Un defecto casi general en las discusiones sobre la caída del imperio romano es analizar el tema muy desconectadamente de lo que pasaba en el resto del mundo. Si miramos lo que pasaba en otras partes del mundo la situación de Roma se repetía en muchos aspectos, al menos por lo que a Persia por ejemplo se refiere:
1) En el imperio romano los cristianos, una secta radical que se oponía al poder central romano, provocaron disturbios. En Persia los mazdakistas, seguidores de una doctrina revolucionaria igualitaria y opuesta al gobierno central, provocó disturbios, más o menos por la época que los cristianos hacían lo propio en occidente. Tal vez las condiciones económicas y la situación general del comercio en esa época, provocaron en ambos imperios las desigualdades sociales que favorecieron la "revolución espiritual" que a su vez propició la aparición de "cultos de los pobres" como el cristianismo y el mazdakismo. (Anteriormente el maniqueísmo se había difundido en Roma y Persia, aunque no con el radicalismo con el que luego se introducirían cristianismo en Roma y mazdakismo en Persia).
2) A partir del siglo IV ambos imperios sufrieron el ataque de bárbaros del norte, germanos en occidentes, hunos heftalitas en oriente, y curiosamente los unos y los otros empujados desde Asia central por los hunos y otros pueblos turcos.
3) La incompetencia de soberanos, que intentaron imponer sus estravagantes gustos en ambos países: en roma entre el 235 y el 305 tenemos el período conocido como la anarquía militar en el que tenemos en un espacio de 70 años, 54 emperadores de los cuales furon asesinados 45. En Persia entre el 272 y el 531 hubo 22 reyes, la mayoría con reinados brevísimo de 4 o 6 años (solo Shapur II q reinó 70 años es la excepción), muchos de estos reyes persas favorecieron a nuevas religiones que su hijo o sucesor acabaría persiguiendo, etc. Se nota también en Persia una agitación religiosa y política similar a la de Roma. Fue una suerte para ambos imperios que los dos atravesaran problemas durante esa época (de ahí que la frontera romano-persa oriental fluctuara en un sentido y en otro sin que ninguna de las dos potencias lograra imponerse).
Claudius Salix Davianus
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