Sánchez-Montaña
Arquitecto
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona
Especialidad de Urbanismo, Historia y Proyecto
www.lucusagusti.net

lunes, 13 de junio de 2005

Reconstrucción Historica y Legio VIIII Hispana

Texto de la conferencia impartida por Primus Minicius Octavianus el 10-06-2005 en León con motivo de la conmemoración del Natalicio de las Aguilas en un acto patrocinado por PROMONUMENTA:
LEGIO VIIII HISPANA




RECONSTRUCCIÓN HISTORICA

La reconstrucción histórica es una actividad que ha existido desde siempre. Ya se tiene constancia de algunas justas medievales en las que se vestían al estilo de la antigüedad, con la intención de revivir los tiempos y las técnicas de romanos o griegos.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando empiezan a surgir grupos de personas, no profesionales, dedicadas a recrear un periodo histórico concreto, con la intención de vivir una experiencia enriquecedora y a la vez cumplir una función divulgativa para el público.

En Europa los primeros grupos son los de recreación de las guerras napoleónicas, mientras que en Estados Unidos tienen mucho éxito los de recreación de la guerra civil. Los primeros grupos de recreación romana surgen a principio de los setenta. Y surgen paralelamente en los dos países que siempre fueron frontera para el Imperio, Inglaterra y Alemania, que por la misma razón también son los dos países con mayor número de hallazgos de arqueología militar y con mayor número de estudiosos del tema.

Uno de los primeros grupos y el único de los pioneros que ha perdurado hasta nuestros días es la Ermine Street Guard, de Inglaterra. Fue fundada en 1972, a partir de un festival organizado en Bentham y Witcombe, para recaudar fondos para la construcción del ayuntamiento. Con ella han colaborado renombrados especialistas como por ejemplo el Dr. M.C. Bishop, que hace poco ha publicado una monografía sobre la lorica segmentata, el Dr. L.C.N. Coulston o la Dra. Van Driel Murray, especializada en cuero.

Otro personaje muy conocido es el Dr. Marcus Junkelmann, que ya en el año 1985 organizó la marcha de un contubernio (8 soldados) vestido a la manera de los legionarios de Augusto, desde Verona en Italia hasta Augsburg, a 540 Km. de distancia. Después se ha dedicado a recrear el Ala II Flavia, una unidad de caballería. También ha investigado y recreado las luchas de gladiadores.

Los grupos pioneros tuvieron que vencer numerosas dificultades, entre ellas la falta de artesanos que pudiesen y supiesen fabricar las piezas del equipo legionario. Las únicas piezas de equipo que podían encontrarse, como por ejemplo reproducciones de gladius o cascos romanos, estaban más basadas en las películas de Hollywood que en los hallazgos de los arqueólogos. Así pues, las piezas tenían que fabricarse ex profeso, y el costo de un equipo era terriblemente alto.

En estos momentos ya contamos con fabricantes que realizan piezas de equipo realistas a precios competitivos, pero casi nunca se puede encontrar todo el equipo necesario fabricado en serie, por lo que en todos los grupos se tiene que poner en marcha un taller propio para poder fabricar ciertas piezas o cambiar y adaptar otras. A pesar de esto, el precio de un equipo completo es aún bastante alto, y quizás esta es una de las razones de que nuestra afición no tenga una mayor extensión entre el público. Un equipo completo puede costar más de 1000 euros.



LA LEGIO VIIII HISPANA


Nuestro grupo nace como una iniciativa dentro de las actividades que lleva a cabo la asociación cultural “Provincia Hispania Novae Romae”.

Pretendemos recrear la Legio VIIII Hispana, de la que se tiene noticia desde principios del siglo I antes de Cristo hasta el siglo II después de Cristo, y que estuvo presente en todos los confines del imperio, desde Hispania hasta Germania y desde Britania hasta Judea.

Participó en las Guerras Cántabras, donde tomó el cognomen de Hispana, en la conquista de Britania, en la guerra contra los dacios, en la represión de la revuelta en Judea.

Nuestra intención es recrear el momento en que, a finales del siglo I a.C., el ejército romano sufrió una evolución rapidísima, paralela a la revolución política y social que estaba sufriendo la sociedad romana. Es el momento en que después de innumerables guerras civiles, la república va a dejar paso a otro sistema de gobierno, Roma se ha convertido en la potencia hegemónica en el mundo occidental, extendiendo su gobierno sin cesar, y las legiones son la punta de lanza de esa expansión. Nos interesa reflejar no solamente el aspecto militar de las mismas, sino también su función civilizadora. Nos interesa el ejército que construía ciudades, vías, puentes, acueductos. El ejército que garantizaba la ciudadanía a los extranjeros que se alistasen, a la vez que les integraba en una cultura y les daba una lengua común.

Y queremos profundizar en el conocimiento de dicho ejército y transmitirlo a los demás a través de diferentes iniciativas, que van desde acciones de arqueología práctica, probando en la realidad las diversas teorías sobre temas militares, participando en eventos públicos, conferencias y exhibiciones, montando exposiciones con nuestros materiales o realizando visitas a colegios y centros de enseñanza. Y queremos enriquecer la experiencia con reconstrucciones de la vida civil, tanto de los trabajadores más humildes como de los políticos más poderosos. Todo ello de una forma didáctica, con la intención divulgadora que nos movía cuando empezamos el proyecto.


PROBLEMAS EN LA RECONSTRUCCION DE LA ANTIGUEDAD


Uno de los problemas básicos con los que nos encontramos los reconstructores de la época romana es la escasez de fuentes de información. Los textos que nos han llegado son pocos y no demasiado fiables, pues en general no han sido escritos por militares sino por historiadores, con poca o ninguna experiencia militar. Por otra parte, las fuentes visuales, frescos, esculturas, relieves, son más fiables pero sufren de la fastidiosa costumbre romana de idealizar las escenas, dotando a sus héroes de armaduras y equipo más propio de los griegos del siglo VI a.C. que de romanos del momento. Otra fastidiosa costumbre de los romanos era la de cremar a sus muertos después de vender todo su equipo militar, normalmente para recoger el dinero con el que pagar la tumba. Otros pueblos tenían la sana costumbre de enterrar a sus muertos rodeados de sus armas y equipo, pero los romanos eran demasiado pragmáticos para hacerlo así.

Un ejemplo claro de la idealización y el uso propagandístico de los monumentos erigidos por los romanos lo tenemos en la famosa columna trajana, fuente de inspiración para todos los aficionados a la reconstrucción romana por la enorme cantidad de información gráfica que contiene, con un nivel de detalle incomparable. En ella se describen las guerras que se libraron para conquistar Dacia, y siempre se ha pensado que se describían de una forma fiable y realista. Pero si comparamos los relieves de la columna, esculpidos por escultores en Roma, que seguramente no estuvieron presentes en el lugar de los hechos, con el Trofeo Trajano, que es un monumento sito en Rumanía, y esculpido por los legionarios que sí libraron las batallas, veremos que la descripción de los protagonistas es muy diferente.
Los legionarios del Trofeo no visten lorica segmentata, de hecho no parece que sigan un modelo único de uniformidad. Usan armaduras reforzadas, que no aparecen en la columna trajana pero de las que sí tenemos constancia de que se empezaron a usar a partir de dichas campañas, y en general nos encontramos con las mismas diferencias que hay entre las fotografías publicitarias de los ejércitos modernos, desfilando por una avenida, y los mismos ejércitos fotografiados en plena campaña.

Otro gran problema es nuestra tendencia a aplicar los esquemas mentales modernos a culturas de las que nos separan miles de años. En el caso del ejército romano, un ejemplo muy claro es el prejuicio moderno de la uniformidad. Estamos acostumbrados a ver ejércitos uniformados, todos con el mismo traje del mismo color y colocado de la misma forma, marchando al paso en formación. Y no somos conscientes de que eso es un invento muy moderno, prácticamente del siglo XVIII, paralelo a la creación de los estados modernos y los ejércitos de leva. Esto se ve claramente en una de las discusiones más virulentas entre los aficionados a la reconstrucción romana a nivel mundial, la discusión sobre el color de las túnicas.

Hay dos escuelas principales, la del color rojo y la del color crudo, o blanco roto. Luego existen varias sub-escuelas que adjudican diferentes colores a diferentes tipos de tropa, como por ejemplo el color azul a los marineros. Cada uno aporta multitud de testimonios, tanto escritos como visuales, para defender su tesis, y lo que ninguno quiere o puede ver es que la única evidencia clara es que las túnicas de los legionarios eran del color que hubiese comprado el prefectus fabrum, o del que se pudiesen pagar en su visita al mercado, o del de la tela que les mandasen de casa. Es decir, que aparte de los colores que tuviesen una significación cultural especial, como el blanco para los candidatos o el púrpura para los generales en el triunfo, los legionarios usaban el color que buenamente pudiesen. Y eso se ve claramente en la mayoría de testimonios gráficos, en los que se pueden ver siempre varios colores mezclados.



VESTIMENTA


La pieza básica de vestido era la túnica. Una simple pieza de tejido de forma aproximadamente cuadrada, y un tamaño de un metro de lado, aproximadamente, cosida por los lados y con sendos agujeros para brazos y cabeza. Podían usarse varias, si el clima era frío. Se confeccionaban con lana o lino, siendo el algodón un tejido relativamente exótico y caro en aquella época.

En época romana no se confeccionaban las prendas de vestir como es usual en nuestros tiempos.. Lo que se hacía era usar la tela tal como salía del telar y doblarla o fijarla con agujas o broches, para que adoptase formas agradables y elegantes. Los telares tenían medidas prefijadas, por ejemplo dos metros por uno, y de esos telares salían las túnicas para adultos. Las franjas que se usaban en las túnicas civiles, llamadas clavii, ya se tejían en el telar, formaban parte de la tela en vez de estar cosidas o pintadas a posteriori. La abertura para la cabeza ya se tejía también en el telar, dado que la urdimbre tenía un sentido perpendicular a la medida mayor, y así no era necesario coserla. Los extremos de la pieza, que también correspondían con la parte inferior de la túnica, tampoco era necesario coserlos, así que el único trabajo necesario era coser los lados hasta la altura de los brazos.

Una pieza de vestir de dos metros de circunferencia suele quedar grande para el cuerpo de un adulto normal, así que las túnicas se vestían ablusadas, produciendo una gran cantidad de pliegues, tal como se puede ver en varias lápidas de legionarios. De hecho, era tal la cantidad de tela sobrante que en un detalle de la columna trajana puede verse como un legionario que está remando, se hace un nudo en el cogote con el sobrante de tela para que no les moleste. Y este mismo sistema puede verse en otras esculturas y relieves, por lo que sería algo muy usual.

Otro efecto producido por el tamaño de la túnica es que la parte de los hombros cubría gran parte del brazo, por lo que parecía tener mangas aunque no las tuviese. Las túnicas civiles cubrían las rodillas, mientras que las militares quedaban por encima de las mismas, una vez ablusonadas por medio de un cinturón. Sólo los esclavos usaban también túnicas cortas, por encima de las rodillas, lo que no necesariamente tenía que tener una explicación de tipo político o simbólico, pues podía ser simplemente una cuestión de comodidad para los que tenían que realizar trabajos físicos.

No tenemos la seguridad de que fuese normal usar algún tipo de calzoncillos. Sí sabemos que existían los subligaculum, pieza de tela atada con cuerda, a modo de taparrabos, y usada por esclavos, gladiadores y luchadores. Pero no está claro que se usase debajo de la ropa de cada día, y en cambio existen varias textos que parecen indicar que los romanos preferían “airear” sus bajos libremente. Tanto Cesar, preocupado por no enseñar las vergüenzas entre los pliegues de la toga, en el momento de su muerte, como el legionario que provocó una revuelta judía al levantarse la túnica y enseñar sus partes a la multitud en el Templo, parecen indicar una cierta “libertad” en este tema.

Todo parece indicar que el clima de esa época era más cálido que el actual, y realmente no se mencionan muchas prendas de abrigo, y cuando se mencionan suelen ser prendas “de fortuna”, como las tiras de tela usadas en piernas y brazos, enrolladas a modo de vendas, en vez de usar mangas largas o pantalones (Braccae). Estos se empiezan a usar por influencia gala y germana, cuando empiezan a verse en Roma cantidades significativas de soldados de esas procedencias. En todo caso, el sobrio gusto romano nunca aceptó de buen grado esas prendas bárbaras, y en el caso de los pantalones, solo llegaban hasta las pantorrillas y se confeccionaban con telas sobrias, no con los vistosos estampados celtas.

Otra prenda usual de los legionarios era la capa, de la que se usaban dos modelos principales, el sagum y la paenula. El sagum era la capa más típicamente militar, un simple rectángulo de lana, usualmente de color ocre o marrón, cogido en el cuello por una fíbula, y que cumplía tanto la función de capa como la de manta por las noches. La paenula era un tipo de capa más elaborado, con un capuchón cosido, y se usaba también en el ámbito civil.


CALZADO


El zapato militar por excelencia eran las sandalias de suela claveteada, llamadas caligae. Un futuro emperador, que de niño era llevado por su padre en las campañas militares que dirigía, y al que las tropas querían tanto que le hicieron unas sandalias militares de su tamaño, acabó adaptando el nombre de las mismas, algo así como “sandalitas”, o en latín Calígula.

Las caligae eran unas sandalias construídas con una sola pieza de cuero, recortada de manera que acabase convertido en una serie de tiras que envolvían el pie, pero que al estar tan abiertas no retenían el agua, si se mojaban, y al tener poca cantidad de material en contacto con el pie, tampoco producían excesivas rozaduras. La suela era otra pieza de cuero, unida al cuerpo de la caligae por un claveteado de puntas metálicas, que le daban agarre en terrenos irregulares.

En los eventos de reconstrucción histórica es muy normal perder alguno de estos clavos, y lo mismo debía pasar en época romana, pues los clavos de caligae son uno de los restos más abundantes en las excavaciones de campamentos militares, y en los escritos de las tabulae de Vindolanda, un campamento romano situado en la muralla de Adriano, en Inglaterra, los pedidos de clavos para caligae son también muy abundantes.

El claveteado se hacía siguiendo diferentes diseños, en algún caso teniendo en cuenta la morfología del pie, es decir, poniendo clavos en las partes en las que el pie hace la presión al caminar, convirtiendo a las caligae en el primer calzado anatómico de la historia. Una especie de Nike de la época. Pero también tenía sus riesgos. Flavio Josefo nos habla de un centurión que, tras escalar las murallas de una ciudad, al llegar a la parte superior, resbaló sobre la piedra debido a los clavos de sus caligae, cayó abajo y murió.

Un dato curioso de las caligae es que se han encontrado varias esculturas y piezas votivas en las que aparecen pies calzados con caligae y calcetines. Estos calcetines estaban confeccionados con tela, pues en esa época no se conocía el tejido de punto. Lo malo es que han servido para reivindicar y darle una pátina de respetabilidad a la desagradable costumbre inglesa de usar calcetines con las sandalias.

Otro tipos de calzado usados por las legiones son los calcei, unas botas más cerradas y altas que las caligae, y las carbatinae, especie de zapatos bajos.


EQUIPO DEFENSIVO


SUBARMALIS O THORACOMACUS

La primera pieza de la armadura estaba confeccionada curiosamente con tela. Era el subarmalis o thoracomacus, y cumplía la misma función que en la edad media cumpliría el gambeson, es decir, proteger la ropa del roce y la suciedad de la armadura y en el caso de la cota de malla, reducir la contusión producida por el impacto de las armas. No tenemos una descripción fiable de su composición, por lo que tanto a nivel de forma como de composición, todo son suposiciones. Puede que estuviese confeccionado con cuero, lo que le añadiría cierta protección contra los golpes o cortes, pero es más probable que, igual que en la edad media, se confeccionase con varias capas de fieltro grueso, de lana o cabello, con lo que se ganaría en protección contra las armas penetrantes, como las flechas.

El subarmalis cumplía también la función de soporte de los pteryges, cintas de tela o cuero que colgaban de la cintura y de los hombros para añadir cierta protección a brazos y piernas. Suponemos que también estaba muy reforzado en los hombros, para servir de soporte firme al peso de la armadura, y en el caso de la lorica segmentata, para mantener la horizontalidad de las protecciones de los hombros.

LORICA HAMATA

Existen tres tipos básicos de armadura (lorica) usada por las legiones romanas. La más extendida, geográfica y temporalmente, es la Lorica Hamata, cota de malla. Ya hemos visto que en Dacia, en contra de lo que nos explicaba la columna trajana, los legionarios usaban mucho más la cota de malla que la armadura de láminas. Las razones pueden ser varias, pero la más plausible, a nuestro parecer, es que la tecnología necesaria para construir una cota de malla, así como la calidad y el costo de los materiales necesarios para obtener alambre de hierro, son muchísimo más asequibles que la tecnología y los materiales necesarios para construir una armadura de láminas.

La cota de malla es más pesada que la armadura de placas, pero es más cómoda de usar, pues se adapta mejor a la forma del cuerpo. Protege menos de los traumas debidos a los golpes de las armas, pues no tienen la capacidad de la armadura de placas de disipar la fuerza del golpe al doblar la plancha metálica, pero eso puede suplirse usando un subarmalis grueso que cumpla esa función. Las reparaciones de la armadura de placas, en plena campaña son muy difíciles, y eso se puede ver por la gran cantidad de piezas, básicamente goznes de bronce, que se han encontrado, mientras que las reparaciones de la hamata son bastante fáciles. El mantenimiento de la hamata es simple, solo es necesario un barril lleno de arena y una cuesta por la que tirarlo con la lorico dentro, mientras que el mantenimiento de la armadura de placas, con sus goznes, tiras de cueros y múltiples remaches, es bastante complejo. Todo esto puede explicar el porqué la armadura de placas tuvo una vida útil de unos 300 años, como máximo, en el ejército romano, mientras que la cota de malla se ha venido utilizando hasta bien pasado el renacimiento.

La lorica hamata tiene un origen galo, solía estar compuesta de anillas de pequeño tamaño, de entre 6 y 8 mm. de diámetro interior, aunque existe mucha variación de tamaños.
Normalmente seguían el esquema de 4 en 1, es decir, cada anilla estaba unida a otras cuatro, y se alternaban filas de anillas remachadas con filas de arandelas macizas, es decir, de aros metálicos conseguidos punzonando chapa, no por medio de alambre.
Debido seguramente a la experiencia de lucha contra galos y germanos, con su uso de espadas largas y golpes dados de arriba abajo, las loricas hamatas tenían una doble capa de anillas en los hombros, para proteger mejor esa parte. No solían tener mangas y llegaban hasta el vientre. Solían pesar sobre los 10 kilos.

LORICA SEGMENTATA

La primera incógnita acerca de este tipo de armadura es su propio nombre. Lorica segmentata es un nombre moderno, inventado en el siglo XIX para nombrarla. Al parecer en las poquísimas ocasiones en las que se refieren a ella los autores clásico, hablan de armadura “laminata”, pero sin que tengamos la seguridad de que se están refiriendo a lo que nosotros llamamos segmentata.

Se han encontrado bastantes restos de este tipo de armadura, básicamente en las fronteras, Inglaterra y Alemania, aunque también en otros lugares, incluso en Israel, lo que invalida algunas teorías que circunscriben su uso a los países de clima frío.

Aparece en el reinado de Augusto, correspondiendo los primeros hallazgos a las excavaciones realizadas en los lugares donde aconteció el desastre de Varo, en Germania.
Otra incógnita acerca de ella es la carencia de precedentes, pues aparece sin que se den otros tipos de armadura de placas menos sofisticadas, que sirvan para trazar una evolución del concepto a lo largo del tiempo.

Era un tipo de armadura que ofrecía una protección excelente contra los golpes y cortes, a la vez que tenía un peso mucho menor que el de los otros tipos de armadura. Pero tal como hemos comentado en el punto anterior, también tenía graves problemas tanto de construcción como de mantenimiento y uso, sobre todo en batalla.

La columna trajana nos da una imagen de legionarios usándola todos y en todo momento, pero se supone que eso era una convención, tanto para diferenciar a los legionarios de las tropas auxiliares, que se representan usando lorica hamata, como para expresar la potencia del ejército romano, que repartía armaduras potentísimas como quien reparte barras de pan.
En realidad es muy posible que solo la usasen alguna tropas, una especie de infantería pesada, que cumplirían objetivos concretos, incluso el objetivo no despreciable de amedrentar con su aspecto al enemigo.

LORICA SQUAMATA

Este tipo de lorica era usado principalmente por los oficiales. Estaba compuesto por plaquitas metálicas, no muy gruesas, unidas entre ellas por medio de alambres y cosidas a una prenda de tela o cuero. La protección se conseguía al sobreponer parcialmente varias capas, como las escamas de un pez, de forma que en todo lugar de la lorica hubiese como mínimo tres capas de plaquitas, lo que daba un grosor suficiente para la protección del usuario.

CINTURÓN

El cinturón no era simplemente una pieza de vestir, destinada a aguantar la túnica. Era mucho más, era el símbolo de pertenencia al ejército. Uno de los castigos conocidos para los legionarios era el pasearse por el campamento sin su cinturón, lo que era considerado como una gran vergüenza. El cinturón era también un signo de identidad y status, pues estaban recubiertos de placas metálicas, y cada cual podía escoger qué placas y de qué metales recubría el suyo. Así pues los cinturones acababan siendo auténticas obras de arte, y solían ser objetos de regalo muy apreciados, para ocasiones especiales, como por ejemplo las promociones de rango.

Como muchas otras piezas de equipo, los cinturones cambiaron a lo largo del tiempo, sufriendo los vaivenes de las modas del momento. En la época republicana se solían usar dos cinturones cruzados, compuestos por placas estrechas de no más de 3 cms de ancho, de los que se colgaban la espada y el puñal. Al final de esta época se empezó a usar el faldellín, compuesto de un número variable de tiras de cuero recubiertas de disco metálicos y rematadas con unos colgantes metálicos de formas diversas. Algunos autores defienden la utilidad defensiva de estas tiras, pero en todo caso sería muy escasa, y es mucho más probable que se usasen por razones estéticas. Y también por el sonido metálico que producían al caminar, pues no podemos olvidar que el sonido a metal contra metal siempre se ha relacionado con el mensaje de “estoy armado”.

En época imperial los cinturones se ensanchan y se pone de moda usar uno solo. Los faldellines se alargan y acortan dependiendo de las épocas, así como se multiplica el número de tiras que los componen.

Sobre el siglo III desaparecen los faldellines y los cinturones acaban siendo muy anchos y pierden las placas que los recubren, a favor de simples piezas metálicas para mantenerlos firmes.

CASCO

Nuestro grupo usa el Coolus Buggenum, un casco realizado en latón, sucesor de los cascos Montefortino y antecesor de los Gálicos. Todos estos cascos tienen al parecer un origen céltico, por influencia de las invasiones galas en Italia. En principio estaban hechos batiendo una chapa de bronce, por lo que eran de una pieza, incluyendo el cubrenucas. Más adelante se usó el proceso de torneado, usándose la soldadura para unir algunas partes. Solían tener carrilleras, las piezas metálicas que cubrían los lados de la cara, y que se ataban bajo el mentón. A menudo tenían también un soporte en la parte superior para fijar un penacho de crines o plumas, así como unos tubos en los lados para fijar unas plumas.
Todos estos distintivos tenían al parecer una función decorativa pero también de distintivo de grado, pero desgraciadamente no sabemos en qué consistía.
La evolución de los cascos fue añadiendo protección a las diferentes partes del casco, empezando por el añadido de los resaltes del frontal, para endurecer el metal en esa parte, las protecciones para las orejas en los cascos gálicos, el progresivo aumento de tamaño de las carrilleras, el añadido de los refuerzos cruzados en la parte superior del casco, provenientes de las guerras en Dacia, y finalmente el abandono de los cascos de una pieza por los cascos de dos, cuatro o más piezas, de construcción más simple y precio más asequible.

ESCUDO

A diferencia de otros pueblos, los romanos siempre usaron escudos grandes, alargados, que cubriesen casi todo el cuerpo. A menudo eran curvos para desviar los golpes con más efectividad.
Nuestro grupo usa unos escudos basados en el hallado en Fayum (Egipto), y que pertenecía al parecer a un legionario romano. Tiene un tamaño de 120 cms por unos 70 de ancho. Forma curvada y extremos redondeados. La parte que protege el agarrador, llamada umbo, es de madera en el original, pero nosotros hemos preferido usar umbos redondos de metal, como los encontrados en Alesia y La Cloche. Está compuesto por varias capas de madera, en el original de listones encolados y dispuestos en sentido perpendicular al de la capa anterior. El grosor total es variable, desde más de 10 mm en el centro hasta poco más de 5 mm en los extremos. Encima de la madera se encolaba una o varias capas de tela o cuero crudo, para darle resistencia a los golpes. Los bordes se protegían por medio de un reborde de metal, cuero crudo o la misma tela con la que se había forrado el escudo.
Por último, se pintaba la enseña de la legio, en colores vivos. Según se puede extrapolar de algunos textos antiguos, los motivos pintados en los escudos eran la principal identificación de las diferentes unidades del ejército. Estos textos explican que unos soldados se hicieron pasar por tropas enemigas simplemente cogiendo unos escudos de enemigos muertos. Y en otro texto, un general romano advirtió que habían llegado tropas de refresco enemigas solamente por el dibujo de los escudos.
El escudo tenía un papel muy importante en la esgrima romana, pues aparte de parar los golpes del enemigo se usaba como arma en sí mismo, para golpear con él al contrario y abrir sus defensas para poder pinchar con el gladius.
El escudo romano evolucionó recortando sus extremos hasta llegar al modelo imperial, de forma rectangular. Las tropas auxiliares y de caballería solían usar unos escudos planos de forma ovalada. A partir del siglo III se fueron poniendo de moda los escudos redondos, y de forma convexa.


EQUIPO OFENSIVO

La mejor arma de las legiones no eran las espadas o las lanzas, la mejor arma era el concepto de ejército profesional, la importancia de la disciplina, la especialización de los legionarios en diversos temas que les hacía capaces de construir un campamento fortificado en horas o un puente sobre un río caudaloso en pocos días. La veteranía de las tropas, que les permitía mantener un ritmo de marcha de más de 40 kilómetros diarios durante semanas, la intendencia especializada que les proveía de todo lo necesario por muy distantes que estuviesen de sus campamentos. Todas estas razones son las que les permitieron ganar prácticamente todas las guerras en las que participaron, aunque perdiesen algunas batallas.
Pero no podemos substraernos al atractivo de las armas que utilizaban, especialmente las más conocidas, como la espada (gladius) o la lanza (pilum).

GLADIUS

Algunos califican al Gladius de las legiones romanas como el arma de mano que más víctimas ha causado en la historia del hombre. No sabemos si es así, pero desde luego que es una de las espadas más famosas de la historia.

Su nombre es Gladius Hispaniensis, y según los clásicos fue adoptada después de sufrir los efectos de las espadas hispanas, de efectos devastadores según los legionarios que los sufrieron.

Parece ser que es una evolución de los tipos de espada LaTène celtas, que habían evolucionado en Hispania acortando su longitud para poder ser usados como estoque, como arma de punta.

Es una espada de longitud media, sobre 70 u 80 cms en los primeros modelos, de unos 4 cms de ancho, con lados que forman unas pequeñas curvas, lo que se llama cintura de avispa, dos filos laterales y una punta muy aguzada. Tiene una sección en forma de rombo.
Por su forma y tamaño es apropiada tanto para cortar como para pinchar, aunque la esgrima romana favorecía la estocada, pues se consideraba mucho más efectiva en combate.

Nuestro grupo usa el modelo Mainz, por el lugar donde se encontraron los primeros restos, que es una evolución del original Gladius Hispaniensis, algo más corto y ancho que el original. La empuñadura, guarda y pomo solían ser de materiales orgánicos, madera, marfil o hueso, y las vainas solían ser de madera recubierta de cuero y metal, en algunos casos estaban ricamente decoradas. Los oficiales llevaban la espada en el lado izquierdo, pero los legionarios lo llevaban en el derecho, lo que parece contradictorio pero tiene su explicación si tenemos en cuenta que en el lado izquierdo sujetaban el escudo. Aunque requiere cierta experiencia es posible desenfundar la espada desde el mismo lado derecho.

El modelo Fulham es un modelo de transición, con los lados paralelos pero manteniendo la punta muy aguzada, y dio paso al modelo Pompeii, el más usado durante el Imperio, que mantenía los lados paralelos y tenía una punta menos aguzada, para impedir que se clavase en el hueso, lo que podía dejarte desarmado en combate.

Posteriormente empezaron a usarse las llamadas spatha, que eran mucho más largas y provenían de los guerreros germanos que componían el grueso del ejército romano.
PILUM

El pilum es el arma arrojadiza por excelencia de las legiones romanas. Tiene un asta de madera no demasiado larga, a la cual va unida por remaches una punta de hierro muy larga y delgada, con un final muy aguzado. Estaba diseñado para poder atravesar escudos y cotas de malla, cumpliendo una función doble, pues aunque al atravesar el escudo no hiriesen al portador del mismo, al quedar clavado lo inutilizaba y obligaba al portador a quedar desprotegido. Algunos sostienen que la delgadez del pilum, así como la utilización en algunos casos de un trozo de madera en vez de remache en el extremo del asta, estaban diseñados para que al golpear contra los enemigos se rompiesen o doblasen de forma que los mismos no pudiesen reutilizarlos contra los que los habían lanzado.
PUGIO

EL pugio era una especie de puñal corto y ancho, de probable origen hispano, y que tenía una función más de ornato y prestigio que de uso común.
Solían estar guardados en vainas ricamente decoradas, con material nobles. Solían estar damasquinados con hilo de plata u oro. Su uso declinó en el siglo II pero volvió a estar de moda en el III.
Los legionarios invertían mucho dinero en ellos, convirtiéndose en una especie de inversión para los tiempos malos.

OTROS

Arcos, hondas, lanzas, jabalinas.

lunes, 18 de octubre de 2004

Roma y sus colonias

"Sed coloniarum alia necessitudo est; non enim veniunt extrinsecus in civitatem nec suis radicibus nituntur, sed ex civitate quasi propagatae sunt et iura institutaque omnia populi Romani, non sui arbitrii, habent. Quae tamen condicio, cum sit magis obnoxia et minus libera, potior tamen et praestabilior existimatur propter amplitudinem maiestatemque populi Romani, cuius istae coloniae quasi effigies parvae simulacraque esse quaedam videntur, et simul quia obscura oblitterataque sunt municipiorum iura, quibus uti iam per innotitiam non queunt".

Pero la relación (de Roma) con las colonias es diferente, ya que estas no han entrado a formar parte de la ciudadani­a desde la nada y tampoco se han constituido sobre rai­ces propias, sino que provienen, por decirlo asi­, del mismo conjunto de los ciudadanos y tienen todas las leyes e instituciones del pueblo romano y no otras escogidas por ellos. Sin embargo, esta condicion, aunque sea mas sumisa y menos libre, es considerada como mas valiosa y ventajosa a causa de la grandeza y prestigio de Roma, de la cual estas colonias parecen ser copias en pequeño o imitaciones, y tambien porque los derechos de los municipios son imprecisos y han cai­do en desuso y ya no pueden ser usados por desconocimiento".


AULUS GELIUS, Noctes Atticae, XVI, 13, 8-9. Siglo II d.C.










M. ADR. COMPLVTENSIS
LEGATVS HISP.PROV.N.R.
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martes, 12 de octubre de 2004

COLONIA PATRICIA CORDVBA: LA VISITA

A pesar que las guías turísticas obvian totalmente el pasado romano de Córdoba y que uno espera encontrar solo monumentos de la cultura hispanomusulmana, un apasionado de la cultura romana se puede ver gratamente sorprendido al recorrer las intrincadas callejuelas cordobesas.

Al menos mi guía no menciona ni tan siquiera el puente romano sobre el Guadalquivir, pero cruzando dicho puente uno se encuentra de frente con la Iglesia Catedral de Córdoba: la antigua mezquita.

Una vez dentro de ella (tras haber pagado el canon de 6 euros de entrada) uno se puede dedicar a admirar las más de 850 columnas que sustentan el techo de la misma y poder distinguir entre ellas las que son de origen romano, las que son de origen egipcio y las de origen visigodo. Inclusive en el museo visigodo de la mezquita se pueden admirar restos de época romana aunque bajo la designación “visigoda”.

Saliendo de la mezquita y caminando por el barrio de la judería uno puede sorprenderse al encontrar incrustadas en los muros de muchas edificaciones, columnas con epigrafía romana, hasta llegar al museo arqueológico (Plaza de J. Paez).

En el museo arqueológico, ubicado en un palacio renacentista, uno se encuentra, según entra, con un patio plagado de restos romanos a los cuales no puede acceder directamente: primero hay que pasar por taquilla. Gracias a los dioses basta con enseñar el DNI para que el acceso no cueste dinero.

Tras la taquilla se puede admirar una maqueta del teatro romano que se está excavando en el exterior del museo, dos pequeñas salas dedicadas a la prehistoria y la protohistoria (periodo ibero-turdetano) y se accede ya a la zona romana.

Sorprendentemente y teniendo en cuenta que todo lo que nos cuentan de Córdoba es musulmán, en este museo la colección más grande y más variada es la de la cultura romana: elementos arquitectónicos, sarcófagos y estatuas togadas, esculturas en mármol y bronce retratando a personajes locales, emperadores y dioses, mosaicos, inscripciones, pavimentos, maquetas de villas y monumentos y un amplio repertorio de hallazgos de toda la provincia cordobesa. Llama la atención la sala dedicada al mundo funerario romano con la hipotética reconstrucción de un columbario, con lapidas, sarcófagos de plomo e inscripciones gladiatorias. Amén de restos de estructuras de época romana correspondientes a espacios públicos urbanos que conforman la estructura del palacio renacentista.

Paso de contar y relatar los restos visigodos y árabes del museo ya que no fui para verlos, sino para conocer la Corduba romana, la capital de la Baetica.

Saliendo del museo uno se puede dirigir callejeando hacia la plaza de la Corredera, para encontrar un poco más allá el Museo Regina de Joyería (Plaza de Luis Venegas): poco más o menos una joyería camuflada de museo por cuya entrada te soplan 3 euros, para soportar el tostón de una explicación mal dada de cómo se diseñan hoy en día las joyas. Los tres euros merecen la pena solo por visitar los restos romanos que conforman el sótano de dicho “museo” y cuyos mosaicos hace ya tiempo que reposan en el arquelógico.

Saliendo de allí, con el bolsillo un poco más ligero, podemos dirigir nuestros pasos por la calle Pedro López hasta la calle Claudio Marcelo para encontrarnos con Huerto de San Pablo donde posiblemente estuvo ubicado el circo romano de Corduba y luego seguir hasta el final de la calle y tropezar literalmente con los restos de un Templo romano dedicado probablemente al culto imperial.

Los restos del Templo son de época julio-claudia, construidos sobre una plataforma horizontal que salva el desnivel de la zona, dando lugar a una plaza sobre la que se erige un templo próstilo, exastilo y pseudoperiptero sobre podium de 3,5metros de altura, construido extramuros y junto al cual se hallaba la basílica (para información más técnica sobre el templo acudir a www.simulacraromae.org o www.consorciourbium.org).

Más allá, en dirección oeste y por la calle Claudio Marcelo se llega a la Plaza de las Tendillas, donde además de poder oír el carillón del reloj cuya música se hace a base de rasgueo de guitarra española, podemos ver los restos del Foro Provincial.

Siguiendo hacia el oeste por la calle Conde de Gondomar llegaremos a las antiguas necrópolis de Corduba, donde encontraremos un mausoleo circular del siglo I (probablemente una reconstrucción). El mausoleo se encuentra en el Paseo de la Victoria lugar donde se están realizando una serie de excavaciones y catas arqueológicas sobre restos romanos.

Dirigiéndonos hacia el sur por el Paseo de la Victoria y la calle del Doctor Fleming se llega al denominado Hipogeo de la Diputación Provincial, localizado en 1971, realizado en opus quadratum y dentro de una necrópolis que se utilizó hasta el siglo IV,por lo que el hipogeo se ha identificado siempre como la capilla funeraria de algún martir cristiano.

Siguiendo hacia el sur encontraremos el Guadalquivir. De los muelles romanos para la carga del vino y el aceite de la Baetica con dirección a Roma no encontraremos nada, hoy solo se conservan vestigios de los molinos musulmanes que dejaron de funcionar cuando la muy Católica Reina Isabel se quejó de que sus norias no la dejaban dormir.

Y con este recorrido estamos de nuevo en el Puente Romano.

He olvidado mencionar que de vez en cuando se ve, durante el recorrido realizado, los restos de la muralla romana y en el vértice norte-este del rectángulo recorrido los restos de los acueductos que abastecían Corduba de agua potable: Aqua Nova y Aqua Vetus.

Ya completamente fuera de los muros de la antigua capital de la Baetica y completamente pegados a la estación del AVE se están excavando la Villa de la Cercadilla y el Palacio Maximiano, dos motivos por los cuales dentro de algunos años, cuando la excavación esté más avanzada y los restos sean visitables, merecerá la pena volver a Cordoba, además de tratar de localizar otros enclaves que se me pasaron por alto (manzana Banesto, Altos de Santa Ana, Blanco Belmonte, Maria Cristina) y visitar otros situados en las afueras de Córdoba Ciudad que por tiempo me fué imposible visitar: las canteras romanas, el Puente Arroyo Pedroche, la Via Augusta, la Villa del Mitra en Cabra.........

A pesar de los esfuerzos del Exmo. Ayto. de Córdoba para llevar a cabo su plan de excelencia y ser elegida Capital Cultural en el 2016, la Colonia Patricia Corduba sigue siendo una gran desconocida. En el plano-guía que vende el Ayuntamiento por un Euro se citan solo 8 monumentos de época romana, mientras que en Simulacra Romae se citan 9 tipos de monumentos y creo que yo he ampliado un poco este repertorio, tan solo espero que se sigan conservando los vestigios romanos de Cordoba y que dentro de algunos años la gente no solo diga Córdoba = mezquita.

Deseo hacer mención especial de los empleados municipales encajonados en los “Mupis”. Los Mupis son unos quioscos de información turística donde además de obtener información se pueden reservar visitas como la de Medina Azahara. Dichos empleados me sorprendieron por su preparación cultural ya que me “calaron” inmediatamente (o ¿tal vez fue culpa de la toga con la que me paseé por Corduba?) y me dirigieron rápidamente hacia todos los restos arqueológicos que he mencionado.

martes, 5 de octubre de 2004

O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.


Un puente moruno

ROMAN PIÑA VALLS

http://www.elmundo-eldia.com/2004/10/02/opinion/1096668000.html

El otro día vi en una televisión local a Pere Muñoz. El político que pudo ser alcalde por el PSM está al quite de cualquier desmán a cargo del ayuntamiento pepero. Pere Muñoz, que fue Director General de Cultura con el Pacte, demuestra tener una sensibilidad envidiable por el patrimonio cultural palmesano. En la entrevista televisada denunció las excavaciones arqueológicas de la calle Antonio Maura, que han sacado a la luz restos arquitectónicos milenarios, y en concreto un puente de la Palma mora. Según Muñoz nuestro patrimonio moro es muy escaso y por una vez que encontramos tres piedras juntas de ese pasado arrasado, hay que parar los motores y empezar a diseñar el escaparate. Será porque lleva ya bastante tiempo en política y domina el oficio, o será porque cree en lo que dice, pero los argumentos de Pere Muñoz sonaban irreprochables. «¿Qué tendría que haberse encontrado en la excavación arqueológica para preservar las tripas de la calle Antonio Maura? ¿Una segunda Seu?» Las extracciones en la dichosa calle han traído cola, y también el socialista Roig, con asistencia técnica de ARCA, ha aireado una foto de una taladradora haciendo picadillo sillares antiguos. Dice Roig que se ha demolido parte de un puente renacentista. No sé si la página 16 de ayer en este diario era de arte o de sucesos. Pero juntar en el mismo espacio la cantera de Establiments y la calle Antoni Maura parecía, más que una broma, un montaje fino y perverso. El presidente de la Sociedad Municipal de Aparcamientos, Alvaro Gijón, le dijo a Roig que «usted no tiene ni idea», y que los arqueólogos respaldan el proyecto del parking.

El asunto está de lo más deshecho. Los informes al final son papel mojado. Los informes técnicos suelen acabar explicando lo que ordena quien los encarga. El problema de Antonio Maura es que se ha triturado el suelo porque se quería enterrar un aparcamiento. Antes de las excavadoras no teníamos puente moro ni renacentista. Antes los había y no lo sabíamos. Después no los habrá pero sabremos que los hubo. Estamos empatados, pero además hemos ganado aparcamientos. Lo que tiene que hacer un presidente de una sociedad de aparcamientos es aplanar el suelo para dejar dormir los coches a cuatro patas. Ya le gustaría a Gijón enterrar aparcamientos en la carretera vieja de Buñola, pero es que allí no hay tiendas ni consumidores.

Sin embargo no deja de ser terrible ese picadillo que hacemos con nuestro pasado. Si las piedras desenterradas tienen la suficiente belleza, si son bastantes, hay que enviar el parking a paseo, hay que jubilar las farolas rococó y las galeras, y abrir al cielo toda la calle, conseguir nuestro foro romano a los pies de La Almudaina. O mandan los coches o manda la Historia. Y es más rentable la Historia: se oxida menos.

jueves, 23 de septiembre de 2004

COMPLVTVM

HISTORIA

La conquista romana de la Carpetania parece que se inició con una campaña dirigida por M. Porcio Catón en el año 195 a.C..

Posteriormente, los carpetanos, se aliaron con vetones, vacceos y celtíberos, constituyendo una amenaza para Roma que ésta solucionó en el 192 a. J.C. por medio de Marco Fulvio. Las luchas terminaron , con la caída de Numancia, el año 133 a.C. en el que se inicia la pacificación, asentamiento y romanización de la zona.

No se tiene conocimiento de la fecha exacta en que los romanos ocuparon la ciudadela de San Juan de Viso y el castro del "Salto del Cura" en la planicie del Cerro de San Juan del Viso, pero las monedas del denominado "tesorillo de Zulema", parecen sugerir que antes de la mencionada caída de Numancia, hacia el año 80 a.C..

La romanización empezaría en la población preexistente del cerro del Viso (probablemente Iplacea), cuyas fortificaciones se reforzarían a la vez que se tendía la red de calzadas.

No obstante, en el año 80 a. C.., durante las guerras entre Sertorio y Pompeyo, ya se menciona a COMPLVTVM.

La vía que unía Augusta Emerita con Caesaraugusta se cruzaba con la vía que unía Complvtvm con Carthago Nova, por el puente de Zulema y su prolongación septentrional hacia Cauca y la Sierra Norte de Madrid, en la zona donde también confluyen el río Henares con el arroyo Camarmilla.

Hacia los años 60 del s. I, la población romana se fué asentando en las cercanías del cruce de caminos para aprovechar mejor las portunidades de comercio configurando una ciudad de nueva planta y aprovechando las dos vías citadas para planificar su urbanismo con el trazado típico de la ciudad romana: el Decumano Máximo la vía entre Augusta Emerita y Caesaraugusta y el Cardo Máximo la vía de COMPLVTVM a Carthago. En la intersección entre las dos vías surge el Foro Municipal alrededor del cual se asientan los edificios públicos. Trazando paralelas a las dos arterias se obtiene una cuadrícula en la que se irán asentando las nuevas casas construyéndose en los alrededores villas destinadas a la explotación agrícola. El área que acabaría ocupando la urbe sería; desde la ladera del cerro del Viso hasta la actual nacional II (en la dirección norte-sur), y desde el Arroyo Torote hasta las puertas de Madrid y Santa Ana (en dirección este-oeste). Ello no excluye la existencia de edificaciones alejadas del casco urbano, como la villa que se descubrió en 1970 a la altura de la ermita de Nuestra Señora del Val.

La denominación de "COMPLVTVM" parece venir del verbo latino "compluere" que significa confluir o del término "compluo" (confluencia de aguas). El nombre sería bastante apropiado puesto que la población primitiva se encontraría en la "confluencia" de los ríos Henares, Torote, Bruñuelas y Camarmilla. Existe otra teoría relativa al origen del nombre de COMPLVTVM aunque parece menos probable y más legendaria, que habla del término griego Komposplutos (campos ricos).

Tenía la ciudad carácter de "civitas estipendiaria", es decir, que mediante el pago de un tributo o estipendio anual a la metrópoli conservaba el derecho a su autonomía y sus propios usos mientras no alterasen el orden establecido adquiriendo gran importancia en época de Augusto por su valor militar y como nudo de comunicaciones (entre vías primarias y secundarias se dice que eran 23 las calzadas que permitían llegar a la ciudad).

COMPLVTVM obtiene el estatus de municipio romano sobre el año 74 d.C. otorgado por el Emperador Vespasiano y es una ciudad floreciente hasta el siglo IV época en la que el asentamiento es abandonado desplazándose ligeramente al este hacia la zona actualmente ocupada por el Palacio Arzobispal y la Catedral y la antigua ciudad romana es utilizada como cementerio.

COMPLVTVM perteneció inicialmente a la provincia de Hispania Citerior y, desde tiempos de Augusto, a la Tarraconense. Bajo Diocleciano pasó a depender del Convento Jurídico de Caesaraugusta, en la provincia Cartagenense, siendo cabecera de un territorium o ager que comprendia la mayor parte de la actual provincia de Madrid e incluia una amplia franja de la provincia de Guadalajara.


Al final de la etapa romana, el cristianismo parece ser que estaba muy arraigado, llevándose a cabo algunas persecuciones contra los cristianos siguiendo el edicto de Diocleciano. De esta etapa, según las crónicas, data el martirio de los niños cristianos Justo y Pastor, más conocidos como "Los Santos Niños". Aunque dichas crónicas no parecen demasiado fiables, en ellas se menciona a los obispos complutenses Juliano y Ampulio, que lo habrían sido en los años 363 y 380, respectivamente. Cierto o no este hecho, el posterior descubrimiento de los restos de los mártires daría, ya en la época visigótica, un impulso importantísimo a la ciudad y promovió su "renacimiento" tras las destrucciones "bárbaras" aunque desplazándose en el espacio, desde época carpetana hasta la actualidad, a lo largo de una franja de 6x2 Km. definida por el eje del río Henares.


EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO

Sus construcciones a lo largo de los siglos son utilizadas como cantera para las nuevas casas y COMPLVTVM cae en el olvido aunque el yacimiento se ha conocido como tal desde el s. XVI, momento del que datan las primeras excavaciones a cargo de Ambrosio de Morales. Con posterioridad, en los siglos XVII, XVIII y XIX continúan existiendo intervenciones sobre el yacimiento.

El redescubrimiento de COMPLVTVM es mas bien traumático: primero, a finales del s. XIX y comienzos del XX se produce en el solar de la ciudad una intervención destinada a propiciar un mejor aprovechamiento agrícola. Se derriban, a veces con el uso de la dinamita, diversas edificaciones de gran envergadura, descritas por los contemporáneos como pórticos y acueductos. Décadas mas tarde, entre 1970 y 1974, la moderna Alcalá crece incontroladamente y se superpone encima de una superficie equivalente al 50% del yacimiento.

Por fortuna, en este momento, fue posible excavar una serie de casas romanas, entre las que se han destacado las casas de Leda, Cupidos, Baco, de los Peces y de Aquiles (las denominaciones provienen de la temática de los mosaicos que las decoran) que proporcionaron una importante documentación arqueológica, siendo la mas reseñable la serie de mosaicos fechados en el Bajo Imperio, entre el s. III y V d. C. Estas intervenciones sirvieron, no obstante, para llamar la atención sobre COMPLVTVM, y resaltar la necesidad de preservar la ciudad romana de la destrucción.

En 1983 se inicia una serie de campañas arqueológicas en la zona del Paredón del Milagro, muro romano hoy en día dentro de la ermita de los Santos Niños. Fruto de estas excavaciones fué el hallazgo de restos de los principales edificios públicos del foro y al norte del arroyo Camarmilla, las Casa de Hippolytus, que eran un colegium iuvenum o centro de actividades para jóvenes. Alrededor de este área también se han encontrado los restos de la Fuente del Juncal, que fué reformada en el S. XIX y los pilares del Puente de Zulema sobre el río Henares. En la zona este de la ciudad se sitúa la villa del Val que por la temática de sus mosaicos y estucos permite suponer que fue finca de crianza de caballos de carreras.

En 1985, por un convenio entre Ayuntamiento e Instituto Nacional de Empleo, se crea el Taller Escuela de Arqueología (TEAR) como centro docente, de excavación y de investigación. La sede fue instalada en la Finca del Juncal, cerca del antiguo foro romano.

Los mosaicos de la antigua COMPLVTVM se pueden contemplar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares.

Del Foro del s. I se conocen la basílica municipal, unas termas públicas adyacentes, una zona comercial, resuelta a modo de una fila de tabernae, y un mercado. Sin embargo, esta estructura se ve sensiblemente alterada en los últimos momentos del s. III o inicios del IV, cuando las termas pierden su función y se añaden a la basílica, constituyendo un gran complejo de carácter administrativo. También en este momento se construye, para el cierre occidental del complejo, una fachada monumental, de la que se ha recuperado una inscripción de carácter poético y alusiva a la rehabilitación, y una estructura subterránea a modo de criptopórtico. Esto motiva la construcción de unas nuevas termas (las llamadas Termas Sur), así como la desaparición del edificio del mercado, que se convierte en una plaza abierta que continuó manteniendo su antiguo uso, esta vez mediante estructuras de carácter perecedero.

La Basílica tenia planta rectangular de 28 por 16 metros. Su interior era una sala hipóstila rodeada por 16 columnas . Las termas, adosadas a la Basílica, contenían los clásicos elementos de estas construcciones: el hipocausto con dos salas calientes, tepidarium y caldarium, cuyos suelos se levantaban sobre las pilae de ladrillos , y una sala fría o frigidarium con una piscina semicircular. En un lateral, la Cisterna, con unas medidas de 15 por 4 metros y una altura de 3, era una sala abovedada. El abastecimiento de agua se realizaba por una canalización que corría bajo el Cardo Máximo tomándola del río Henares.

COMPLVTVM cuenta con diversos edificios singulares: la Casa de Hippolytus, en realidad la sede de un collegium (probablemente el de los Jóvenes) propiedad de la familia complutense de los Anios. Un espacio dedicado al ocio, con un jardín de carácter exótico y una zona termal decorada con gusto ilusionista. La Casa de Hippolytus cuenta con un centro de interpretación y es visitable: se ha construido una cubierta para la protección de los hallazgos y una pasarela elevada permite recorrer las diferentes dependencias: complejo termal, letrinas, salones, sala de culto y los curiosos bancos corridos donde los jóvenes de esta schola recibían clases de Oratoria, Retórica o Filosofía.


Con respecto a la arquitectura privada se conocen diversas edificaciones: la casa urbana responde al modelo de domus, con un peristilo en torno al que se desarrollan la mayor parte de las estancias, tal y como es posible comprobar en la Casas de Baco, Cupidos o Estucos. El resto de las villas ha desaparecido debajo de los edificios que componen la actual ciudad, quedando como testigo de su existencia los mosaicos en los Museos.

Sin embargo, es el mundo rural suburbano el que prodiga los mayores excesos arquitectónicos, ejemplificados en la villa del Val: un complejo que se extiende a lo largo de unos 500 m y que incluye una rica zona señorial, con jardines, un mausoleo, un edificio basilical y un edificio de tipo oecus para recepciones. Junto a esta zona señorial, diferentes espacios evidencian un uso agropecuario. En la Villa del Val se están ultimando los detalles del centro de interpretación y en breve también será visitable, pero el mosaico del auriga victorioso ya no se encuentra allí: ha sido trasladado al Museo Arqueológico Regional.


LA ACTUALIDAD


LA CASA DE HIPPOLYTUS:

En 1999 se abrió al público la Casa de Hippolytus, primer hito visitable del proyecto alcalaino de crear el Parque Arqueológico Ciudad Romana de COMPLVTVM, donde el visitante podrá recorrer dos grandes zonas: primero, la ciudad hispanorromana de COMPLVTVM, con su área pública y privada y segundo, la villa del Val, reflejo del ager romano.

La restauración se planteó con un respeto hacia los restos, conservando in situ la mayoría de los elementos inmuebles posibles (mosaicos, pintura mural, etc.). La Casa de Hippolytus está sirviendo como modelo para un sistema de pasarelas y cubiertas que a la vez garanticen la visitabilidad y la conservación de los restos en un clima que de otro modo resulta muy agresivo para ellos.


LA VILLA DEL VAL

Todo lo contrario a la Casa de Hippolytus, la Villa del Val lleva mucho tiempo de retraso en su recuperación total. En primer lugar el mosaico del Auriga victorioso, obra maestra que demuestra que en esa villa se criaban caballos para los ludi, ya no se encuentra en el yacimiento sino que ha sido trasladada al Museo Arqueologico Regional, hasta ahora prosiguen las obras de adecuación y construcción de un centro de interpretación mientras que cualquier vandalo puede acceder al yacimiento a través de la alambrada rota.


EL PUENTE ROMANO DE ZULEMA

El puente romano de Zulema no es tal. Se trata de un vestigio que puede pasar perfectamente desapercibido tanto por su ubicación como por su estado de deterioro. Son los restos de los pilares del puente que en si día hizo que la calzada romana cruzase el río Henares, hoy medio adosados a un puente de fecha más reciente pasa totalmente inadvertido dentro del Parque Natural a donde los alcalainos acuden a preparar sus barbacoas. Estos restos no están ni señalizados ni protegidos.


LOS RESTOS DE LA BASÍLICA Y EL FORO

Para el turista que acuda a Alcalá de Henares en busca de su pasado romano le también resultará bastante difícil encontrar estos restos: pasando la Casa de Hippolytus y circulando por la antigua N-II, en dirección al centro urbano, se pueden observar unas señales indicativas sobre la ubicación de COMPLVTVM, señales que si las seguimos repentinamente desaparecen dejando al curioso con dos palmos de narices. En el caso que el visitante halle estos vestigios, los encontrará rodeados por una alambrada en bastante mal estado (y en ocasiones hasta caída) que permitirán la visualización de los vestigios de la basílica medio cubiertos por hierbajos y sin ninguna protección ante las inclemencias climáticas. Hasta hace muy poco en un lateral de la ermita de los Santos Niños (para cuya edificación se utilizaron materiales de época romana) se podía ver un cartel, tirado en el suelo, que indicaba que esas ruinas son el Yacimiento Arqueológico de COMPLVTVM.


LAS VILLAS PRIVADAS DE COMPLVTVM

Sobre la existencia de estas Villae solo tengo los pocos datos que he podido recolectar en Internet y que son que las Villas existieron y que tras la recuperación de los mosaicos y su traslado a museos se taparon con las nuevas construcciones. Si alguna de estas villas puede ser recuperada, excavada, visitada o incluso ubicada es un secreto que no he podido desentrañar.


LA CALZADA ROMANA Y EL CASTRO EN EL CERRO DE SAN JUAN DEL VISO

Parece ser (y aquí solo puedo hablar de oídas) que existen restos restos de la calzada romana que unía Titulcia con COMPLVTVM y de un castro romano situados en lo alto del cerro denominado de San Juan del Viso. Si realmente los restos siguen allí se trataría de vestigios de la original COMPLVTVM y por lo tanto más antiguos que los que se pueden visitar en la zona del Juncal. Partiendo de la base de que pocos lugareños conocen el mencionado Cerro y atendiendo al posible trazado de la calzada romana (tomando su eje desde los restos del puente de Zulema y dirigiéndonos hacia Titulcia) supongo que se trata del cerro hoy conocido como del Gurugú que no he podido explorar por falta material de tiempo a pesar que dicho Cerro queda bastante cerca de mi casa.

M. Adrianus Complutensis