Entre las mujeres más fascinantes de la historia está la profetisa Veleda.
¿Hasta qué punto pudo ser realidad la existencia de esta mujer? ¿Cuánto de leyenda hay en las menciones que de ella hace Tácito (Historias, Anales)?
Se dice que Veleda fue una profetisa brúctera que tuvo un papel destacado en la revuelta bátava. La palabra Veleda parece ser un título; probablemente, una latinización de la palabra celta "Veleta", profetisa. La Veleda en cuestión anticipó el triunfo de los bátavos cuando se alzaron contra el Imperio romano en el año 69, si bien no se sabe si se limitó a predecir o azuzó activamente la rebelión.
En marzo del año 70 el triunfo vaticinado se hizo realidad: El caudillo bátavo Julio Civilis se hizo con la base legionaria de Castra Vetera (Xanten) después de un asedio de varios meses. El comandante de la guarnición, Munio Luperco, fue capturado y enviado a Veleda.
Según lo describe Tácito, Veleda era una mujer sin casar que gozaba de gran influencia entre la tribu de los brúcteros . Tradicionalmente, los germanos consideraban a la mayoría del sexo femenino como poseedor de dones proféticos, e incluso, por un exceso de superstición, divino. Este es un caso claro de creencias de este tipo. El altísimo prestigio de Veleda descansaba en haber anunciado el triunfo bátavo y el exterminio de las legiones romanas. (Tácito; Historias 4.61)
Munio Luperco no llegó a ser esclavo de Veleda: Fue asesinado en el camino, si bien no se sabe el motivo. Algunos meses después, los bátavos capturaron la nave insignia de la marina romana, y la remontaron por el rio Lupia (Lippe) para llevarla a la profetisa, que vivía en una torre cerca del río:
"Se llevaron la nave insignia pretoriana, que se distinguía por su bandera, creyendo que el general estaba a bordo. Cerialis había pasado la noche en alguna parte, en compañía, según una muy extendida creencia, de una mujer ubia, Claudia Sacrata. Los centinelas buscaron excusar su propia conducta escandalosamente negligente a base de la desgraciada conducta del general, aduciendo que se les había ordenado mantener silencio, que no podían perturbar su descanso, y que omitiendo las contraseñas de vigilancia y las precauciones habituales se habían dormido. El enemigo los sorprendió con las primeras luces cuando capturó los barcos. El trirreme pretoriano fue conducido río Lupia arriba como un regalo para Veleda".
Es cierto que Veleda gozaba de gran autoridad. Por ejemplo, se sabe que los habitantes de la ciudad romana de Colonia Claudia Ara Agripinense (Köln, para abreviar) aceptaron su arbitraje en un conflicto con los téncteros, una tribu de Germania Libera.
Después de suprimir la revuelta bátava, los romanos capturaron a Veleda (o le ofrecieron asilo, no está muy claro). Esto ocurrió el año 77, y se dice que sirvió lealmente a los intereses romanos, negociando hábilmente con germanos hostiles. No se sabe exactamente de qué incidente se trata, pero si es sabido que los romanos impusieron a los brúcteros, por el año 83 o el 84, un rey proclive a Roma.
Un epigrama griego hallado en Ardea, pocos Km. al sur de Roma, ridiculiza los talentos proféticos de Veleda. Se ha dicho que Ardea fue el lugar donde estuvo detenida, pero esto está lejos de ser cierto.
Veleda no es la única profetisa germana que conocieron los romanos. Tácito habla de una colega:
"No solo creen que las mujeres tienen cierta santidad y clarividencia, y no desprecian sus consejos, o iluminan sus respuestas. En los días de Vespasiano vimos a Veleda, muy recordada por muchos como una divinidad. En los tiempos anteriores, igualmente, veneraron a Aurinia, y a otras muchas mujeres, pero no con servil adulación ni con simulada deificación." (Tácito; Germania 6).
Las guerras bátavas son también muy interesantes, y Civilis es todo un personaje que merece un artículo por sí mismo. En cierto modo, me recuerda a los príncipes renacentistas, tan maquiavélicos, ellos.
Por Ennia Durmia Gemina
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